¿quieres ser mi ex?

Double Thoughs

Sus dedos vacilaban sobre los brazos del sillón azulado, sus ojos expulsaban agua, sus piernas se balanceaban con insistencia y su mente estaba llena de recuerdos agridulces compartidos con Jorge.

Esas memorias perfectas en su tiempo respectivo el costaban caro en el presente. Su futuro también se vería afectado, así que necesitaba cerrar aquel libro viejo.

Los recuerdos debían permanecer, pero era importante darles un enfoque diferente para continuar con una mala práctica en su estabilidad emocional.

Los recuerdos, jamás abandonarían a un astral, solo pasaban del subconsciente al inconsciente.

Marlene se replanteaba por qué seguía pensando en el rubio si todo había acabado.

¿Qué no era evidente?

Él fue el primer y el único astral con el cual había salido antes de estar con Laloot.

La relevancia de esa amistad transformada en algo más dictaba demasiada profundidad en su corazón. Al estar tan interno en sus sentimientos, ella no podía dejar de tomarlo como un punto de referencia.

Evaluaba a su actual pareja con su antiguo novio porque no tenía con quién más compararlo…

En realidad sí, simplemente que no lo tomaba en cuenta… utilizar a su padre sería lo mejor y lo utópico.

No, ella comparaba con el chico de ojos castaños con el cual convivió durante mucho. Parecía que seguía enamorada de él cuando eso no era cierto, ¿o sí?

La joven estaba desesperada por tanta verdad que su visión comenzó a fallarle, sus manos temblaban por el estrés, su corazón estaba latiéndole con fuerza y su mente estaba avisando qué estaba sucediendo.

«No, no, no, no», dijo ella con desesperación.

«A quien amo es a Laloot, no a Céli. Él ya tuvo su momento… si es así, ¿cuál es el motivo por el que sigo emocionándome cada vez que lo veo en mi camino?»

El Arregla Cabezas la llamó: —Señorita, Santiago. ¿Se encuentra bien? ¿Quiere que paremos la sesión?

—Sí —confesó ella, llorando—. Lo siento, no puedo ahora… No sé si esté lista.

—Uno nunca está preparado para este tipo de cosas… Dígame, qué es lo que le genera tanta confusión.

—Siento que sigo enamorada de él —Marly escondió sus manos en su suéter y agachó la mirada—. Hay sentimientos fuertes hacia él. No creo que sea correcto.

Ella siguió hablando con el doctor.

Ella entendió que no amaba a Krüstien, pues ellos funcionaban mejor como amigos que como pareja romántica.

Su corazón se estaba partiendo al reconocerlo, el llanto aumentó increíblemente y su alma se sentía bien al liberarse de una afirmación ambigua.

El dolor era mayor que las ganas de desmentir.

Su cuerpo se desgastaba al mismo tiempo en que curaba heridas poco visibles a primera vista.

El dolor afirmaba que todo mejoraría con el tiempo.

¿Por qué había terminado con Célefes si estaba segura de sus sentimientos hacia él?,

¿Qué había pasado para que tomara esa decisión?

¿Estaría relacionado con sus padres?

Esa información no quedaba del todo clara, mas, lo real era que el acontecimiento debió apoderarse de ella lo suficiente como para haber tomado la decisión.

¡Ellos tenían una relación sana y próspera!

«Marly, tranquilízate», se golpeó las mejillas.

«Encontrarás la respuesta a tu pregunta, pero no tan rápido como lo deseas. Todo esto es un proceso y es bueno dejarlo desarrollarse sin presiones».

Respiró lentamente para confiar en que todo iría avanzando como lo esperaba.

El señor le preguntó si quería estar en pareja con quien actualmente era su novio.

Dijo que sí.

El sujeto le comentó que habría trabajo por hacer para redirigir los sentimientos hacia el Registrador.

Gracias a ello, la sesión continuó con sencillez.

Ella estaba dispuesta a esforzarse para ir auto conociéndose hasta no necesitar ayuda de expertos.

Terminó la sesión.

Ella salió del cuarto para toparse con que su pareja intentaba abrir una lata de refresco.

La joven se acercó para ayudarlo.

Él agradeció su apoyo.

En su mirada notó por qué estaba con él, vio esa luz en sus días grises.

—Marly, ¿cómo estuvo la sesión?

—Descubrí que sigo enamorada de Jorge.

Él dejó su bebida.

—Pero, no es lo mismo. Lo que amo está contigo.

Él se quedó en silencio durante unos minutos.

—Tantos años separados, con sus vidas propias y no lo superas. Bien, está pasando mi peor pesadilla.

—Mi amor, no. Conforme pasan los días sé que si mi relación terminó fue porque así debió ser.




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