Yo no podía moverme en absoluto tras ver esa figura delante de mí, intentaba huir pero mis piernas no me obedecían, intentaba hablar pero era como si mis labios estuvieran sellados, ni siquiera mi mente funcionaba correctamente al estar completamente enfocada en aquello que mis ojos veían.
- Huye.
Dijo esa figura con una voz horripilante que rasgaba mis oídos solo de escucharla, pero mis piernas no respondían…
- Huye.
Repitió una vez más esa figura pero ahora riéndose de que no podía moverme aunque lo intentara; a mi lado apareció mi padre y con fuerza repetía: “Aléjate ser infernal” pero ese demonio no se inmutaba ni un poco: “He dicho que te alejes Muilóer”, repitió una vez más mi padre, es conocido que los Demonios son susceptibles a escuchar sus propios nombres pero había algo extraño con este en particular… Por más que mi padre decía su nombre no parecía que tuviera algún tipo de efecto, posteriormente el demonio se hartó de que mi padre estuviera ahí y haciendo su brazo hacia delante lo tomo. “Déjalo en paz” grité yo con fuerza, pero mis intentos de alejarlo eran inútiles. El demonio me miraba y se notaba un odio exagerado en sus ojos rojos como si fuesen de sangre, mi padre luchaba con fuerza para zafarse del agarre de ese demonio pero no parecía servir de algo, ni siquiera con los hechizos que lanzaba parecía herirlo o hacerlo retroceder aunque sea un poco.
Al lado de mi se abrió un hueco en el suelo, estaba exactamente al lado mío permitiéndome ver su interior, por dentro había seres humanos muy extraños que sollozaban y estiraban los brazos intentando que yo los tomara, el demonio quien aun sostenía a mi padre lo lanzo dentro del hueco y yo no pude ni siquiera decir una palabra, en mi mente gritaba fuertemente: “¡No!” pero mis piernas aun no podían moverse ni un poco; el agujero comenzó a cerrarse lentamente permitiéndome ver como esos seres agarraban a mi padre y le estiraban el cuerpo mientras yo gritaba que se detuvieran en mi mente al no poder externalizarlo, cuando este se cerró por completo mis piernas por fin pudieron moverse pero ya era demasiado tarde, golpee el suelo intentando abrirlo pero evidentemente no pude.
- Huye.
Dijo una vez más Muilóer, riéndose de una forma que me erizaba la piel; en vez de huir y completamente llena de rabia por lo que había visto de mi padre grite con fuerza hacia ese demonio a la vez que apretaba las manos con toda la fuerza que tenía, sin pensarlo corrí hacia el para atacarlo, pero… ¿Qué puede lograr una chica de 14 años?, sin magia y sin fuerza… No sé qué sucedió después pero mis ojos solo vieron oscuridad y después de eso la luz comenzó a llegar, yo estaba completamente en el suelo recostada y me encontraba en una especie de cueva muy iluminada, había un gran cúmulo de agua por el interior que parecía un espejo gigante reflejando absolutamente todo en ella, por donde parecía que estaba la entrada de la cueva el agua caía con fuerza pero por curioso que pareciera esta agua no se escuchaba, al contrario todo estaba muy pacifico… Comencé a escuchar pasos que apresuradamente se acercaban hasta donde estaba y me levanté rápidamente para huir, pero quien venía corriendo hacia mí era mi padre, había olvidado por completo que todo lo que había vivido no era más que un sueño y en vez de abrazar a mi padre le grite que se detuviera y que no se acercara.
- Hija, tranquila soy yo. – Dijo el con tristeza porque no le permitía acercarse a mí.
- ¡Sé que no eres el, yo lo vi morir! – Respondí llorando por recordar la imagen que había observado mientras estaba con Muilóer.
