Quiero ser tu primer amor

Capítulo 8: Nuevas amistades

Me colocó unos aros de perlas que se me ven relucientes. Me pongo un vaquero apretado pero cómodo y los combinó con mis vans negras. Una blusa blanca ajusta mis caderas.  
Me pongo un poco de labial y máscara de pestañas. 
Estoy emocionada, aunque es algo temprano estoy fresca como una lechuga. Son las siete, salgo de la habitación sin hacer ruido. No quiero despertar a Marie ni a Julián.  
Voy bajando las escaleras en dirección a la cocina. Escucho algunas voces, no creo que Susan este hablando sola. Golpeó la puerta que está abierta antes de pasar y cuando me asomó. Observo al Señor y a la Señora Hawkins. Visten elegantes, creo que acaban de llegar, volvían hoy, martes.  Me acerco a ellos para saludarlos con un beso en la mejilla. 


-Hola ¿Cómo estás Alex?- me pregunta cortésmente la Señora Hawkins.  


-Bien y ¿Ustedes? ¿Tuvieron un buen viaje?. 


-Si. Gracias por preguntar Alex.- responde Elizabeth H. 


-Me sorprende que se levante tan temprano Señorita.-dice Matthew con cara de sorpresa. 


-No siempre me levanto tan temprano. Hoy por que comenzaré a trabajar.  


-Que bueno. ¿Hablaste con tu madre al respecto?- pregunta Elizabeth. 


Mientras Susan me sirve una taza de café. Le agradezco asintiendo. 


-No se lo comenté. Estoy aprueba por una semana. Hoy es mi primer día. Luego de eso si me contratan se lo contaré. No creo que se moleste, no es mi primer empleo. 


Los Hawkins me miran asombrados. Y eso me sorprende aún más. 


-¿Marie que dijo?¿No le dieron ganas de trabajar?- pregunta el Señor Hawkins (Matthew). 


-No pude verla ayer por la noche ya que comí en la habitación. Estaba algo cansada. Pero hoy cuando regrese seguro le cuente. Se va a poner feliz.- digo con entusiasmo, olvidando que estoy hablando con sus padres. 


Doy un gran sorbo de café apurandome para no llegar tarde.  


-Nunca a trabajado, le vendría bien.- dice el Señor Matthew mientras le hecha una mirada irónica a Elizabeth, que no entiendo para nada. Rollo de ellos, supongo. 


-¿Me disculpan si me voy? No quiero llegar tarde.- les digo educadamente y asiento como saludo. 


-No, no. Ve con cuidado.- dice Elizabeth sonriéndome. 


-La próxima vez si sales más tarde le diré a Julián que te acompañe. Cuando salís del barrio, en el centro es bastante peligroso.- exclamó Matthew.  


-Tendré cuidado no se preocupe. Gracias. 


Salgo de la habitación, bastante apurada. Tarde más de lo que debería. Apuro el paso. Después de lo que me dijo sobre que era peligroso me quedé pensando. Todavía no salí del barrio, que es privado. 
Camine cuatro cuadras más y salí de aquel barrio. Me gusta bastante. Se nota que es de gente adinerada, no esperaba menos.  
Le prestó atención a los demás negocios antes de llegar a el bar. Son bastantes bonitos. Hay otros cafés y restaurantes a los que podría haber ido a buscar trabajo.  
Me aproximó a entrar, observo que hay una buena cantidad de gente sentada en las mesas de afuera. Saco mi celular y veo que  estoy sobre la hora. Entró apresurada. Y busco con mi mirada a Derek. 
Esta en la barra como ayer. Me acerco hacia el con una sonrisa de preocupación. Creo que no noto mi presencia. 


-Drake…-exclame. 


-Justo a tiempo. Pensé que no vendrías. 


-Tuve un retraso pero llegue un minuto antes de lo acordado.- le digo mientras le giño el ojo. 


-Ven, te daré tu uniforme y te mostraré donde deberás cambiarte. 


Entró por una puerta en el lado opuesto al de ayer. Es un pasillo. Mientras paso por allí escucho música demasiado fuerte. Debe ser el lugar donde pase ayer. Creo que hay hasta gente hablando, mas bien gritando. 
Entramos a la primera puerta del pasillo, que tiene un gráfico de mujer. Entramos y veo un baño y tres cambiadores. Entra y agarra un uniforme que esta en un estante.  


-Este uniforme usaras sólo en el turno de mañana o tarde. De noche se suele vestir otra cosa. Más formal. 


-¿Mas formal?- le pregunto mientras agarro el paquete transparente con mi uniforme. 


-Si ya sabes- me dice Derek mientras me abre la cortina blanca del vestidor, haciéndome un gesto para que pase- más elegantes. No tienen uno formal, algunas de lo traen puesto, sino aquí hay. 


-Pero…- le digo mientras entró al vestidor, me cierra la cortina y empiezo a ponerme el uniforme- ¿ en mi caso que hago?. 


-Como tu quieras, te vienes bien arreglada con un vestido, zapatos, ya sabes. Si un día se te hace tarde aquí tienen para darte. 


-Okey- le digo entrecortada, mientras intento acomodarme la parte del delantal.-¿tendré que venir algún día a la noche?. 


-Te mandaré tu calendario de la semana por texto. Dame tu teléfono. 


-Espérame un segundo- le digo mientras me ató el delantal. 


Abro la cortina. 


-¡Taran! ¿me sienta bien no?.- le digo mientras sonrió y le doy mi celular apurada. 


-Perfecto, mejor de lo que creí.- me devuelve el celular- listo toma. 


Saca de la repisa una libreta con una lapicera que tenía arriba una cerveza de plástico. Espero que no se me rompa. Con lo bruta que soy.  
El se apresura a pasar por el pasillo. Mientras me va explicando lo que tengo que hacer. Según el, debo acercarme a las mesas siempre con una sonrisa y pedir la orden. Anotarlo en la libreta y llevarles lo que me piden. Me siento como la camarera del libro muerto hasta el anochecer. Sólo que no soy rubia y tampoco tengo ojos claros, ni poderes telepáticos. Aunque me gustaría. 
Abrí la puerta, me paro derecha como un soldado analizando mi alrededor. Las mesas son de roble y las sillas también. En los costados hay sillones negros para cuatro o seis personas. Arriba de la barra hay unas letras grandes con luces brillantes que dicen “Coffe Dark”. Tiene mucho estilo, me gusta.  
Me acerco al otro lado de la barra, donde no preparan las bebidas alcohólicas. Sino café, capuchino, té, etc. 
Hay una chica bastante bonita allí. Tiene el pelo como rojo, se nota que no es natural, pero le queda bonito. Sus cejas son negras así que le contrastan con su cabello. Sus ojos son color marrones, bien oscuros. Es más alta que yo y delgada. Tiene una bandeja en la barra que tiene dos cafés y dos medialunas. 
Me acerco a ella que me estaba observando desde que me aproxime a aquella habitación. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.