El fuego me hacía sentir extraña, como si fuera superior, ver como algo se quemaba hasta llegar a sus cenizas esa sensación, era inexplicable, el sonido de las llamas vivas...
Me quedé observándolo por unos minutos, después me fuí a un parque a despejarme un poco. Me senté de espaldas a un árbol, apoyándome en el, tomé mi mochila y la puse al lado, me quedé unos minutos mirando el pequeño parque.
Tomé un libro de la mochila, empezé a leerlo tranquilamente, así pasaron horas.
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—¡Sueltame! —exlame desesperada intentado empujarlo de encima,pero como ví que no podía rápidamente le pegué en la parte íntima, haciendo que gritara de dolor, era mucho más mayor que yo, seguramente en unos minutos se recuperaría, tenía que asegurarme, así que agarraré un cuchillo de cocina que estaba sobre una de las cajas, avancé nerviosa hasta él.
Mi corazón fue latiendo cada vez más rápido, hasta que tomé el cuchillo y lo apunté directo a su cuello, después... solo hice presión hacia abajo.
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Me desperté demasiado agitada, el lugar estaba oscuro y frío.
Mi piel estaba más blanca de lo normal, me levanté lentamente para no marearme.
El sudor frío corría por mi cuerpo, estaba en una habitación vacía, lo única luz en ese lugar era la que entraba por la ventana, no me permitía ver mucho, así que me dirigí a esta rápidamente.
Un hermoso paisaje estaba delante de mis ojos, el olor a pasto fresco era genial. La escena que estaba "viviendo" ya la había sentido mil veces, me sentí confundida.
—Quizás... Estoy en otro sueño... —dije con voz temblorosa mientras me tiraba al suelo, dándole la espalda a la pared.
Solo había una puerta, por la cual entró un hombre de mediana edad.
Su mirada era serena, y fría.
—¿Quién eres? —dije instantáneamente al verlo entrar.
—Acompáñame— respondió con una voz tranquila.
—Ahh, entiendo, sigo en un sueño, así que tú eres el chico cliché emo que lo único que dice es que te siga—agregué con un tono burlón.
Él solo me miro y se fue. Lo seguí, haciéndole caso con lo que me dijo antes.
—Voy a ser buena y dejaré fluir la historia, pero aviso que no me gusta que los sueños dueren mucho ¿ok? —exclamé con un tono seguro.
—¿Sueño?... —agregó serio.
—¿No tienes conciencia? Osea, ¿eres como un npc de un juego?— confusa.
—¿De qué hablas? —dijo deteniéndose y girando hacia mí de una forma agresiva.
—Nada... Mejor sigamos— dije intentado no hacer contacto visual-Por cierto, ¿A dónde vamos?-.
—Solo te llevaré afuera, el rey ya dio la orden de librarte, siéntete afortunada— dijo mientras caminaba a paso lento.
—¿Rey? Espera... ¿En que época estamos?— agregué confusa.
No escuché respuesta del contrario, así que solo lo seguí.
Caminamos varios minutos por un pasillo estrecho, estaba hecho de rocas y cemento, la única luz era de las antorchas colgadas en las paredes.
Se detuvo al llegar ante un gran portón, seguramente trabajado de madera y hierro.
Al abrirlo, pude ver que daba entrada a un gran palacio medieval, me quedé sorprendida.
—Wow, esto es... Increíble— mientras avanzaba lentamente.
—Eh, espera, vas a ensuciar todo— agregó mientras me miraba despectivo de pies a cabeza.
Estaba descalza, y con unos arapos sucios.
—Necesito que me expliques todo— exclamé mientras me volteaba hacia él con una sonrisa notoria en el rostro.
—¿Qué no entiendes? —Preguntó mientras se apoyaba delicadamente en una de las murallas.
—Aver... ¿Porqué estaba encerrada en una habitación? ¿De qué castigo me hablabas? ¿Cómo se llama este lugar? ¿Hay un rey? —dije rápidamente mientras le miraba confundida.
—Yo solo cumplo órdenes, no sé siquiera como te llamas, solo sé que eres una criminal-hizo una pausa -respecto a lo otro, este lugar es el palacio del rey—respondió con un tono calmado.
—Pero eso no fue lo que te pregunté, ah, no importa, mis sueños no duran mucho, así que tengo que aprovechar el tiempo —agregué mientras buscaba una salida con la vista.
—Sigo sin entender de que hablas... —dijo serio.
—Callate extra— exclamé mientas seguía buscando alguna puerta con la mirada.
Me alejé al no escuchar repuesta del contrario, el lugar realmente era lindo, había un largo pasillo, el piso era de ¿cemento? , no lo sé, tenía una alfombra azul de terciopelo, o eso parecía.
Las paredes tenían largas cortinas rojas con bordes amarillos, las que no dejaban ver que se encontraba atrás de estas.
Más adelante me encontré con dos escaleras delgadas, una en cada lado, que llevaban a un segundo piso, lindas escaleras de madera fina.
Miré hacia todos lados, como ví que no había nadie, subí una de las escaleras.
Llevaba a una habitación, muy amplia, piso de madera, sobre este una alfombra amarilla, en la que estaba una gran mesa, llena de sillas. Podrían comer 8 a 10 personas ahí.
Tenía muchas ventanas, las cuales estaban acompañadas de cortinas azules con bordes negros.
Al ver que solo era un comedor, bajé y me dirigí a la otra escalera, la subí.
Pude observar un gran trono de acero, en el que estaba un tipo de 30 a 35 años.
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Me desperté, reconocí mi habitación de inmediato, ahora sí estaba en la "vida real"