Capítulo 24

- Pero..¿¡qué!? – dijo mi padre a la vez que se tocaba el lado afectado y comprobó que, en efecto, su labio sangraba - ¡Pero serás…!

No le dio tiempo a seguir hablando pues, en cuestión de segundos, otro golpe se asentó sobre su estómago tirándolo al suelo.

- ¡Pare! – le dije al profesor a la vez que le agarré del brazo para evitar que fuera hasta él.

- ¿¡Cómo quieres que pare después de la barbaridad que acaba de decir!?

Entendía por qué el profesor estaba enfadado…¡pero hacer aquello solo me iba a traer problemas y desgracias! No quería enfadar más a mi padre, pues sería yo la que pagaría las consecuencias.

- ¡Peda..zo de…mierda! – habló mi padre a la vez que se recomponía intentando mantener el equilibrio de la borrachera que tenía.

Con las mismas, se abalanzó sobre nosotros, haciendo que el profesor me diera un suave empujón hacia atrás y, con las mismas, llevó su puño hacia delante y volvió a golpear la cara de mi padre.

Este empezó a maldecir a la vez que intentaba activar su quirk, pero era Aizawa…y su Don era la desactivación.

- ¿¡Qu…e me has…hecho!? – habló este a la vez que se brotaba la cara.- ¿¡Todo por esa zo…!?

Antes de terminar aquella palabra, Aizawa volvió a cerrar el puño y echarlo hacia atrás para impulsar un nuevo puñetazo pero, en cuestión de segundos, corrí hasta él y abracé su brazo con fuerza.

- ¡Para! ¡Por favor! – dije completamente desesperada, intentando contenerme y no empezar a usar mi quirk contra mi sin darme cuenta.

Parece que se dio cuenta de cuanto quería que aquello terminara y, por eso, noté como su fuerza se relajó hasta que dejó su brazo completamente destensado y yo lo solté.

- Las autoridades se encargarán de ti – habló furioso – Estás por debajo de un villano – tras decir aquella frase, me cogió del brazo y emprendió el camino.

- ¿¡A dónde te la llevas!?

- ¡Dónde no estés tú! – gritó este de vuelta.

Mi padre se quedó gritando, pero no llegué a entender nada, pues ya habíamos salido del lugar y, Aizawa, le dio un gran portazo a la puerta.

No quise pronunciar palabra en todo el viaje, tampoco sabía hacia dónde nos dirigíamos ni que iba a pasar, solamente me mantuve al lado de mi profesor, andando, sin rumbo fijo y sin más ruido que los sonidos típicos de la calle.

En toda la caminada…Aizawa no me soltó el brazo en ningún segundo.

¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

¡Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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