Quiero Creerte

LA LUZ QUE BRILLE PARA TI...

Después de charlar un poco más con Sam, ésta se había quedado profundamente dormida, Emma bajó a la sala tratando de no hacer ruido para no despertarla.

Al llegar junto a Daimon se percató de que se encontraba pensativo, con su mirada perdida en un punto fijo.

-Ángel…

Dijo tocando su brazo suavemente para traerlo a la realidad.

Daimon pestañó y observó a Emma con mil interrogantes en su mirada.

-Cherry, si quieres podemos ir a almorzar algo, mientras pensamos que hacer.

Emma asintió sin decir más, los dos salieron rumbo a un pequeño restaurante al que Daimon solía frecuentar.

Al llegar, Daimon pudo ver como todos los presentes dirigían sus miradas hacia ellos, donde más de uno quedó observando por más de lo debido a su cautivante acompañante.

Una mujer como ella llamaba mucho la atención, pero sin saber por qué esto a él le molestaba, sin querer darle muchas vueltas, la tomó de la mano y la guió a una mesa apartada del resto, para tener algo más de privacidad.

Se acercó a ellos Lili, una chica tatuada tanto o más que Daimon, tenía el pelo de un rosa chillón que llamaba muchísimo la atención. Ella era la mesera que los atendería en aquel momento, la chica miró a Emma con clara molestia, para luego mirar a Daimon con cara de reproche.

-¡Así que ahora juegas en ligas mayores Di!

Dijo con una falsa sonrisa.

-¿Lili cómo has estado? ¡Yo bien gracias! Ella es Emma…Emma ella es Lili, ten cuidado que ella es una mujer resentida.

Dijo entrecerrando los ojos mirando fijamente a Emma mientras le hablaba casi susurrando, señalando a la chica que estaba parada al lado de la mesa irritándola muchísimo.

-Veo que sigues siendo el mismo idiota de siempre.

Dijo mientras se giraba para quedar frente a Emma para hablarle mientras la veía a los ojos.

-Te doy un consejo, no pienses que puedes cambiar a alguien como Di, el seguirá siendo el mismo mujeriego…las chicas como tu lo ven como algo nuevo y peligroso, siempre queriendo salir de su vida tan monótona y correcta, pero terminaras llorando por los rincones por alguien como él, solo saldrás lastimada, Daimon no es capaz de quiere a nadie.

-No hables de mi como si no estuviera aquí presente y deja de meterte en los asuntos de los demás, tráenos dos especiales de la casa y dos bebidas sin alcohol.

Dijo muy serio, cortando el monologo de una molesta y celosa Lili, a ella nunca la había invitado a comer, solo fue un encuentro casual que la dejo perdidamente enamorada, pero nunca pudo obtener la atención que quería de su parte, no entendía como una chica como aquella pelirroja pudiese interesarle, era obvio que no encajaban en lo más mínimo, pero se notaba en la forma en la que Daimon la miraba que era alguien importante para él, aunque nunca podrían estar juntos las diferencias eran abismales entre ellos.

Más enfadada que nunca se retiro por la orden que Daimon le pidió sin mirarlo nuevamente.

-Creo que es una chica despechada, le debe de molestar verte por aquí conmigo.

Dijo una comprensible Emma.

-Cherry, nunca le he prometido nada a ninguna mujer, soy lo que ven y no me gusta crearles falsas ilusiones, todas saben a qué atenerse conmigo. No tengo el tiempo ni las ganas para estar en una relación, mi madre y mi hermana me necesitan más que nadie, siempre estarán primero ellas.

Una sonrisa se formo en los labios de Emma por aquella confesión, le gustaba ver ese lado lleno de sentimientos, era un hombre perseguido por muchos fantasmas, pero el amor por su familia era más grande que cualquier cosa, ella lo comprendía, quería ayudarlo y ayudarse a si misma en el proceso.

-Sé que Bianca y Sam son todo para ti, han sufrido mucho en el pasado por no saber cómo ayudarte a salir de aquel mundo en el que te habías sumergido, me hablaban mucho de ti cuando solía ir a tú casa, me alegra saber que eres un nuevo hombre.

-No te confundas, sigo siendo el mismo, lleno de demonios, una vez que entras en aquel mundo no puedes salir así sin más, siempre te quedas en la obscuridad.

-Entonces déjame ser la luz que brille para ti.

Dijo con sinceridad mirándolo fijamente a los ojos. Daimon se sorprendió por aquella declaración tan intensa y sincera.

Sin poder contestar nada, Lili regresó con su almuerzo y las bebidas rompiendo la burbuja que se había creado entre ellos.

El almuerzo transcurrió en silencio sin que ninguno se atreviera a mirar a los ojos del otro.

Para romper el hielo, Emma le pidió a Daimon que le hablara un poco más de los chicos del barrio.

Era evidente que Daimon sentía un gran cariño por todos ellos, ella quería ayudarlos de alguna manera y una idea cruzó por su mente.

-¿Sabes de algún edificio que esté a la venta cerca de tu casa?

-No me vas a decir que quieres mudarte princesa, no durarías ni una hora sola en este barrio, tu no perteneces aquí.

Dijo medio en broma Daimon.

-No es eso, simplemente quisiera comprar un lugar en el que podríamos crear una biblioteca para los chicos, me gusta como los incentivas a que sigan estudiando y el que se interesen en la lectura es algo genial, quiero hacer algo por ellos… así que será mi forma de apoyarlos.




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