Mi padre no respondió y en cambio puso su mano sobre su pecho tomando su medallón y dijo: “Un día prometimos que cuando viéramos hacia el frente solo pensaríamos en el presente, pues el futuro es oscuro y es mejor no concentrarnos en lo que tememos y no queremos”. Cuando escuche esta frase mi mente se calmó por completo y comencé a pensar que esa persona delante mío en verdad era mi padre, es una frase que dije alguna vez hace tiempo y que hasta donde yo supe solo él escucho. Me quede pensando un momento aun intentando que esa persona se quedara alejada de mí, tras lo que vi no podía dejar de pensar que era un impostor y que me quería hacer daño, pero ya con la mente más tranquila comencé a recordar poco a poco lo que había sucedido antes, y más claro aún el lugar donde nos encontrábamos, la colina Exhume. Mire a todos lados y todo tomo sentido, aquello que había visto fue solo un sueño.
- Ya no quiero tener esas pesadillas… - Le dije a mi padre.
- A eso hemos venido a este sitio. – respondió el lamentándose un poco y sin acercarse porque veía que yo aún no confiaba del todo. – Pero nunca pensé que la magia concentrada de este lugar jugaría en nuestra contra…
- ¿A qué te refieres? – pregunté por no entender que es lo que estaba intentando decir…
- Tus sueños dejaron de serlo o eso creo, cuando caíste dormida tu cuerpo comenzó a desvanecerse y te he estado buscando desde entonces, incluso llegue a pensar que te había perdido para siempre hasta que mi medallón reaccionó a ti y pude encontrarte.
- ¿Qué? – Entonces eso significa que todo lo que viví fue verdad, pensé. - ¡Aléjate! – Grité fuertemente. – Si todo lo que viví fue verdad entonces tú no eres más que un impostor, ¡Vi a mi padre morir! – Las lágrimas caían de mis ojos y recorrían mi rostro sin parar.
- ¡Soy yo, Yiori! – Repetía ese sujeto sin cesar. - ¿Qué puedo hacer para que me creas?, es cierto que tu cuerpo estuvo en una dimensión diferente pero yo he estado aquí en este sitio desde que te fuiste… Yo no puedo dejar este mundo del modo en que tú lo haces…
- Y, ¿Por qué creería lo que dices? – Mi padre sabe que no poseo magia, es imposible que me haya transportado hacia otro mundo, y soy inmune a ella por lo que nadie pudo haberme llevado hacia allá, ¡Todo lo que dices no son más que un montón de mentiras!, ¿Quién eres y que quieres de mí?
El sujeto parecía un poco desesperado y eso solo me hacía dudar más, pero era completamente idéntico a mi padre y por alguna razón mantenerlo alejado de mi me rompía el corazón, me hacía sentir que estaba cometiendo un error.
- No puedo decírtelo… - Respondió ese sujeto. – Es una verdad que no quiero que conozcas porque te herirá.
- ¡dímelo! – Dije con fuerza. – No sé qué mentira dirás ahora, pero quiero escucharla.
- Si posees magia Yiori. – Respondió secamente esa persona.
- ¿Qué?, planeas que te crea esa mentira. No poseo magia, nunca he sido capaz de crearla como lo hace mi padre.
- No te miento. – El sujeto parecía sufrir mientras contaba esto, era como si en verdad no quisiera que yo lo supiera. – No eres una Hetrione Yiori, eres una hechicera con un nivel igual al de un demonio.
¿Una hechicera con un nivel similar al de un demonio?, pero que tonterías está diciendo este hombre, eso es imposible, yo nunca he sido capaz de crear magia, pero soy inmune a ella… Puede que haya algo de verdad en lo que este sujeto dice; me quede pensando en sus palabras y sin darme cuenta se acercó a mí, pero en vez de atacarme como hubiera supuesto me abrazo y podía escuchar su corazón latir con fuerza: “Mi pequeña”, dijo abrazándome con fuerza, al parecer si es mi padre… pero, ¿Eso significa que lo que me está diciendo es verdad?