Quiero Que Me Pertenezcas

VEINTE: vete

Traga saliva al escuchar de nuevo el llamado de su hermana y la madera hacer un ruido espantoso al momento que caminaban.

Volvió a forcejear a sus manos salirse de su muñeca, pero estas ni salían y la sangre emanaba de ellas.

Volteo a ver a Omar con odio y este solo le devolvió una sonrisa arrogante y superior, a lo sus eso le llegaba a inyectar mas rabia en sus sistema.

—No te preocupes “Cuñado”, que la dejaré ir —dice seriamente. Pero el no le creía nada, desde el día que le metió en ese lugar. No confiaba en su palabra.

—¡Ancel! —Se sobresalto al escuchar la voz de su hermana mas cerca y la sonrisa de Omar se extendía más.

Omar se fue a un rincón donde la luz no se colaba tanto al abrir la puerta.

—Vamos Ancel, tráela aquí —ordena Omar, a lo que el niega. Prefería que creyera que era un asesino a que ella se convirtiera en la víctima. —Lana.

—No lo hagas —dice entre dientes viendo a Lana que miraba la puerta.

—No le are daño Lana, la dejare ir. —insiste. Pero el le sigue negado.

Lana tan sólo musita un lo siento antes de gritar el nombre de Pamela y el exclamar un no.

Seguía escuchado la voz de Pamela y a Lana llamándole con desesperación.

«Omar cumpliría la promesa »

Se repetía una y otra vez para convencerse a si mismo, las palabras no le llegaban a convencer.

Levanto la cabeza a escuchar unos pasos cerca de la puerta, y la sombra se veía por la rendija de abajo.

—¿Lana?

Él le susurro otro no. Lo cual Lana solo le ignoro.

—Aquí Pam —Llamo en susurro, a continuación escuchó la perilla hacer un ruido al momento que la puerta accedió y abrió mostrando a su hermana con el rostro lleno de terror.

A Pamela jamás le había gustado estar en el bosque de noche por los búhos, el que era su hermano lo sabía con exactitud.

Sus ojos se abrieron en grande y una lágrima salió por su ojo derecho al ver a su hermana con el rostro lleno de horror y negando varias veces.

—Lana, Ancel —nombro con lentitud. Pam trago con saliva al ver las muñecas de su hermano sangrar y ver poca sangre seca, a lo que hecho carrera a el sabiendo el miedo que tenia a ese líquido rojo. —Ancel.

—¡Deja! —exclama sorprendiendo a Pamela y así mismo. Pamela alejo sus manos de la herida y sus ojos di vagaron a los de él. —Vete... —susurro para que escuchara nada mas ella.

—¿Qué? No —se niega rotundamente volviendo a querer agarrar sus heridas. —Déjame ayudarte.

—Vete Pam. No quiero que te haga daño —murmura dando una mirada de reojo donde estaba Omar con una sonrisa de burla. —Vete.

—E dicho que no —reniega soltando un sollozo. —¿Cómo te ayudo a sacarte eso de las manos? —cuestiona quitándose la mochila de la espalda.

Él vuelve a negar y seguir insistiendo.

—Vamos, vete. —dice ya desesperado de que lo ejecutara una orden tan simple.

—No te voy a dejar aquí —exclama con la voz ronca y se corrige. —A ambos.

Lana le da una mirada de culpa. Y el solo baja la mirada, como convencer a su hermana que se valla de ese lugar, que no es un lugar seguro para ella ni para nadie mientras Omar este asechando ese lugar.

—¡Que te valla e dicho! —Grita empujado a su hermana hacia atrás la cual cae sentada y le ve con lágrimas en los ojos. —¡Vete!

Ignoraba el dolor en sus muñecas al ejercer fuerza para empujar a su hermana fuera de ese ático, fuera de esa cabaña, fuera de que saliera lastimada.

Dio un grito de desgarre al sentir que no podía forzar mas a sus manos y las cadenas aferrarse a su piel haciendo que sangre emanara mas de ellas.

—Has caso a Ancel —escucha decir a Lana cuando cerro sus ojos por el dolor y voltear atrás.

—No los dejaré aquí.

Abrió sus ojos de golpe al escuchar la puerta cerrarse.

—Tic, tac —dice Omar atrayendo la atención de los tres. —Tuviste tu tiempo Pam, eres egoísta para dejar a tu hermano aquí.

—¿Omar? Ayúdame.

El nombrado suelta una carcajada de burla y niega con la cabeza.

—Oh, Pamela. —dice con lástima y formado una sonrisa de ironía —, te Creíste al novio perfecto, tú eras otras de mis claves. Aunque, Omar me ayudo un montón. No te preocupes él si te quiere.

—¿Qué pasa?

—Si no mal recuerdo Ancel dijo: No quiero que te haga daño. Pero... —dice formado su sonrisa de psicópata. Y siente a su hermana tensarse,  —Eres egoísta, pudiste salvarte.

—Dijiste que no le harías daño —habla Lana con voz quebrada, ocasionando que la sonrisa se le hiciera mas grande—. Que la dejarías ir.

—Pero nunca dije como la dejaría ir.

Eso le llego a dar escalofríos.

« Pero nunca dije como la dejaría ir» esas palabras no dejaba de hacer eco en su mente.

¿A qué se refería con esas palabras?

« Pero nunca dije como la dejaría ir»

Pamela tembló a su lado y vio como una lágrima salía de su ojo derecho, mirando con dolor a su supuesto novio.

—Puedo fingir sentimiento Pam... —dice Axel dándole una sonrisa de lado —, no puedo sentirlos, pero si fingirlos. O bueno solo yo, Omar esta loquito por ti.

Pamela negó varias veces y solo pudo observarle si poder darme un abrazo, para calmar su angustia y dolor.

¿Por qué su hermana fue egoísta y no su fue cuando el se lo pidió? 







 

 

 




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