Quiero ver un rayo de luz

Capítulo 2: Mi mayor miedo es perderte.

Abro los ojos y nuevamente ya no me encuentro en mi habitación, a mi alrededor hay un bosque gigantesco con una niebla muy densa que no me permite ver demasiado, está todo en silencio y únicamente se escuchan los árboles crujir por el viento, un viento que mi cuerpo no puede sentir, pero si escuchar. Camino un poco abrazándome a mí misma pues a mi alrededor no hay alguien más: “¿qué es esto que siento en mi pecho?”, “el… ¿medallón de mi padre?”, esto debe tratarse de otro sueño, no hay duda, es imposible que yo tenga este objeto conmigo él nunca lo suelta ni siquiera a mí las pocas veces que se lo he pedido, pero, ¿Por qué no puedo despertar, aun y cuando ya sé que esto es un sueño?
La duda invade mi mente e intento pellizcarme los brazos para intentar despertar, pero no lo logro; algunos metros más hacia delante hay algo que hace reflejo, avanzo hacia ese lugar y descubro que es un pequeño rio, si los pellizcos no lograron despertarme probablemente el agua sí; me agacho hasta el nivel del agua y meto mis manos para sacar agua y echarme en la cara, pero mis manos no pueden sentirla, es como si no estuviera ahí aun y cuando puedo verla, con un poco de enojo por no comprender lo que sucede intento golpear el agua pero mis golpes simplemente la atraviesan; un estruendo se escucha detrás mío seguido de un grito… Sería muy bobo ir, así que simplemente volteo hacia delante para seguir mi camino, es quizás una decisión egoísta, ya que alguien seguramente resulto lastimado y es probable que pueda ayudarle… pero no lo sé, aun y si esto es un sueño se ve demasiado real y me hace pensar que quizás no lo es.
Al voltear hacia delante hay una figura borrosa ahí, no puedo decir que es, pero por su forma me hace pensar que es mi padre.
- ¿Padre? – Digo con una voz débil. - ¿Eres tú?
Esa figura borrosa comienza a tomar forma y se torna exactamente como mi padre, pero hay algo extraño… No está sonriendo, y no hay día que mi padre no sonría, “podrás verte como el, pero sé que no lo eres” pensé sin decirlo, sea lo que sea creo que es mejor permitirle usar esa apariencia… Intento ignorar a esa aparición o no sé cómo llamarle pero es un poco difícil, me sigue de cerca, demasiado… Y siento como su mirada no se me quita de encima, volteo una que otra vez y cada que lo hago su mirada se clava aún más en mí, no quiero correr pero tampoco quiero que se mantenga ahí…
- Padre… Estás asustándome. – Sé que no es mi padre, pero insisto. Algo me hace pensar que debo hacerle creer que es lo que pienso… - ¿Podrías por favor dejar de mirarme?
Cuando hablo con esa aparición en mi cuerpo se siente un frío que lo recorre desde mis pies hasta mi frente, y no recibo respuesta simplemente me mira sin hacer una sola expresión…
- Tengo una idea. – Le dije a mi “padre” – Juguemos a las escondidas, ¿De acuerdo? – No se me ocurrió algo más para intentar huir y alejarme de eso… - Quédate aquí y cuenta hasta 20.
Curiosamente en esta ocasión esa cosa asintió con la cabeza e incluso sonrió demostrando unos dientes ensangrentados, al verlo por mi cabeza comenzaron a aparecer demasiados pensamientos que no quisiera mencionar y después con una voz realmente quebradiza le intente decir a pesar de que tartamudeaba repetidamente.
- Bien empieza a contar… - al decirlo mi “padre” se volteó y se recargó sobre un árbol e inicio el conteo.
