Quiero amarte

I 14 I

SKYLAR BANNERMAN

 

Sorpresa...

Miedo...

Arrepentimiento...

Esas emociones se arremolinan en el rostro asustado de Carrie, mientras se forma un silencio sepulcral entre nosotros.

La densa tensión es tanta, que fácilmente podría cortarla con unas tijeras.

Aaron de manera tranquila limpia los restos de labial y saliva en su boca, y después prosigue a abrocharse los botones abiertos de su camisa.

Doy un paso al frente con torpeza, sin saber muy bien qué  hacer o decir, con incredulidad miro a Carrie acomodar su vestido negro con nerviosismo y volteo para mirar la expresión de Alex.

Y entonces, veo sus ojos llenarse de enojo, de dolor, decepción y de odio, mira a Carrie y a Aaron de una manera, que por un breve instante, creo que va a echarse encima de ellos y matarlos a los dos.

¿Cómo es posible?

Alex me hace a un lado sin llegar a lo brusco, su expresión es de enojo puro; sus hombros están tensos, su mandíbula apretada y las venas de su cuello y brazos queriendo explotar.

—Alex... Y-yo te lo puedo explicar... — Carrie tartamudea, quedándose paralizada, sin mover un solo músculo, con su rostro rojo y sus ojos llenos de lágrimas.

—Tú cállate. — Le espeta cortante Alex. Se adentra al baño sin importarle que sea de chicas y camina amenazante hacia Aaron, éste al verlo decidido y molesto da un paso atrás, intimidado.

Cobarde.

Mi mente se queda en blanco al saber lo que se viene adelante.

Alex toma a Aaron por el cuello de la camisa, estampándolo contra la pared, el sonido que hace la espalda de Aaron al chocar con  la pared me es un tanto doloroso y hago una mueca.

Nunca he sabido como reaccionar a este tipo de situaciones.

Estoy segura de que no soy capaz de soportar mirarlo pelearse por algo que no vale la pena.

Sé que Alex es bueno peleando. Aparte de jugar fútbol y dibujar, también entrenó en una prestigiosa academia de box, destacando en uno de los cinco mejores boxeadores.

«¡No te quedes ahí parada! ¡Se van a pelear, reacciona rápido, tonta!»

Parpadeo y salgo de mi estado en blanco, Carrie está en la esquina del baño, asustada sin saber como detenerlo.  Aún sabiendo que puedo salir más que lastimada intervengo entre medio de ellos.

Ubico mis manos en el firme pecho de Alex y intento empujarlo lejos de Aaron, estoy asustada y ni siquiera sé el porqué, sus ojos conectan con los mios y le ruego con la mirada que se detenga, que no lo haga.—Basta, no lo hagas... Suéltalo — Susurro con temblor y sus facciones se relajan un poco —, no vale la pena, Alex...

Su mandíbula se tensa más y me hago a un lado, confiada en que no lo golpeara, parece que hace una lucha interna para contenerse y al final suelta a Aaron con vehemencia, empujándolo lejos, y se retira con grandes zancadas del baño, ignorando por completo las súplicas que le hace Carrie para darle explicaciones.

Trago grueso y sin perder más tiempo sigo a Alex.

¿Por qué? ¿Por qué razón Carrie se orilló a engañar a Alex?

La misma pregunta y las imágenes de Aaron y Carrie enrollándose rondan por mi cabeza en cámara lenta, inhalo una bocanada de aire y esquivo a todas las personas que se me atraviesan en el camino con rapidez, mis ojos sin perder de vista el cuerpo atlético del chico causante de mis suspiros. Alex camina tan rápido que se me hace imposible alcanzarlo trayendo conmigo plataformas. Temo que en cualquier momento pueda tropezar.

Al salir del club la brisa de aire fresco me golpea, logrando que mi cabello salga esparcido por todos lados, hay un grupo de chicos fumando y conversando, cuando me ven pasar por su lado sonríen y comienzan a silbar en tono bajo.

—Hermosa no lo sigas, aquí me tienes a mí — Muerdo el interior de mi mejilla y evito mirar a quién sea que haya dicho eso. ¿Alex no se ha dado cuenta que lo estoy siguiendo o qué? Él sigue caminando con velocidad dirigiéndose al estacionamiento, dejándome atrás.

Me adentro al estacionamiento repleto de autos deportivos y obligo a mis pies a caminar más rápido, Alex mete la mano en el bolsillo de su pantalón y saca las llaves de su auto, hace que la alarma del auto se desactive y aguanto un grito al sobresaltarme.

Sin mirar atrás él trepa en su auto, tuerzo la boca al imaginar que arrancará en cualquier instante y me dejará aquí varada, sin embargo, Alex enciende el auto y espera con paciencia hasta que yo subo al puesto de copiloto.
Y en ese momento es que arranca saliendo del estacionamiento, sin articular palabra alguna.

Juego con el borde de mi cartera manteniéndome en silencio, de reojo observo a Alex, él está apretando con fuerza el volante que sus nudillos se tornan blancos y las venas de sus antebrazos se saltan más, abro la boca y la cierro, debatiéndome en si hablar o quedarme callada, opto por la segunda opción y miro pasar con velocidad las casas a través de la ventanilla.

Alex detiene el auto fuera de una tienda 24 horas, la tienda por fuera tiene miles de letreros de promociones, el letrero con letras fosforescentes me indica el nombre de la tienda, estamos en una zona alejada, lo que nos rodea sólo son terrenos vacíos con las murallas rayadas de pintura en aerosol, frunzo el ceño y escucho a Alex desabrocharse el cinturón de seguridad.

—No me tardo — Avisa sin mirarme antes de salir del auto. Suspiro y por la ventanilla lo observo caminar y entrar a la tienda abierta las 24 horas del día.

Paso el cabello que me estorba por detrás de mis orejas y instantáneamente Daniel aparece en mi mente, él y Karen se han quedado en el club, y Alex y yo desaparecimos sin decirles el por qué. Enciendo mi celular y le tecleo un mensaje a Daniel, escribiéndole que me he retirado con Alex por equis causa, la ventaja que tengo es que está borracho y no me cuestionará nada.




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