Fui directo a casa de Emeth porque no quería llegar a la mía, necesitaba de alguien que me entendiera y me brinde su apoyo. En cuanto llegue pase directo a su departamento sin problemas ya que el vigilante me conocía y yo sabía la clave de acceso.
_Hermosa ¿Que paso? - Emeth salia de la cocina en cuanto yo pisaba la sala.
_Conoci a ese hombre - suspiré derrotada tirando me en el sofá - es un arrogante que cree que yo debo serle fiel y él puede tener amantes. No sé que mierdas le habrá dicho Vincent de mí pero no le daré el gusto de humillarme. - le conté todo lo que el imbécil me dijo aún sintiendo la rabia y los deseos de romperle los dientes.
_Asi que fue malo. Eh - me abrazo y yo le correspondí. - puedes casarte conmigo y en dos años nos divorciamos.
Mire a mi amigo con los ojos apunto de salir de mis cuencos como si fuera un marciano.
_¡Estás loco! - me Heche a reír - no quiero acabar con tu feliz soltería pero te le agradezco.
_Hablo enserio linda - me hizo mirarle a los ojos - para que te quedes tranquila no estoy enamorado, pero tampoco puedo quedarme sin hacer nada ¿No crees que es mejor casarte conmigo que me conoces que con un completo desconocido? Quiero ayudarte y si debemos casarnos para ello no tengo problema.
_¿Hablas enserio? - mis ojos se humedecieron y mi corazón se estremeció por sus palabras. Emeth solo asintió con su brillante sonrisa.
_Ely - acarició suavemente mi mejilla - te quiero, somos amigos y no quiero verte sufrir en un matrimonio como ese. Cásate conmigo y cuando cumplas 25 nos divorciamos. Nos respetamos lo suficiente como para sobrevivir a un matrimonio temporal y si alguno de nosotros se enamora de otro lo hablamos y buscamos soluciones
_Mi padre no va a permitirlo.
_No tiene que enterarse - me guiño - será nuestro secreto hasta después de casarnos, nos iremos fuera del país por dos años, trabajarás en tu carrera o hasta puedes ir abriendo tu negocio poco a poco.
_Si - respondí emocionada. Si me caso con Emeth que es mi amigo no habrá problema - cuando estemos casados mi padre no podrá hacer nada, incluso podemos vivir aquí.
_Entonces hagamos eso ¿Cuando se supone que te casas con el arrogante?
_ En un mes... Creo - me miró interrogante - no le preste demasiada importancia.
_No importa podremos casarnos en dos semanas - sacó su celular buscando algún contacto supongo - voy a coordinar todo con un conocido.
_No sabía que tenías ese tipo de conocidos - bromeé
_Casi soy mafioso por eso - ambos nos carcajeamos - y verás que todo será mejor, marco al número pero nadie contestó - seguiré intentando ¿Te quedas?
_No - mire la hora y ya habían pasado más de tres horas debía irme a casa aunque no quisiera tengo que ir arreglando mis cosas para irme en cuanto me case. - veré qué cosas puedo ir sacando sin que se enteren.
Así lo hice, mi padre estaba molesto y mi amada madre lo apoyaba como siempre, pero eso no me importaba yo me casaría con Emeth dentro de poco y ellos no podrían hacer nada para evitarlo. Fui sacando mis cosas de a poco de la casa, nadie sospechaba nada hasta ahora, el único problema era mis dolores de cabeza, hace tiempo que lo padecia y ahora eran más frecuentes, por los síntomas deduzco que se trata de una migraña, pero las pastillas ya no hacían efecto.
Los días pasaron rápidamente y en efecto mi boda con el arrogante sería en un mes así que Emeth y yo seguimos con nuestros planes de casarnos antes, solo faltaban dos días para mi boda, gran cantidad de mi ropa estaba en el apartamento de Emeth. Nos casaríamos y luego me iría de aquí.
Faltaba solo un día para casarme con Emeth pero desde temprano mi padre estaba molesto y más cuando me negué a asistir su dichoso almuerzo con mi nueva familia, ese día fue un desastre, asistí pero me fui a mitad del acuerdo, Erick no estaba y yo tampoco quería estar ahí así que salí del restaurante sin importarme los llamados de mi padre, en cuanto llegue a la casa mi me quite el vestido me bañe y baje por una botella de vodka pero mi padre llegó en ese momento reventando de la ira porque me fui sin despedirme.
_¡Cómo te atreves a ser tan grosera! - y sin que pudiera reaccionar a tiempo tenías sus manos sosteniendo mi cabello y era arrastrada hacia su despacho, trate de sostener mi cabello para que no me doliera tanto pero no podía, él me ganaba en fuerza y como fui tomada por sorpresa no me dió tiempo de defenderme - parece que te haz olvidado que quien manda en esta casa soy yo, te vas a casar quieras o no.