Su voz era exactamente la de mi padre… no había duda de ello, sonaba exageradamente similar. Pero eso solo me hizo pensar en aun más cosas que no tenían sentido; sin desperdiciar mucho tiempo apenas empezó con el numero 1 yo corrí tan rápido como pude y ni siquiera sabía hacia donde iba, no podía ver muy bien entonces estuve a punto de caerme en varias ocasiones. Corrí y corrí pero por alguna razón sentía como si esa cosa estuviera justo detrás de mí, quería voltear pero a la vez no quería hacerlo; cuando mi cuerpo llegó a su límite por fin me intenté ocultar dentro de unos arbustos, fue muy difícil meterme y las ramas lastimaron mis brazos pero creo que eso es mejor a estar completamente expuesta… Al fijarme en mis brazos la sangre que salía de ellos se convertía en gotas pequeñas que en vez de caer subían lentamente como si se tratase de burbujas, o al menos las primeras porque mis heridas dejaron de sangrar con algo de rapidez… Yo estaba respirando un poco agitada por haber corrido toda esta distancia y no podía escuchar con claridad lo que sucedía al estarme escuchando a mí misma, pero tras unos segundos comenzó a escucharse como ramas en el suelo estaban siendo rotas por pasos que caían encima de ellas y cada vez se escuchaban más cerca, simplemente pasaban al lado del arbusto donde me encontraba pero no intentaban interactuar con él, era como si supiera que yo estaba ahí pero quería que yo misma saliera… Claro que no salí, tenía la esperanza de que esa cosa se fuera y por suerte o desgracia así fue, los pasos dejaron de escucharse y tras esperar unos segundos para corroborar que en verdad no se escuchara algo e intentar ver a través de los huecos entre las ramas por las que podía intentarlo, era como si en verdad ahí afuera no hubiera algo. Salí lentamente del arbusto volviendo a lastimarme los brazos y por el exterior ya no se veía aquello que había tomado la forma de mi padre, y en cambio en el suelo se miraron unas huellas con una forma muy extraña parecían de animal pero combinadas con pisadas humanas normales; nuevamente se volvió a escuchar un estruendo como si uno de los troncos se hubiera roto para posteriormente caer, pero en esta ocasión escuche la voz de mi padre gritando por ayuda, no pude evitar preocuparme aun a sabiendas de que todo era un simple sueño y corrí lo más rápido que pude hacia ese lugar de donde había salido el sonido, y al llegar todo el suelo estaba cubierto por sangre, los arboles crujían de una forma horrible y a mi alrededor se escuchaban pasos pero no podía ver más que nada, delante de mi había un árbol que se movía levemente y de donde un murmuro salía, y si, ese murmuro tenía la exacta voz de mi padre. Me acerque sosteniendo con fuerza su medallón que estaba en mi pecho y la imagen que vi me hizo despertar… Mi padre estaba completamente aplastado por el tronco y no pude evitar llorar, pues ahora si estaba sonriendo…
Desperté gritando y mi padre corrió hacia donde yo estaba, me abrazo con fuerza y comenzó a decir: “Has tenido una pesadilla nuevamente pequeña, todo estará bien yo te protegeré” Empujé a mi padre para verlo y cerciorarme de que estuviera bien, y tras verlo no pude evitar abrazarlo de nuevo.
- Soñé que un árbol te aplastaba… - Dije entre sollozos y apretaba con fuerza su cuerpo.
- Su padre es fuerte, mírame. – El me hizo con sus brazos hacia delante y sonriéndome de la manera en que siempre lo hace me continuo diciendo. - ¿ves?, estoy bien. Mírame mi cuerpo está sano, tu pesadilla ocurrió solo en tu mente y aunque no fuera así yo tengo esto. – tomó mis manos y las colocó sobre su medallón. – No olvides que tu padre es hábil utilizando esta cosa, nunca me pasará algo. – Terminó de hablar y me abrazó una vez más, me dio un beso en la frente y después dijo. - ¿Estás mejor?, hoy iremos a un lugar que te encanta, me pidieron ayuda y eso te tranquilizará, lo sé.
Mi mente logró calmarse un poco, y después me alisté para salir, que me haya dicho que le pidieron ayuda en un lugar que me encanta solo significa que iríamos a la colina Exhume, aunque aún no puedo sacarme del todo esa imagen de él en el suelo… Espero que durante el día se borre.




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