No puedo creer lo rápido que pasa el tiempo, hace unos cuantos años estaba comenzando con la carrera de mis sueños, fisioterapia. Siempre fui un niño muy espabilado y curioso, aparte de que le prometí al abuelo que ayudaría a todos los que sufrieran su misma enfermedad, sentir que he podido lograr terminar la carrera despúes de todo lo que me ha pasado, teniendo en cuenta que también he hecho un doctorado de un año, es un triunfo.
Dentro de unas horas debo ir a la universidad porque mi profesora me ha pedido que ayude a un grupo de estudiantes de medicina con alguna asignatura el primer semestre. No es fácil acabar una carrera con el promedio más alto, pero el reconocimiento que eso supone es bastante satisfactorio.
-¡Liam, levántate ya!- gritó mi abuela al ver que llegaría tarde.
- Abuela, por favor, un minuto más- supliqué, la noche anterior había salido con mis amigos y todavía no recuperaba el sueño.
- ¡Pero bueno!, Liam te comprometiste a hablar de las clases con la señora Margot, dentro de dos días empiezan las clases y necesitas prepararte- me dijo mi abuela.
- De acuerdo, ya voy a prepararme-respondí en tono derrotador mientras empezaba a levantarme de la cama.
- Por cierto, tus padres me han llamado, estarán en la cuidad las próximas dos semanas y quieren que los visites.- comentó mi abuela después de darme un beso en la frente, para después dejarme solo en la habitación
LLevo viviendo con mi abuela desde que mi abuelo murió. No tengo mala relación con mis padres, lo que pasa es que sus trabajos les tienen viajando constantemente, aunque siempre vienen para verme. Viví mis quince primeros años viajando cada año y cambiando de hogar continuamente, pero tras cumplir los dieciseis les pedí a mis padres un hogar permanente, ellos seguirían viajando pero yo viviría cerca de mi abuelos en Los Ángeles. Cuando cumplí mis diecisiete años, le detectaron una enfermedad terminal incurable. A partir de ese momento me desviví para cuidarlo, leí que la fisioterapia aumentaba el porcentaje de supervivencia de algunos pacientes, pero para mi abuelo no fue útil, por lo que después de su merte decidí apostar por ese estudio y creer en la efectividad de la fisioterapia, así fue como entre en la carrera de fisioterapia en UCLA.
3 horas después
- Entonces, ¿aceptas ser el tutor del grupo de primero de medicina?- me preguntó mi antigua profesora de farmacología-, sé que piensas que eres muy jóven para ser profesor y además tutor, pero todos los profes están de acuerdo.
- Lo sé, pero...
- Pero nada, además podrás tener acceso directo a la sala de investigación de fisipoterapeutas.- añadió la señora Margot, consciente de mi interés por aquello que había mencionado.
- Está bien, acepto-respondí completamente convencido.
- Perfecto, pasado mañana será tu primera clase en el aula 284-dijo mi profesora.
Después de salir de la universidad había quedado con Aiden, mi mejor amigo, en "Remember me", un bar cercano al campus de estudiantes.
Cuando llegué, llamé a Aiden.
- ¿Aló?-respondió Aiden.
-Tío,¿Dónde estás?-pregunnté
- Llegando con Dylan y Thiago- respondió
- Okey, daros prisa-terminé de respoder y colgué.
Llevaba unos cinco minutos sentado cuando apareció un grupo de chicas bastante jóvenes y se sentaban en una mesa enfrente. Una de ellas se iba directa al baño, era la más bonita de las cuatro, tenía el pelo castaño-oscuro muy largo y unos ojos marrones que me impactaron, nunca había visto algo parecido. Esperé a que saliera y la examiné de pies a cabeza, no era muy bajita pero le sacaba una cabeza, tenía un top blanco y una falda negra y larga que le quedaban perfectamente. En ese momento ella se acercó a la barra y pidió algo, ahí fue cuando decidí acercarme.
-Tienes cara de que te gusta el vodka- dije sin entender ni yo mismo el porque de mi comentario, solo quería estar cerca de ella - ,si quieres yo te invito a uno.-volví a comentar esperando poder conocerla, esa chica me había impactado.
- ¿Disculpa?- respondió con una cara que me pareció tierna- ¿acaso te he pedido yo que me invites?-preguntó con un tono ofendido- No, no quiero nada, ya he pedido algo.-me aclaró, para después apartar la mirada de mí,¡Diós, que chica mas tierna!
En ese momento el mesero le acercó el café que había pedido.
-¿No es un poco tarde para que tomes un café tan cargado?, luego no podrás dormir por la noche- dije con tono de burla.
- ¡Nunca es tarde para un café!- respondió con mal humor, en ese momento me pareció bastante aniñada- Es más siempre es buen momento para un café.
- De acuerdo,-asintí levantando las manos y sin ganas discutir por simple café que a mi gustó parecia asqueroso, odio los cafes, aunque nunca haya probado uno. El simple olor que tienen me desagrada con las manos- ¿Cómo te llamas?-pregunté para cambiar de tema.
- ¡Qúe te importa!- dijo como si tuviera dos añitos,¿por qué ese mal humor?¿acaso estaba amargada?
- Encantado, qué te importa, mi nombre es Liam-me presenté demostrándole que yo también podía jugar a su juego. Esa chica me había impresionado, pero a la vez me parecía infantil y malhumorada. Pero acababa de concerla y tenía algo que me había cautivado.
¡Hola! Os presento la versión de Liam cuando conoció a Jane ¿Le gustará más de lo que el mismo quiere admitir?
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Editado: 16.05.2023