Quiero ser madre

Capítulo 8

Selene

Mi madre jamás ha sido una persona a la que le encante realizar fiestas, siempre ha sido reservada en eso, de hecho, solo recuerdo una fiesta y fue de mi cumpleaños 9, con el tiempo me acostumbre a eso, pero no puedo negar que si me dolía ver como otras personas tenían fiestas o iban a ellas.

Una vez que encuentro a mi madre dentro de la casa la saludo y los regalos que traje para ella.

-Hija que alegría que ya llegaste- me dice y percibo felicidad en eso.

-Sí mamá, ¿cómo has estado?

-De maravilla, pero ven te presento a algunas personas.

Me ´presenta a varias amigas que no sabía que tenía, algunas son muy amables, pero otras las considero un tanto entrometidas en las vidas ajenas de los demás, por ejemplo, a una le escuché criticando la manera en la que vestía Carol y que era demasiado delgada.

Tuve ganas de decirle a la señora que se metiera en su vida y no en la de los demás, pero mi mamá me estaba observando con una advertencia en los ojos.

Hasta que llegamos a donde se encontraba un señor muy apuesto con un joven que supongo era su hermano o hijo.

-Mira te presento a Claudio- El hombre me miró con reconocimiento

-Mucho gusto, mi nombre es Selene.

- ¿Cómo estás?, espero que el viaje no fuera pesado.

-Mmm, no para nada la verdad- este hombre tiene algo raro.

- Él es mi hermano pequeño, Ángel- señala al chico junto a él, por un momento creí que sería su hijo.

-Mucho gusto- decimos ambos.

-Disculpen me retiro, dejé a mi amiga en la entrada y eso es poco cortés de mi parte.

Cuando llego a Carol ella se está riendo con unas de las de las señoras que mejor me cayeron-

-Querida ¿por qué no te unes a nosotras?

-Si Selene ven estas señoras son muy divertidas.

Cuando me uno a ellas comienza a reír de las vergüenzas que les hacen pasar sus hijos, a veces pienso porque no me pudo tocar una madre como ellas, que fuera cariñosa, alegre, se preocupara por mí, hablara así de mí, aunque fueran momentos vergonzosos.

Pierdo un poco el hilo de la conversación por enfrascarme en mis pensamientos.

-Selene no te sientas mal, no es tu culpa la madre que te tocó- me dice Carol al oído simulando una sonrisa.

-Está bien ahora ya no duele como cuando era pequeña.

-La primera vez que mi hijo se emborrachó fue en su fiesta de graduación, se puso a cantar los pollitos dicen a todo pulmón sobre la mesa y se puso a llorar cuando nadie más cantaba.

Uy no me imagino aquel momento, pero me parece algo gracioso la verdad.

Mi madre interrumpe la conversación anunciando que ya se va a partir el pastel y que todos pasemos al comedor.

Cuando entro al comedor ella me señala que me ponga a su lado y obedezco, lo extraño es que Claudio también se coloca a mi lado, trato de mantener una distancia prudente con él, puesto que no somos más que conocidos.

-Gracias a todos ustedes por haber venido, me pone muy feliz tener a mis amigas, a mi hija y su amiga aquí conmigo y por supuesto a mi futuro yerno y padre de mis nietos.

Yo aplaudo sin caer en cuenta de lo que dijo mi madre, esperen dijo ¿yerno?, pero según yo mi madre solo tiene una hija y esa soy yo, cuando caigo en cuenta me giro a ella pidiéndole una explicación con la mirada-

-Luego te explico, no hagas un escándalo y quita esa cara.

Comenzamos a cantar el feliz cumpleaños, todas las señoras emocionadas y felices, mientras Carol y yo estamos en silencio.

Cuando termina todo esto, me alejo del comedor y voy hacia el jardín trasero de la casa.

-Pensé que sabías de lo que había hecho tu madre-

Me giró y observo al dueño de la voz, es Claudio.

-No tengo ni la menor idea de lo que pasó allí adentro.

-Bueno no sé qué pasa, pero tu madre me dijo que tu querías casarte y tener hijos, y como también es lo que busco pensé que sería una buena idea intentarlo, cuando te ví me deslumbraste por completo.

Y yo estoy enojada con mi madre, sabía que era muy extraño todo esto, no lo puedo creer ella aún no entiende nada de lo que quiero.

-Pues ella está mal, no creo en el matrimonio ni en el amor, es verdad lo que quiero tener hijos, pero no casarme.

-Oh lo lamento supongo que tu madre malinterpreto tus deseos.

-No los malinterpretó simplemente quiere creer lo que quiere.

Cuando voy a cruzar por su lado me toma de la muñeca.

-No deberías molestarte con ella, las madres solo buscan lo mejor para sus hijos.

Sé que ese no es el caso de mi madre. No le respondo nada y simplemente me voy de allí sin decir más, entro en la casa y voy a donde se encuentra ella.




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