Pasaron muchos días desde la propuesta de Marlene a Laloot y, la presentación de Jorge a los señores Hitro.
Dichos acontecimientos desencadenaron otros.
La primera situación que ocurrió fue una discusión entre los miembros de la familia principal de Collin. Ello se debió a las pertenencias desaparecidas del hijo y que exiliaron al chico de su casa.
Cuando estaba sucediendo, Céli estaba en la oficina de Elliot Frúk, vigilando que todo estuviera bien.
El líder provisional se había enterado de lo de Hitro gracias a uno de los Catastróficos que se le acercaban.
Tras enterarse él aceptó que estar lejos de su amigo y su novia sería bueno.
Pensó que sería bueno visitar a la pareja que conocía.
El plan era bueno, sin defectos.
Sin embargo, no todo salió bien ya que en el camino se topó con el padre de Bella.
Él no lo dejó en paz porque le reclamaba por el conflicto con sus hijos.
—Solo di mi opinión. No lo mandé a discutir con su familia… Vengo de una familia pequeña en la cual el respeto es aceptar que los demás son diferentes y que sus cosas tienen valor.
—Aléjate de mis hijos. No te acerques de nuevo a ellos, bastardo. Eres mala influencia.
Jorge no respondió, fue alguien más.
—¿Quién te crees para mandarle? Dime. ¿Mi novio te ha hecho algo? ¿te golpeó o insultó? ¿te dañó?
Bella estaba molesta con su padre y luego eso se compartido por su hermano.
—Jorge es un excelente muchacho. Él es mi único amigo real en el cuartel… Sería feo no verlo.
—No quiero verlos en mi casa otra vez —gritó el señor—. A ninguno de los tres. A mis hijos les digo que tienen tres días para sacar sus cosas y mudarse.
Afortunadamente, la madre llegó a tiempo.
De ese modo, logró calmar a su esposo y lo convenció de ir a terapia junto a ella.
Lo siguiente a lo que se expuso Célefes fue a una sorpresa para Collin: ¡su fiesta!
El día de la discusión familiar era su cumpleaños.
Su fiesta fue perfecta a pesar de lo sucedido con sus padres. Todo mejoró cuando sus ascendentes aparecieron para convivir con él.
Pero, esas actividades no fueron la punta del iceberg para ojos castaños.
No, la parte más alta fue enterarse que en unos días Marly y Laloot se unirían en matrimonio, aparte de que eso fue idea de la novia.
Ese día todo dictaba que nada saldría mal, incluso en el trabajo, los Catastróficos respetaron a Célefes.
No había nada que pudiera romper la rutina hasta que unos novios se hicieron presentes en el cuartel.
La antigua pareja del rubio expresó: —Teníamos planeado hacerlo en unos meses, pero ese concepto no nos dejaba de perseguir y hemos tenido muchas señales.
—Increíble. ¡Felicidades! No me esperaba que fuera tan pronto. Aun así, les deseo lo mejor y tengan una bella boda. Sé que todo marchará bien.
Laloot lo interrumpió: —¿No irás? Eres uno de los invitados especiales, los otros son nuestros familiares y amigos cercanos… Puedes llevar a Bella.
—Pensé que no estaba invitado. Me alegra —sonrió Jorge—. Asistiremos sin problema, solo sería que nos confirmen una fecha exacta.
Marlene miró a su pareja antes de responder.
—Nos casaremos un día antes del cumpleaños de Laloot y dos meses previos al mío. ¿Buena referencia?
—Oh, vaya. Estamos a una semana de que la segunda predicción pase. Debo hablar con mi novia
Para ser exactos, había pasado cinco días después del cumpleaños de Collin.
Así se podía ver que el tiempo corría rápido y que todo podría suceder con un parpadeo o suspiro.
«Me alegro por ellos. Se lo merecen completamente. No podría verlos con alguien más que no sea el otro».
«Ellos están hechos para complementarse… como Bella lo está conmigo».
Tras pensar en eso llamó a su pareja para informarle acerca de la invitación que había recibido para ambos.
Ella se escuchó feliz e inclusive, gritó que estaba enamorada de esa pareja, muy enamorada.
Él se quedó pensando acerca de lo que Bella dijo.
Tal vez se refería a que admiraba a la pareja conformada por la Captadora y el Registrador.
Todo parecía ser normal con sus palabras.
Ella demostraba estar entusiasmada por asistir a la boda y pareció que sería a la primera a la cual asistiría.
Aunado a ello, estaba la idea de que usaría el vestido que nunca se había puesto para usarlo en una situación especial como la que se suscitó.
Tiempo más tarde, las cosas se fueron poniendo interesantes para la pareja comprometida.