Liam
Los sentimientos para mí siempre han sido un obstáculo para avanzar en mis relaciones más serias, y es que todo lo que he vivido me ha hecho incapaz de interpretar lo que me pasa. Quizá la ausencia de mis padres haya provocado que intentara mantenerme algo distante para no sufrir tras su marcha cada cierto tiempo. Es difícil entenderme a mí mismo, con mis abuelos o mis amigos me resultó completamente sencillo manifestar el cariño que les tengo, pero con las chicas, la cosa se complica. Es raro entender la parte sentimental y emotiva que tenemos los humanos o los animales, si bien es verdad que todos de algún modo sentimos y sufrimos aún queriendo ser fríos y distantes, siempre hay algo, un punto débil, aquéllo que nos debilita y nos fortalece a partes iguales. Eso es lo que Jane ha conseguido en cuestión de días, me siento mejor conmigo mismo, no significa que algo en mí haya cambiado sino que ha despertado esa parte que hace años se apagó para que mi corazón no sufriera por la distancia de mis padres, la muerte de mi abuelo o las inseguridades que siempre me habían causado los temas amorosos.
El tiempo es abstracto en este momento, no importa si han pasado días, horas o segundos. Mis sentimientos son claros, Jane es una chica con una vitalidad que se transmite y eso es algo que nunca nadie había logrado en mí. Cada segundo que pasa anhelo confesarle cuanto la quiero, abrirme del todo y ponerle mis sentimientos en bandeja, ¿Pero y si ella necesita espacio o tiempo? esto es una primera cita, las cosas no tienen por qué suceder de golpe, la vida son experiencias que compartes con las personas que más amas y así también los conoces mejor, todavía me falta conocer a Jane, ese es el sentido de madurar, esperar a que las cosas pasen sin acelerarlas, y con el tiempo centrar nuestros caminos para encontrarnos. Todo esto suena muy profundo y tal vez nunca se ha escuchado de boca de algún chico, pero es muy cierto que todos pensamos eso, Cuando es la persona indicada aparece, lo correcto es saber esperar, la otra persona también siente y pensar en el futuro sin precipitarse nos hace maduros y conscientes.
Jane y yo seguíamos besándonos con una suavidad y a la vez intensidad que me proporcionaban una satisfacción enorme, cada vez me demostraba que ella también sentía algo, con eso me bastaba. LLegado un momento en ell que los besos llegaron a más, tumbé a Jane sobre el sofá colocándome encima de ella con cautela para no aplastarla ya que era mucho más grande que ella. El deseo incontrolable nos invadía, hasta que al bajarle la tira del top blanco que llevaba ella se inclinó para poder levantarse.
- Liam, espera-me dijo con la respiración entrecortada-, no estoy preparada, ahora no.- su respuesta a lo que estaba pasando me sorprendió ¿eso significaba que ella era virgen? No tenía ningún problema con eso, es más, entendía que las cosas estuvieran yendo muy deprisa.
- Está bien, lo siento si te he incomodado- le respondí mientras me sentaba en el sofá y ponia mis manos sobre mis rodillas y agachando la cabeza me daba cuenta de lo que significaba ser cinco años mayor a ella, en ese momento me sentí culpable, quizá le había presionado demasiado.
- Ehh, mirame- me dijo Jane mientras con su sedosa mano giraba mi cabeza y hacía que la mirara.-¿En qué estas pensando?- me preguntó con alguna sospecha de intuir qué me pasaba.
- Jane, tienes dieciocho años, esto no tiene por qué ser así, no te quiero presionar- confesé con una mirada cargada de culpa y dolor por pensar que la estaba utilizando.
- Liam, no te he dicho que pararas porque no lo he hecho antes, sino que no lo he superado- me dijo cabizbaja como yo lo había estado segundos antes. Su respuesta me llenó de rabia.
- ¿Qué es lo que no has superado?- le pregunté confuso y empezando a preocuparme por ella al ver su expresión derrotadora.
- En mi anterior y única relación, las cosas fueron muy rápido, el que fue mi novio nunca me trató muy bien, fue una relación algo tóxica y controladora. No quiero que las cosas se vuelvan a repetir- me dijo, al escucharlo mi primer instinto fue darle un fuerte abrazo, al acabar no supe que decir.
- Te quiero Jane, y quiero que tú también me quieras- le confesé con tantos nervios que pensé que explotaría.Ella se sorprendió al oirlo y después me dedico una encantadora sonrisa .
- Liam, ¿ y si te digo que no?- me respondió, al instante mi cara se descompuso, me encontraba en la misma situación que hace varios años atrás. En ese momento Jane pegó una risotada que me tranquilizó- ¡Qué es broma! ¡Te adoro Liam Scott! y sé que es muy rápido todo esto, pero la vida es corta y los sentimientos intensos- me respondió dándome un pico.
Al ver como me había gastado una broma, mi primera intuición fue vengarme.
- Corre- eso fue lo único que le dije, al segundo ella salió corriendo entre risas intentando huir de mí, aunque poco le duró cuando la pillé casi la mato a cosquillas y después pasámos todo el resto de la tarde comiéndonos a besos y viendo pelis de acción que resultaron ser sus favoritas acmpañadas de una tarrina de helado de vainilla. Esa fue una de las tardes más felices que viví en aquéllos días de gloria.
Las cosas van viento en popa, Jane y Liam se han confesado mutuamente, pero el amor es como el vidrio si se maneja con torpeza.
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Editado: 16.05.2023