Capítulo 37

Salí corriendo del edificio de la UA prácticamente sin despedirme de absolutamente nadie.

¿En qué está pensando esa descerebrada? Cuando la pille…no va a tener mundo para esconderse. Va a estar haciendo tareas y trabajos durante el resto de su vida.

De tejado en tejado iba rápidamente, siendo uno con la brisa que me acariciaba al pasar, ¿Cómo sabría dónde buscarla?

La mejor opción era dirigirme hacia su casa, probablemente, con lo tonta que es, es el primer sitio al que acudirá.

El tiempo empezó a pasar…los minutos, las horas…era desesperante. Me puse en contacto con otros profesores para realizar una mayor búsqueda. Rabiaba por dentro al no poder llamarla a ella directamente, pues no tenía su número. Incluso llamé a Midoriya, Iida y Uraraka, pero tampoco lo tenían. ¿Quién no tiene teléfono ahora? Es desesperante.

La noche empezó a caer y con ella, mis esperanzas de encontrarla en ese momento.

Pero entonces, sucedió.

Mi móvil comenzó a sonar. miré la pantalla la cuál se iluminó dejándome casi ciego ya que tenía el brillo al máximo en plena noche, y pude ver un número desconocido.

Chasqueé la lengua, no era momento de recibir llamadas de quien sea.

Con un suspiró largo, descolgué el móvil.

- ¿Diga? - pregunté.

- Pr…profesor…A….Aizaw… - escuché una voz entrecortada con una respiración bastante agitada.

- ¡Minamino! - exclamé - ¿Dónde estás? ¿Tú te crees que es normal… - pero entonces me cortó antes de terminar mi pequeña regañina.

- V…villano…no puedo…. - empezó a intentar decir cada vez más acelerada.

- Cálmate Minamino, dime dónde estás.

Escuché golpes y muchos gritos a través de la llamada, cosa que hizo que me asustara más.

- ¡Ya eres mía! - escuché una voz gruesa y ronca gritando.

- ¡Minamino! - me apresuré a decir

- Ca…caba..llo bl…blanco - dijo para después, escucharse un golpe, el dispositivo que ella estuviera utilizando, caer, y gritos en el exterior.

- ¡Escúchame! ¿Minamino? ¡Minamino!

Ahí supe que ya no iba a responderme. Tenía que actuar ya, ella estaba en peligro.

¿Caballo…blanco? ¿Qué quería decirme con eso?

Rápidamente llamé a Toshinori y a Hizashi, en ese respectivo orden.

- ¡Hey! ¿What`s up my best friend? - dijo la característica voz ruidosa de mi amigo.

- Es Minamino. Está en problemas - respondí en seco.

- ¿Cómo? ¿Dónde está?

- No lo sé…la muy estúpida se escapó de la enfermería esta tarde y aún no la he encontrado. Me ha llamado desde algún teléfono pidiendo ayuda.

- ¿Y qué dijo? - preguntó con desesperación.

- Solo le ha dado tiempo a decir “Villano” y “Caballo blanco”...antes de escuchar un golpe y gritos - esto último lo dije con un gran pesar.

- ¿Caballo…blanco?

- Sí, ¿sabes qué es eso o donde está?

- Pues la verdad es que no… - hubo un pequeño silencio antes de que su voz ruidosa volviera a escucharse - ¡No es el nombre de una calle ni un lugar como tal! ¡Es el dibujo que hay grabado en las losas que decoran la plaza menor!

Caballos blancos…en la ¿plaza menor? Aún me estaba costando localizar el lugar…pero entonces lo recordé. Un día andaba por allí haciendo una patrulla de vigilancia por la noche cuando a un niño pequeño se le cayó su batido al suelo, justo encima de uno de los caballos que decoraban la losa.

- Allí nos vemos - respondí rápidamente antes de colgarle sin despedirme siquiera.

Mi alumna necesitaba ayuda y solo habíamos estado perdiendo el tiempo.

Joder.

¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

Mil gracias por el apoyo~

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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