Muchos años pasaron nuestra pequeña Vevesi, ya había crecido, ya habían pasado más de 10 años, es un día especial para los humanos pues era el cumpleaños de esta niña que ahora ya era una señorita, su cumpleaños número 16, con un pequeño pastel en las manos del padre, entra a la habitación de su hija para despertarla con una pequeña pieza de la canción Happy Birthday.
Padre: ♪♪Happy Birthday to You♪♪Happy Birthday to You♪♪
Vevesi Con una cara de confusión al despertar, ve a su padre con el pastel en las manos, cantando lo que recuerda de la canción.
Vevesi: ¡Hay papa !, ¡Qué bonito!, ¡GRACIAS!
Vevesi le da un abrazo a su padre de forma de agradecimiento. El padre terminando el abrazo y con una sonrisa dice:
Padre: Si no te apuras no podrás comer el desayuno especial que te prepare, y mucho menos podrás llegar a tiempo al colegio.
Vevesi: ¡Okey!, ya me alisto
Al decir eso el padre sale de la habitación, cerrando la puerta.
Vevesi con un rostro que paso de la felicidad a la melancolía se pierde con la vista por la ventana a su lado, viendo hacia el cielo, susurra:
Vevesi: Otro día (suspiro)
Se arregla para poder ir a la escuela con su uniforme, muy rápido para también poder desayunar con su padre. Bajando las escaleras ve una mesa con su desayuno favorito, café con leche y waffles, era especial para su padre era el cumpleaños de su pequeña niña, y no la volvería a desayunar o a comer algo con ella, durante 3 meses. Pues el padre trabajaba en exportación e importación de productos, puesto que era el jefe debía de estar ahí para supervisar todo. Es por esa razón que dejaba a su hija sola en la casa a cuidado de una vecina.
A Vevesi no le importaba puesto que no le afectaba, pero los pequeños momentos con su padre lo aprovechaba al máximo. Y aunque tenía su “libertad” de salir a cualquier lugar, ella prefería quedarse en casa.
Así que siempre estaba ahí y la vecina no tenía tanto trabajo y su padre se quedaba tranquilo.
Al terminar de desayunar fueron a la parada del autobús para dejar a su hija a la escuela, ya en el camino empezaron a platicar cosas sobre el viaje y la escuela, el padre muy serio le pregunto:
Padre: ¿Qué tal te va con tus calificaciones?
Vevesi se siente un poco preocupada, pero controlándose responde:
Vevesi: Me va muy bien, de hecho, la siguiente semana son los exámenes de medio semestre
Padre: ¡Qué bien!, estudia mucho, mándame las calificaciones de inmediato cuando te las den. ¿Está bien? No quisiera que sacaras malas notas o no podrás entrar a esa Universidad que ya habíamos hablado, sé que serás una gran abogada
Vevesi al escuchar eso se siente muy mal. Pues ella no quería estudiar eso. Pero no podría decir nada, era la decisión de su padre
Padre: Pero, sé muy bien que sacaras una vez más las mejores y también perfectas calificaciones. Después de todo estar en el último año de bachillerato a la edad de 16 años, es todo un reto, y lo has sabido manejar muy bien.
Padre: Espero con ansias que me des las calificaciones para sentirme orgulloso de ti. (termina esta frase con una sonrisa)
Vevesi: Si papá no te decepcionare, estudiare mucho. No te preocupes
Padre: Si ya lo sé, pero no te estreses tanto con los exámenes, debes de tener también un medio de distracción para estar bien
Vevesi: Si (con una voz algo apagada)
Vevesi al escuchar eso se siente aún más presionada, en el fondo de la avenida se ve el bus del colegio, que llegaba para recoger a Vevesi
Padre: Mira ahí está tu bus.
Vevesi se despide de su padre y se sube al bus con un agito de su mano le dice adiós, su padre hace lo mismo. Al hacer esto se dirigió al asiento final del bus, vio como su padre se iba alejando, viendo el cielo, empezó a pensar preocupada por los exámenes, lo que no conto a su papa era que esa semana iban a hacer una prueba antes de los exámenes para poder ver como iban con los estudios y una prueba del examen real.