Quiero Quererte - Aizawa

Capítulo 73


Después de días de descanso me desperté sintiéndome considerablemente mejor. El sol brillaba a través de las cortinas, iluminando la habitación de una manera cálida y acogedora.

Me levanté de la cama con renovada energía y me asomé por la ventana, disfrutando de la vista de la ciudad.

En ese momento, la puerta se abrió con suavidad y Aizawa entró.

- ¿Cómo te sientes hoy? - preguntó con su tono característico, una mezcla de preocupación y profesionalismo.

Le sonreí, agradecida por la atención y el cuidado de Aizawa durante mi recuperación.

- Mucho mejor, gracias a ti - respondí.

Aizawa asintió y luego propuso:

- ¿Qué te parece si salimos a dar un paseo? El aire fresco y un cambio de escenario podrían ser beneficiosos.

La idea resonó, ya que estaba ansiosa por salir y estirar las piernas después de días de reposo. Acepté la invitación de Aizawa y nos dirigimos hacia el exterior. La ciudad seguía viva con la actividad diaria, y el parque cercano ofrecía un respiro tranquilo del bullicio urbano.

Durante el paseo, Aizawa y yo compartimos conversaciones relajadas. Hablamos sobre nuestras experiencias en la U.A., y esto trajo a la pregunta que había estado evitando.

- Entonces, ¿por qué no quieres ser heroína? – preguntó.

- Hasta hace poco…odiaba a los héroes – solté una risa irónica sorprendiendo a Aizawa – tras el fallecimiento de mi madre, mi padre, un supuesto héroe, se hizo alcohólico, me maltrataba, me miraba ya sabes… - Aizawa me hizo un gesto para que no siguiera, ya lo sabía y lo había visto y el simple hecho de volver a escucharlo le revolvía las entrañas – Ningún héroe vino nunca a salvarme, ni aunque lo pidiera una y mil veces cuando era tan solo una niña. Años después, dejé de insistir y de contactar con los héroes que me decían “es tu papá, si lo hace es para enseñarte, él te quiere”…y decidí soportarlo todo hasta que terminara.

Tras mis palabras, Aizawa soltó un fuerte puñetazo a un árbol haciéndole una marca considerable. Aquello me asustó.

- Dame los nombres de los “héroes” que te respondieron aquella mierda que iré a terminar con ellos ahora mismo – dijo muy enfadado.

Yo reí.

- Tranquilo, han pasado muchos años, muchísimos, la mayoría de ellos puede que hayan muerto en alguna misión o ya se hayan jubilado. El caso es que, ser un héroe no ha sido nunca mi objetivo.

- ¿Y cuál es? – preguntó con curiosidad, aunque aún molesto por lo anterior.

Lo medité. Mucho.

- No lo sé, nunca he pensado que quería yo. Tampoco me lo ha preguntado nadie. De pequeña me encantaba dibujar, supongo que querría hacer eso. – me encogí de hombros.

- Entonces, nuestra misión ahora es descubrir qué quieres en tu futuro.

- ¿En mi futuro? – respondí parándome.

En ese momento vi a mi alrededor. El parque en el que estábamos paseando se desplegaba ante los ojos de quienes se aventuraban a cruzar el antiguo puente que se alzaba majestuosamente sobre un río tranquilo. Era una tarde serena y el sol comenzaba su lento descenso en el horizonte, tiñendo el cielo con tonalidades cálidas y doradas que se reflejaban en las aguas del río.

El parque estaba adornado con una profusión de colores, con árboles de hojas caducas que se vestían con tonos otoñales: amarillos, naranjas y rojos, creando un espectáculo vibrante y nostálgico. Las hojas caídas crujían bajo cada paso, añadiendo una melodía suave al aire fresco.

A lo largo del puente, faroles antiguos iluminaban el camino, proyectando una luz suave y ambarina que añadía un toque romántico al entorno. Las luces parpadeaban en armonía con las ligeras brisas que mecían suavemente las ramas de los árboles.

El sonido suave del agua fluyendo y el canto de los pájaros creaban una sinfonía natural que invitaba a la tranquilidad y la contemplación. El ambiente se llenaba de una serenidad especial, como si el parque estuviera suspendido en el tiempo, capturando la magia efímera de un atardecer inolvidable.

Entonces le miré, vi a los ojos a Aizawa.

- En mi futuro…en mi futuro quiero que sigas a mi lado – pronuncié como si de un susurro se tratara.

Sin darme tiempo a decir nada más, Aizawa acortó la distancia entre ambos y juntó sus labios con los míos, abrazándome por la cintura.

- Otra cosa no sé, pero estaré a tu lado por siempre.

 

Sin más, volvió a juntar nuestros labios dando por oficializado nuestra relación amorosa, teniendo un comienzo entre ambos. Un comienzo que durará hasta nuestro final.

 

¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

Mil gracias por el apoyo~

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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♡¡Hasta pronto!♡

 



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Editado: 15.01.2024

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