Quiero amarte

I 38 I

SKYLAR  BANNERMAN.
 

—¿Entonces? —frunzo mi boca ante la voz de Karen a mi lado, ella me mira esperando una respuesta de mi parte y enlaza su brazo junto al mío. La diferencia de altura es notable cuando caminamos juntas, Karen mide algunos diez centímetros más que yo con su metro setenta.
 

—No lo sé... —contesto, mirando las hojas verdes de los árboles. Las miradas morbosas han parado un poco, ya no me miran como antes lo hacían, y tampoco los escucho hablar cosas sexuales a mis espaldas, no sé por qué, solo sé que ya no están tan intensos como al principio, aunque debo pensar que también es gracias a el grupo de chicos de fútbol, se molestan si escuchan algo de mí, como la vez que Dante me defendió —. En la noche estaré ocupada con Alex.

Karen levantas sus cejas con picardía, dándome una sonrisita de complicidad. —Pero Skylar... en la fiesta también podrán hacer sus cositas —le doy una mala mirada por saber a lo que se refiere con "cositas" —. Puede ser en el carro, en el baño, en una habitación, o en el piso... ¿lo has hecho en el carro? —inquiere, frunciéndome las cejas con curiosidad —. Se siente increíble, porque es más intenso y como que sientes que están más pegados que en una cama.

Suelto una risita por su comentario y meneo la cabeza. —No.

—¿No lo has hecho en el carro? —vuelve a repetir, tomando mi respuesta mal.

—No —dejo en claro, encogiéndome de hombros y desviando la mirada en el camino para no ponerme roja —. Pero yo me refiero a que estaré ocupada porque los papás de Alex tendrán un evento y me invitó.

 

Su cara se arruga, tiene puesto en los pómulos sombra de brillos plateados que usamos las porristas cuando hay algún partido. —¿Otro?

Asiento con la cabeza, apretando su brazo con el mío. —Seh, eso fue lo que dije yo.

—Pues, ¿cada cuánto tienen eventos?

Observo en el plantel de la preparatoria a Dante en la lejanía hablando por teléfono y noto que está solo, no lo acompaña alguien más, ni Christian o Raúl. Está solo. Sigo caminado con Karen y como si sintiera que lo estoy mirando voltea, y su mirada conecta con la mía y le brindo una instantánea sonrisa, sabiendo que tal vez no me va a corresponder, sin embargo, él también me sonríe de vuelta aún con el teléfono en su oreja.

Un alivio se adueña de mi pecho.

No está tan enojado conmigo.

Cuando Dante deja de mirarme y se concentra en lo que hace yo también me centro en recordar lo que me preguntó la pelirroja. —Mmm no lo sé, solo me dijo que quiere llevarme para presentarme.

—¡¿Presentarte?! —chilla, sin poder creérselo —. Uoah pero si ya lo tienes súper amarrado, pásame la receta.

Le doy un leve empujón con mi cuerpo y ambas nos tambaleamos. —Mejor tú pásame la receta porque domaste primero a mi amigo Daniel.

Se echa a reír libremente. —Sabiendo usar lo que tenemos entre las piernas podemos conseguirlo todo —me guiña un ojo —. Pero ya, en serio, vamos a esa fiesta que habrá hoy.

—No sé a qué hora acabará el evento —justifico.

—No creo que dure hasta media noche, o si dura ustedes pueden irse antes, de seguro habrá muchos vejetes de negocios, se aburrirán.

Nos adentramos al edificio de la preparatoria y caminamos por el despejado pasillo aún sin soltarnos del brazo.—Necesito primero preguntarle a Alex que si quiere ir.

La pelirroja mastica un chicle rosa y hace una bomba con el que revienta al segundo con el filo de sus dientes. —Claro que te dirá que sí, aparte Daniel ya debió haberlo invitado, y Alex va si tú vas, ¿lo recuerdas?
 

«—Él va a ir al club pero si tú vas, dijo que si no ibas tú, no iba él.»

La nostalgia me entra, porque ahora si asistimos a una fiesta ya no será como amigos, sino cómo novios.

—Veremos qué pasa esta noche —acepto, y Karen da aplausos con emoción.

—Sabía que ibas a aceptar —comenta —. ¿Qué ropa te vas a poner? Para ir combinadas a la fiesta, ¿no crees?

Formo una mueca. No me desagrada la idea de ir combinadas a una fiesta, pero sé qué tipo de fiesta es, una donde habrán vestidos cortos, blusas escotadas y mini faldas. No me asusta, porque sí he vestido así, pero no puedo llegar con algo así con los padres de Alex.

—No puedo ir al evento de los padres de Alex mostrando demasiado, no quiero dar esa impresión de mí, pero quizás pueda llevarme ropa aparte y cambiarme en camino a la fiesta.

—¡Sí! —nos detenemos en mi casillero y se recarga en ellos —. ¿Qué te parece si tú llevas un vestido negro y yo uno blanco?

 

—Buscaré si tengo uno —guardo unos cuadernos en mi mochila, haciendo memoria y recordando que sí tengo un vestido corto y pegado —. Pero ¿y si me dicen cosas por lo del vídeo?
 

Ella muerde su labio inferior, pensándolo. —No lo creo, Sky, porque si siguen hablando mal de ti son solo mujeres; y también hay algunos hombres pero estarás pegada con Alex, no se atreverán a decirte nada frente a él, así que no te preocupes, irás a esa fiesta y te aseguro que todos te recibirán bien, cómo antes.

Suelto un suspiro, deseando que así sea.

• •       •


 

Me coloco los tacones de aguja y llevo mi mano hacia mi pecho, sintiendo mi corazón acelerado. Los nervios me carcomen, porque tendré de nuevo a la madre de Alex frente a mí, y no sé si le vaya a agradar, suponiendo que la última vez se comportó borde conmigo. Aunque estaba en un velorio, tal vez por eso su actitud.
 

Mi celular vibra en mi escritorio y me asomo para saber quién es.

Alex <3

Estoy afuera, muñeca.

Trago saliva y me doy una mirada de arriba hacia abajo. Mi vestido es adecuado para la ocasión, es color guindo y me llega a mitad de los muslos, es de manga larga pero deja un poco descubiertos mis hombros; es pegado de la cintura y es suelto de la falda. Decidí llevar mi cabello suelto en capas lisas, que caen sobre  mi espalda.




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