Quiero Creerte

SECRETOS...

Al llegar al barrio las miradas de todos estaban dirigidas a nosotros, era evidente que autos como este no recorrían las calles del lugar.

Cuando estacioné frente a casa, los chicos del vecindario se acercaron al verme bajar, las caras de asombro en ellos eran épicas.

-Di!!! ¿Y este maquinon?

Gritó Timote, mientras Blake miraba a Emma que se bajaba del lado del copiloto.

-¿Ella es la exótica Cherry?

No podía creer la memoria de estos pequeños demonios, nunca pensé que fueran a conocerla, por eso nunca reparé en hablarles de ella, en este momento me arrepentía de ello al ver la cara de asombro de Emma.

-Mmmm si es ella Black, pero no la agobien con preguntas ni charlas.

-No me molesta hablar con ellos Daimon, si ellos ya me conocen y saben de mí, creo justo que yo pueda conocerlos a ellos ¿no?

-No digas después que no te lo advertí, estos chiquillos pueden ser un verdadero dolor de cabeza.

Dije riendo mientras me ganaba la mirada severa de muchos de ellos.

Tamara una niña dulce y tímida se acercó para tirar del abrigo de Emma, esta al notarla se incó a su altura y dulcemente le hablo.

-Pequeña ¿cómo estás? Soy Emma es todo un placer conocerlos.

Dijo lo último dando una rápida mirada hacia todos los presentes en el lugar.

-Soy Tami, me gusta mucho tu pelo.

Le dijo la pequeña haciendo sonrojar a Emm por su dulce alago.

-Y a mi me gusta el tuyo, si quieres puedo venir un día y jugamos a ser estilistas, puedo traer muchos broches para hacernos distintos peinados, ¿te gustaría?

-Siiiii.

Gritó Tami mientras daba pequeños saltitos por la emoción.

-Di gracias por los libros que nos trajiste, nos encantaron.

Dijo Black lanzándose a abrazar a Daimon.

-No hay de que, veré de conseguirles muchos más para la próxima semana.

Dijo mientras sacaba la bolsa de dulces para repartir uno a cada uno.

Cuando llegó a Emma la miró con una gran sonrisa mientras ella le devolvía el gesto tomando el dulce que le ofrecía.

Al entrar a la casa se quitaron los abrigos mientras Daimon se adelantaba para llamar a Sam que debía de estar en su habitación. Antes de subir las escaleras le pidió a Emma que los aguardara en la sala.

Se sentó en el pequeño sofá sin poder evitar que los recuerdos llenaran su mente.

-Emma…

Dijo una asombrada Bianca al ver a aquella muchacha en la sala de su casa.

-Perdone la intromisión, es que he venido con Daimon a ver a Samanta, espero que mi presencia no moleste, no dude en decírmelo, si es así me iré.

-No tranquila… solo me sorprende verte por aquí, ¿con Daimon has dicho?

Sin darle tiempo a contestar Daimon y Samanta se hicieron presentes en la sala.

-Mamá ¿cómo estás? Ella es Emma mi nueva jefa.

Dijo señalando a la aludida, mientras seguía con las presentaciones, ajeno al ambiente cargado de tención.

-Emma ella es nuestra querida madre Bianca, oh, por cierto, Emma es una gran amiga de Sam.

-No me habías dicho que Emma era tu jefa cariño, me habías hablado de una tal Cherry, por eso no la asocie con ella…ya nos conocemos, aunque hacía mucho que no la veía, se ah convertido en una hermosa mujer.

Dijo con un deje de tristeza sin poder evitar dar marcha atrás en el tiempo y recordar el pasado.

-Muchas gracias Bianca, usted esta incluso más hermosa de lo que recordaba.

Dijo la joven con nostalgia y sinceridad.

Samanta que hasta entonces parecía ajena a la situación habló.

-Emma venia a casa hace algunos años, cuando tu Di, estabas metido en muchos problemas con las pandillas y no pasabas casi nada de tiempo aquí, por eso no la habías conocido antes.

Dijo mirando a su hermano, que por la expresión de los rostros de las mujeres de esa sala sospechaba que guardaban muchos secretos, este razonaba y contestaba.

-Oh claro… debí de suponerlo, no hablamos mucho de aquellos tiempos.

-Hola Sam ¿Cómo has estado?

Habló Emma sin verla directamente a los ojos, sintiéndose muy nerviosa.

-Bien Em, ¿quieres pasar a mi habitación? Seria bueno poder hablar a solas.

Dijo Sam con una sonrisa que no llegó a sus ojos.

-Claro, vamos...Daimon espero no te importe.

Dijo Emma siguiéndola a las escaleras, mientras esperaba la reacción de Daimon.

-No claro que no, a eso hemos venido, hablen de cosas de chicas mientras yo veo algo de televisión.

Contestó mientras se dejaba caer en el sofá.

Al desaparecer las chicas por completo, su madre habló.

-Cariño, no quiero que pienses que me meto en tu vida, pero ten cuidado con esa familia, no me gusta que estés metido en su casa ni que tengas contacto con alguien más de ahí, son gente que esconde muchas cosas…

-No sé si ellos escondan cosas, pero lo que me molesta en verdad es ver que mi propia familia tenga tantos secretos.

-No me corresponde contarte a mí las cosas que han pasado, pero se que llegado el momento descubrirás todo, aunque no te gustará ni te hará feliz, mucho tiene que ver con Sam y Emma, pero por favor ten cuidado.




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