La vista a lo lejos de la colina se veía realmente increíble, apresure a mi padre para que llegáramos mucho más rápido pero él dijo que disfrutáramos del camino, yo estaba impaciente por llegar claramente, hace mucho tiempo que no venía y es un lugar que me encantaba; además de que las veces que hemos venido nunca estuvimos muy cerca de la escultura en las rocas.
- ¿Padre? – Pregunté sin mirar hacia atrás que es donde él estaba.
- ¿Qué sucede? – Respondió el mientras su voz se acercaba a mí y me abrazo por el hombro.
- ¿Hoy si iremos hasta donde se encuentra esa figura? – Dije señalando la gigantesca estatua del mago Merlín en la roca.
- ¿Quieres ir ahí? – Respondió mi padre tranquilamente, y pensándolo un poco. – Bien podríamos acercarnos, quizás te sirva.
- ¿Me sirva? – Le cuestioné al no entender a que se refería.
- Oh, olvídalo, jeje. No tiene importancia. – Su voz me hacía pensar que me estaba ocultando algo… Pero decidí mejor ignorarlo y concentrarme en la vista.
Tras un tiempo caminando por fin llegamos a ese sitio y mi cuerpo comenzó a sentirse extraño, era como si estuviera absorbiendo algo, podía sentir como esa cosa llenaba mi cuerpo segundo a segundo y aunque no era un sentimiento que me hiciera sentir asustada o algo similar poco tiempo paso para que eso que mi cuerpo estaba absorbiendo sobrepasara los límites que podía soportar, de un segundo a otro me quede dormida, pero era extraño. Era como si más bien mi cuerpo estuviera paralizado con los ojos cerrados pues no podía moverme y en cambio todo se tornó oscuro, no veía más que la nada misma.
- ¡Papá!, ¡Papá! – Comencé a gritar con la esperanza de que mi padre estuviera ahí, pero claramente no fue así…
Tras unos segundos mi cuerpo empezó a ganar movilidad y con unos segundos más ya podía moverme, tenía movimientos un poco torpes a causa del adormecimiento pero era mejor que nada. Frente de mi vi una rosa roja muy linda, intenté agarrarla pero antes de que mi mano llegara siquiera a tocarla esta comenzó a flotar llegando a una altura un poco más arriba de mi cabeza, la estaba mirando y después de esta Rosa una figura comenzó a formarse desde arriba hasta abajo, era un esqueleto ensangrentado cuya mandíbula parecía haber desaparecido, cuando lo veía y a pesar de lo que se puede pensar, no le temía, era como si estuviera ahí para ayudarme… Pero no podía estar más equivocada; cuando se formó por completo dejo de mirar la rosa y en cambio me miro a mí, con su otra mano toco mi mejilla y comenzó a intentar clavar su dedo en ella, yo me quería hacer hacia atrás pero no podía moverme del todo, su dedo se clavaba más y más hasta que logro sacarme sangre, tampoco podía gritar por el dolor ni moverme o hacer gestos; su dedo se detuvo y ahora lo alejo mostrando que en él estaba parte de mi sangre, la acerco hacia la Rosa y le colocó la sangre en algunos de sus pétalos, al hacerlo la Rosa comenzó a tornarse negra, tras cambiarse de color el último de los pétalos estos comenzaron a caer dejando la Rosa deshecha, esa extraña aparición al ver que esa Rosa había muerto por mi sangre dejo caer el tallo y gritando de una forma desgarradora hizo su mano hacia atrás para golpearme, posteriormente la hizo hacia adelante con fuerza y antes de que me tocara, esa “persona” desapareció.
Yo volteaba a ver todo alrededor mío hasta donde mi vista me lo permitía pero no podía ver algo, como dije antes estaba todo exageradamente oscuro, mi cuerpo comenzó a poder moverse una vez más y en el suelo estaba el tallo que había dejado caer esa cosa, lo tomé y este comenzó a brillar con una incandescencia que me permitía ver en un radio de quizás 3 metros apenas tomarla gruñidos comenzaron a escucharse por los alrededores y cada segundo parecía que se acercaban lentamente a mí, no podía ver que es lo que parecía estarse acercando y moviendo la Rosa para iluminar hacia donde miraba se veían sombras a lo lejos moviéndose hacia la luz que emanaba esa flor.
- ¿Quién está ahí? – Dije con un tono un poco quebrado, por pensar que esa cosa esquelética estaría cerca. - ¿Hola?
No recibí una respuesta y en cambio esas cosas que parecían acercarse a mi apresuraron el paso y comenzaron a correr hacia donde yo estaba, asustada di media vuelta y aunque mi cuerpo no estaba del todo recuperado, avance tan rápido como pude hacia otro lado; lamentablemente para donde volteara estaba repleto de esas sombras que parecían acercarse a mí, tras un poco de tiempo mi cuerpo se comenzó a sentir mejor y con ello pude correr con mucha más velocidad que antes, pero no podía ver el terreno del todo bien, me tropecé con algo y caí al suelo soltando la Rosa la cual cayo unos pasos más hacia adelante, la incandescencia de ella bajo haciéndola apenas perceptible, como esas cosas estaban siguiéndome yo me hice bolita abrazándome a mí misma respirando fuertemente, pero por más tiempo que pasaba así nunca se acercaron, incluso deje de escucharlas, eso me hizo pensar en dos cosas: Esos monstruos no son malvados, o esas criaturas en realidad se ven atraídas por la luz…
Me acerque arrastrándome hacia la Rosa y al tomarla esta comenzó a encenderse una vez más revelando frente de mí una de esas sombras, al verla yo me quede perpleja y no podía moverme una vez más, a diferencia de la vez anterior esta no se transformó en aquella figura esquelética como había sucedido antes, simplemente permaneció en esa forma como si fuera sombra, a pesar de no tener ojos yo sentía que me miraba fijamente.
- ¿Me harás daño? – Pregunte con una voz muy tenue que probablemente ni siquiera pudo escuchar.
Cuando termine de decirlo esa sombra desapareció, pero después aparecieron varias más rodeándome casi por completo, yo no hacía más que mirarlas a todas pero no paso mucho tiempo para que comenzaran a atacarme, con sus manos me arañaron la cara, y era como si estuvieran intentando quitarme algo, intente escapar pero esas sombras me tomaron por los brazos impidiéndome alejarme y las heridas cada vez se hacían más grandes, yo quería gritar pero no podía por alguna extraña razón… hasta que no pude más con el dolor y termine por desmayarme y con esto soltar la Rosa la cual perdió nuevamente esa incandescencia, antes de quedarme completamente inconsciente pude ver cómo mientras más tenue de volvía la luz más y más se alejaban esas cosas hasta llegar el punto donde me quede sola pero no pude mantenerme despierta por más que lo intenté, ¿Dormir dentro de un sueño?, vaya situación más irónica.