Jane
En la mayor parte de los casos, las reacciones de un humano son expresiones de libertad para pensar, decidir y ser responsable. Eso es lo que me pasó a mí cuando vi el restaurante al que Liam me había llevado, en ese instante entendí que ambos éramos muy parecidos en carácter, pero pertenecíamos a mundos completamente distintos. Lo digo porque, aunque mis padres se han encargado de que a mis hermanos y a mí nunca nos faltara nada, no somos esa clase de familia que puede frecuentar ese nivel de restaurantes. Mi padre es editor de libros en una editorial muy conocida de Los Ángeles, pero pese a todo, su sueldo no está a la altura de su potencial, mi madre por otro lado trabaja como abogada y tiene un bufet junto con la madre de Emma, aunque para ser sinceros, mi madre no cobra la mayor parte de sus casos porque sus clientes no tienen los suficientes recursos. Vivíamos en Baja California porque mi padre trabajó en Ensenada buscando cualquier forma de conseguir dinero y las cosas estaban difíciles, pero con el nacimiento de Lexie, mi hermana pequeña, mis padres quisieron asentar cabeza y nos instalamos definitivamente en Santa Mónica. Nuestra casa se encuentra cerca de la playa pero eso no significa que sea la más lujosa, es más, mis padres siguen arreglándola después de estar casi cinco años viviendo ahí. Desde pequeña he visitado la playa y admirado su maravilloso mar, admirar las puestas del sol junto con Jackson eran mi forma de desconectar. En cierto modo desde que Jackie murió Liam ha sido esa puesta de sol en mi vida. Es verdad que en todas las ocasiones en las que hemos estado juntos hemos terminado discutiendo en algún momento, pero hay algo en él que de alguna forma me relaja, adoro sus ojos, son tan intensos y profundos que me cuesta sostener la mirada. Su boca ¡Diós! es perfecta, sus labios son finos, pero me hacen extremecerme de pies a cabeza. Parecerá mentira, pero su pelo es la mejor parte, es oscuro pero a la vez suave y me encantaría tocarlo. Todo de él me gusta, de vista se puede decir que es el chico ideal, pero mentiría si dijera eso. No existe alguien perfecto. Liam ha sido atento conmigo, sus besos me han llenado el alma , pero no he olvidado que sus palabras me han llegado a lastimar.
Me encantaría decir que he concido al chico de mis sueños, pero a veces los sueños se pueden convertir en la más horrible de las pesadillas y cuando te das cuenta, ya es tarde para despertarte.
Liam
Me siento extraño cuando estoy con Jane, no me refiero a que no me agrada estar con ella, me comporto de la manera más perfecta que pueda, ese no soy yo de verdad. Mis padres me criaron con todos los lujos a mí alcanze, me convertí en el clásico niño mimado de padres forrados que no tiene ningún amigo real. Cuando cumplí quince años me regalaron un perro al que llame Bobbie, él fue mi único amigo en mi adolescencia, los demás se acercaban a mí por interés. Pronto aprendí que las amistades son como una reliquia, hay que cuidarlas día a día y crecer con ellas. Todo esto fue gracias a mi abuela, quién se encargó de ponerme de cara con la realidad, la vida es un simple camino, todos seguimos el mismo, la cosa está en que puedes elegir el camino más fácil, que es el de la soledad, o puedes aprender a convivir y compartir, irte por el camino más rocoso pero con ayuda de gente que confíe en ti sin dudarlo. La muerte de mi abuelo me hizo entender que estaba malgastando mi vida, desde ese momento me abrí al mundo y me caí y levanté miles de veces pero con la ayuda de mis amigos. Thiago, Aiden y Dylan son como los hermanos que nunca tuve. Me acuerdo de la primera vez que le hablé a mi abuela de un amigo del cole, Thiago, él y yo fuimos muy buenos amigos, pero era muy pequeño y no supe valorar su sincera amistad. A los dieciseis años conocí a Aiden en una fiesta del instituto. Fue el único que se preocupó por mí y me tendió la mano cuando me emborraché por primera vez, desde ese momento nunca más se la solté. Dylan fue mi compañero del equipo de fútbol del instituto, me convenció para que me declarara a la primera chica que me gustó de verdad, fue una especie de cupído, y me apoyo cuando ésta me rechazó. Los tres estuvieron para mí cuando más los necesité, por eso los considero mi tesoro más sagrado junto con mi familia. Hablando de chicas, el tema se oscurece, a partir de que esa chica me rechazara por no ser lo suficiente maduro para ella cambié radicalmente, me prometí no volver a involucrarme sentimentalmente con ninguna. Estuve con muchas durante mi etapa de universitario, conocí mi lado atractivo para las chicas cuando en las fiesta de cada fin de semana se me lanzaban. No me agradaba del todo ninguna, eran las típicas superficiales que me veían como una simple conquista. Lo sé, es raro pensar que a los hombres nos puede pasar eso. Me encantaban las típicas historias de chico conoce a chica que consigue cambiarlo y hacerlo una mejor persona, pero yo no quería que me cambiaran, me gustaba quién era y eso no lo podían modificar. Al terminar la carrera empezé a descontrolarme en las fiestas y tirarle la caña a más de una. Cuando conocí a Jane pensé que sería como las demás, pero me puso los frenos de inmediato ¿será por eso que no me la puedo sacar de la cabeza? Desde que la besé por primera vez supe que lo nuestro iba a ser totalmente distinto a lo que yo había tenido con todas las chicas con las que había estado. Ella era mucho más jóven que ellas, pero la única con una sonrisa que lograba ponerme nervioso.
¡Hola! Este capítulo muestra el lado más profundo de Liam yJane ¡Espero que os guste!
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Editado: 16.05.2023