Quiero ser Hannah Scarfoh

EL ANTIGUO MAESTRO DE JAMES

El café estaba ubicado en la planta baja de un edificio elegante, propiedad de Cameron Aston Ryder, uno de los antiguos maestros de James. Aston era un hombre influyente y distinguido, conocido por su liderazgo y su habilidad para manejar situaciones complejas con elegancia. Tenía un porte refinado, su presencia imponía respeto y su voz transmitía una confianza que rara vez se veía en otros. Su reputación no solo se basaba en su poder, sino también en su capacidad para prever problemas antes de que ocurrieran y resolverlos con frialdad.

Debido a su astucia y control sobre la situación, muchos de sus subordinados lo admiraban, y algunos incluso lo temían. No era un líder que levantara la voz o amenazara abiertamente, pero cuando hablaba, nadie se atrevía a cuestionarlo. Su mera presencia bastaba para hacer que cualquiera midiera sus palabras y acciones con sumo cuidado.

Además de su rol en la sociedad humana, también era responsable de encubrir las operaciones de su especie, trabajando en conjunto con Melany Ryder, una de las pocas personas en las que confiaba plenamente.

Melany y Aston eran como hermanos; habían convivido como compañeros durante mucho tiempo. A pesar de que sus personalidades eran completamente distintas—Melany con su fuerte temperamento y Aston con su serena frialdad—ambos compartían un respeto mutuo que pocas veces se veía. Sin embargo, con el paso de los años, tomaron caminos distintos. No hubo conflictos entre ellos, pero sí una separación natural, cada uno guiado por sus propias ambiciones.

A pesar de ello, mantenían una buena relación y, aunque sus ocupaciones los mantenían ocupados, se veían de vez en cuando. En sus raros encuentros, hablaban de temas que solo ellos dos comprendían, a veces en códigos o con referencias antiguas que solo tenían sentido para ellos.

Melany se convirtió en una importante médica y directora de un hospital, ganando renombre por su dedicación y habilidades excepcionales en la medicina. Se encargaba no solo de curar a los humanos, sino también de brindar asistencia a los de su especie, asegurándose de que pudieran moverse entre los humanos sin llamar la atención.

Por otro lado, Aston tomó un camino completamente diferente. Se volvió un empresario influyente y, al mismo tiempo, el líder de una mafia que mantenía a raya a otras organizaciones criminales. Su mafia no se dedicaba a negocios ilícitos convencionales, sino que funcionaba como un sistema de control para evitar que otras mafias se descontrolaran. En cierto sentido, él regulaba el crimen, asegurándose de que todo tuviera un equilibrio.

Aston no era un hombre violento, pero sabía perfectamente cuándo y cómo usar la fuerza para recordarles a otros cuál era su lugar. Para él, la violencia era un recurso, no un instinto.

Sin embargo, esto también generó conflictos. Algunas mafias lo respetaban, otras lo detestaban. Había quienes consideraban que Aston se había convertido en un tirano que les impedía expandir sus territorios o negocios. Pero Aston no se preocupaba por sus opiniones.

Más que simples mafias, estas organizaciones eran familias antiguas de apellidos poderosos, que mantenían su linaje con orgullo y seguían costumbres tradicionales y estrictas. Estas familias valoraban la jerarquía y el respeto por encima de todo, y entre sus muchas normas, una de las más arcaicas era que las mujeres no podían ser líderes.

Fue Aston quien desafió estas reglas, cambiando el rumbo de estas familias con su influencia. No lo hizo por compasión ni por moralidad, sino porque consideraba que el mundo había cambiado y que aferrarse a tradiciones obsoletas debilitaba su sistema.

Con el tiempo, muchas de estas costumbres fueron desapareciendo. Aunque algunas familias aún guardaban resentimiento, ninguna se atrevía a desafiar a Aston abiertamente.

Las tres familias más importantes eran los Corleone, Vitelli y Scarfoh, y entre ellas se encontraba la familia Ryder, la más influyente de todas. Gracias a la intervención de Aston, los Ryder lograron imponerse sobre las demás, convirtiéndose en la familia dominante. Su poder llegó a ser tan grande que, en la actualidad, las otras familias acatan sus sugerencias sin cuestionarlas, aunque en secreto algunas quisieran derrocarlos.

Sin embargo, Aston nunca subestimaba a nadie. Sabía que el respeto y el miedo eran cosas diferentes y que, en el momento en que bajara la guardia, cualquiera de esas familias intentaría tomar su lugar.




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