Quiero amarte

I 21 I

SKYLAR BANNERMAN

—¡No! — Chillo escandalizada, el temor entrando por mi sistema —. ¿Estás loco? ¡No le hagas caso a Daniel!

Alex menea la cabeza y pisa más el acelerador, haciendo que las llantas rechinen contra el asfalto y una espesa nube de humo gris salga de los neumáticos.

Escucho a Karen reírse desde el puesto copiloto en la camioneta de Daniel.

—¡Relájate, Skylar!

—¿Quieres qué me relaje? — Exclamo, con alteración —. ¿Cómo me voy a relajar? ¡¿Acaso quieres qué me muera!?

Ignoro el hecho de que Daniel y Karen están carcajeándose de la situación y volteo hacia Alex cuando estira su brazo para tocar el mío.

—No va a pasar nada, Skylar — Él trata de tranquilizarme utilizando su tono de voz suave, a lo que entrecierro los ojos —. Ya he hecho esto antes con Daniel.

Bufo, claramente, enojada.

No tuve ningún problema en que me dieran permiso para asistir al club, papá no se quejó o tuvo inconvenientes, últimamente, no había salido mucho y eso fue de gran ayuda en parte. Quince minutos antes de las nueve Alex llegó por mi, aunque ya le había dejado en claro en que si podría ir con autorización de papá pero eso no le bastó, estando fuera de mi casa, bajó del auto y habló con mi progenitor, asegurándole que me traería a una hora adecuada, sana y salva.

El gesto se me hizo, de una manera, bastante tierno, porque jamás, en el tiempo donde tuve una gran variedad de amigos e incluso novios, ninguno se atrevió a pararse fuera de casa y hablar con mi papá, todos tenían ese miedo de no ser aprobados, o tal vez, — y peor aún —, no querían profundizar, sólo porque no sería algo serio.

Así que, después de todo, eso habla muy bien de la persona de Alex, aunque sé que con todas sus conquistas lo ha hecho, y de igual forma, habla bien de él, y se me sigue haciendo tierno y bonito el gesto. Puedo jurar que hasta mi padre quedó sorprendido ante su atrevimiento.

Entonces, después de eso, él y yo comenzamos a conversar de cosas triviales mientras conducía por las calles para ir hacia el club, y por obra del destino, nos encontramos con Daniel y Karen que también se dirigían al club; Daniel empezó a molestar a Alex con comentarios tontos y luego lo retó a jugar "carreritas" en la carretera, para ver quién de ellos dos logra llegar primero al club y ganar. Desearía que Karen se encontrara en el mismo estado que yo, pero no es así, ella alenta a Alex a que lo haga.

—¡Me bajaré del auto si piensas hacerlo, Alex! — Amenazo, y él levanta las cejas.

—Skylar — Hace una corta pausa, pensando en sus siguientes palabras —. Yo conduzco igual que Brayan O'conner, no pasará nada.

—¡Y yo como Toretto! — Grita Daniel, desde adentro de su camioneta.

—¡Son unos estúpidos! — Escupo, neurótica. Karen saca la cabeza por la ventanilla llena de diversión, sé que aunque haga lo que haga, diga lo que diga, ellos jugarán a sus estúpidas carreras.

—Abróchate el cinturón, Skylar — Pide Alex, mirándome, estamos metidos en un callejón, por suerte se encuentra solo, no obstante, sé que al salir del callejón las calles se encontrarán repletas de autos, cosa que no ayuda a mi miedo —. No me hagas hacerlo por ti.

—¿Sabes qué? Me bajaré — Amenazo, dispuesta a hacerlo —. Si ustedes quieren jugar a sus "carreritas" pues háganlo, pero tú no cuentes conmigo.

—Skylar... sólo abróchate el cinturón.

—Si quieres jugar tus carreras, hazlo; y para no darte mucha molestia no vuelvas por mí, me voy en Uber y te ahorro la vuelta — Abro la puerta con intención de salir, y su mano se envuelve en mi muñeca, impidiendo mi huida.

—Ya te dije que no pasará nada, Skylar.

—Pues Dios no lo quiera pero puede pasar algo, sabes bien lo que ocurre hoy en día por éste tipo de...

Me interrumpe. —Haré todo lo que quieras, pero no bajes y abróchate el cinturón, ¿si?

Aprieto los dientes, pensándolo bien, debatiéndome seriamente en bajarme e irme aparte al club, o acompañarlo y hacerle caso, sin embargo; dejo de pensarlo y a regañadientes lo termino obedeciendo.

—¿Satisfecho? — Pregunto con amargura una vez que me abrocho el cinturón.

Sonríe. —Más que satisfecho.

Alex regresa la vista al frente y vuelve a hacer que las llantas rechinen contra el pavimento al mismo tiempo que Daniel lo hace.

—¿Seguro que has hecho esto antes? — Cuestiono, en gran parte atemorizada, mis manos empezando a sudar.

—Sí, solía hacerlo con Axel también.

Desvío la vista al frente y trago saliva. Daniel y Alex parecen estar teniendo una conversación por telepatía mientras que se miran directo a la cara.

—No iré tan rápido, iremos a ciento treinta por lo mucho — Me avisa Alex.

—Ay, no, mejor me bajo.

—Uno... — Daniel cuenta al tiempo en que deseo bajar. No entiendo por qué les divierte hace éste tipo de cosas idiotas —. Dos...

—¡No, espera! En serio me quiero bajar — El miedo se esparce por mi sistema y los tres me ignoran.

—... y tres.

Alex arranca el auto al momento en que suelto un chillido pronunciando su nombre, el aire se cuela por las ventanillas golpeando mi rostro con fuerza, despeinando todo mi arreglado cabello.

La adrenalina junto con el miedo, el pavor, temor y horror se mezclan en mis venas y mi sangre corre como corriente de agua, mi corazón bombea tanto que por un momento, pienso que podría salirse de mi pecho. Miro a Karen sacar la cabeza por la ventanilla mientras que grita con diversión, su cabello pelirrojo esparciéndose por todos lados.

—¡Oh, Skylar, deberías ver lo que se siente! — Grita, extendiendo sus brazos —. ¡Vamos, hazlo! Saca la cabeza.

Frunzo el ceño y niego. Está loca si cree que me arriesgaré a sacar medio cuerpo por la ventanilla así como lo hace ella, Alex acelera cada vez más con más velocidad, las tiendas pasan con rapidez que ni siquiera puedo canalizar, él deja atrás a miles de autos junto con Daniel, ambos van al mismo rango.




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