Quiero ser tu primer amor

Capítulo 5: Siete minutos en el infierno

-Tu no sabes nada sobre eso.- replicó enojada. 

 
-¿ Y tu? ¿sabes más que yo?. Si nunca en tu vida lo sentiste.-Exclama con arrogancia dejándome sin palabras.  


Era obvio que yo nunca experimente el amor. Pero eso no quiere decir que no exista. 


Además me sorprendería que alguien tan arrogante como el pudiera amar y ser amado. Lo único que puede causar en alguien es una fuerte atracción. 


-Quizás no lo  encuentres por tu mal carácter .- le digo mientras me cruzo de brazos. 


Los ojos de Marie y de los dos chicos observaban nuestra conversación viendo quien se lanzará primero a detener lo que podría ser el comienzo de una pelea.

 
-Quizás tu tampoco.- dice mientras se cruza de brazos y se ríe. 


¿Acaso le divierte pelearme?. 


Luego de unos segundos en silencio. Mascullo… 


-No creo. 


-Que no crees muñeca. 


-Que yo no valla a encontrarlo.- le digo dejándolo con una expresión en su rostro que es indescriptible. No podía deducirla.  


Y una sonrisa juguetona apareció en mi rostro. 


*** 
Una prenda de vestir rosa vuela desde la otra parte de la habitación de Marie. Y me impacta en la cara. 


-¿Tu crees que el rosa me queda  mal?- me dice Marie algo preocupada. 


Me sacó el vestido rosa que quedó en mi rostro.  Y lo dejó en la cama. Es algo pretencioso. 


-No dije eso, solo me preguntaste cuál de los dos me gustaba más y te dije que el violeta.- exclame.  


-Pero es por que se me marca la panza ¿No?- pregunta Marie. 


Y ahí estaba Marie otra vez, con sus inseguridades.

 
-Mar-le digo con la voz apacible- no te preocupes por eso. Cualquier cosa te queda bien. Lo sabes- una sonrisa aparece en su rostro. 


-Eres la mejor Alex.- me dice mientras golpea mi hombro. 


-Entonces, ¿Ya te decidiste?- le digo apurándola. 


Agarró los vestidos que más le gustaron  y se los dejo en fila sobre la cama. 


-No se ¿Y si me los pruebo a todos otra vez? .


-¡Claro que no!-exclame- somos las anfitrionas no nos pueden esperar tanto tiempo.- 


-Pero…- la interrumpo. 


-Además todavía falta peinarnos y maquillarnos. 


-Si tienes razón- me dice cruzándose de brazos. Da una ojeada a los vestidos- me pondré el violeta. 


-Excelente, ese me encantó.- le digo sonriéndole.- ve a ponértelo y mientras enchufo la plancha. 


Se dirigió  al baño. Muy atolondrada. Que corra un metro no va cambiar el hecho de que es tarde. A mi me falta prepararme todavía. Estoy ayudando a alistarse a Marie y después me voy a ocupar de mi. 


Marie abre la puerta del baño y desfila hacia mi dirección.  Se para en medio de la habitación y posa como si le me estuviera por sacar una foto. 


-¿Qué tal me queda?  


- La verdad-le digo haciendo una pausa para causarle emoción- mucho mejor de lo que imagine. 


Su vestido es ajustado pero tiene una ligera caída con bolados.   
Se sienta frente al escritorio. Antes de empezar a plancharle, le pasó el peine.  


-No me vallas a quemar como la última vez. 


-Si te mueves, es probable que si. 


-Yo no me muevo.- dice mientras agarra un labial color carne.  


-Lo estas haciendo ahora- la reto  y sin querer le tocó la oreja con la planchita. 


-Auch!!!- exclama Marie- me quemaste. 


-No te quejes, ya terminó. Quédate quieta mientras tanto, para que no te queme la otra oreja. 


Sólo le estaba dando un repaso, ya que su pelo  es bastante lacio naturalmente. 


-¿Ya quedó?  


- Listo. ¿Te terminas de maquillar tu o quieres que te ayude?  


-No yo termino, ve a cambiarte. 


-Okey.- le digo mientras salgo de la habitación. 


Paso por la puerta de la habitación de  Julián. Siempre está cerrada. Desde ayer que no lo veo en la casa. No se si esta en su habitación o si directamente no esta en la casa. Tampoco es que me interese. No mucho.  
Entró en mi habitación que es un verdadero desastre, tengo ropa por toda mi cama y el piso. Además en la esquina hay un montón de paquetes de cerveza. No se por que habiendo tantas habitaciones lo dejaron aquí. 
Ya tengo en mente que me pondré. De hecho no pensé mucho. Tengo para estrenar el vestido que me regaló Marie para mi cumpleaños. Se que lo deje por acá.  Me fijo arriba de la cama y no lo encontró. Supongo que debe estar debajo de la cama y ahí esta la bolsa. Estiró el brazo para agarrarla. La tomo y veo que ahí esta el vestido. Suerte que lo encontré, me había asustado por un momento.  
Me pongo unas sandalias negras lo suficientemente altas como para tener otros diez centímetros de altura. Que me favorecen ya que estilizan mis cortas piernas. El vestido es un poco holgado y bastante cortó, deja ver el bronceado de mi espalda ya que es abierto. Por delante tiene unas tiras que se atan atrás. La tela es bastante suave, creo que es de seda.  
Me lo pongo como puedo, no lo quiero romper ya que es muy delicado. Me pongo unos aretes artesanales que compre en la feria de artesanías. Me quedan bastante bonitos. 
En el espejo puedo ver una figura masculina detrás de mi, que viste con unos vaqueros y una camisa, no logre ver su cara. Me doy la vuelta de golpe y me  golpeó la pierna con el escritorio. Se acerca hasta mi. Subo la vista para observar quien se encontraba detrás de mi. 
Me encuentro con unos ojos azules titilantes que me ven con sorpresa. Bajo la mirada, no se por que no pude con ella. Mi respiración esta entre cortada. Su cercanía no me permitía manejar mis emociones. Su mano se desliza por mi brazo, hace que tenga la piel de gallina. Siento su respiración cerca de mi cuello y eso me pone aún mas nerviosa. 




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