Ella dijo que esperara un poco y después se fue; tras varios minutos comencé a impacientarme porque no regresaba y grité varias veces, me di cuenta que en realidad nunca había preguntado su nombre entonces simplemente gritaba: “¡Chica!”, “¡Oye!” Pero ella no respondía, no me quedaba de otra más que caminar y buscarla y por fortuna todo este sitio era exactamente igual al pueblo real no había omitido ni una sola cosa, y a eso sumarle que las personas parecían reales, bueno más o menos… Estaban completamente hechos de tierra y no podían hablar, pero se movían de una forma que imitaban exactamente a los reales, me acerque a uno e intente hablar con él.
- Hola… - Dije un poco temeroso.
- … - Esa figura de tierra no respondió, o al menos no con voz, se movía dándome a entender que podía escucharme.
- ¿has visto a una chica de mi edad, de cabello corto color blanco, con ropajes color violeta y negro?, debió haber pasado por aquí hace unos minutos…
- … - El hombre de tierra estaba haciendo ademanes y movimientos rápidos con sus brazos, dándome a entender que si la había visto.
- ¿Para donde se fue? – Pregunté enérgicamente.
- … - El hombre de tierra se quedó pensando un momento y después levanto uno de sus brazos como si hubiera recordado y después señalo detrás de mí, al girarme vi a quien yo supongo era la copia exacta de esa chica.
Ella me saludo y en su rostro a pesar de estar completamente hecho de tierra se pudo ver como sonreía, después hizo gestos para que la siguiera y corrió, agradecí al tipo de tierra y corrí detrás de ella, nunca fui muy atlético y seguirle el paso me fue complicado, estuve a punto de perderla de vista en varias ocasiones, pero de alguna manera me las arregle para encontrarla todas y cada una de las veces, tras unos minutos llegamos a la casa de donde había salido ella inicialmente, entre ahí y el sitio se veía mucho más grande de lo que parecía por fuera, tenía muchísimos pisos hacia arriba e incluso se podían ver aún más hacia abajo, voltee a preguntar si aquí estaba aquella chica de cabello blanco pero su copia de tierra había desaparecido y en el suelo estaba una inscripción que decía: “Encuéntrame”, no deja de sorprenderme lo hábil que es ella a la hora de manipular la magia, pero no es como que yo no hubiera tenido avances, he estado practicando durante mucho tiempo aquello que vi con los golems y ahora puedo crearlos sin sudar una gota. Coloque mi mano sobre el suelo y empecé a imbuirlo de magia, yo no estaba completamente recuperado tras haber gastado mucho poder mágico al habernos hecho pequeños pero aun así pude crear 3 golems de mí mismo tamaño, les ordene a dos de ellos que fueran a buscar hacia los pisos superiores y al otro que sobraba que fuera conmigo hacia los inferiores.
La verdad no sé cuánto tiempo paso hasta que logre llegar al fondo y una vez ahí todo se veía muy curioso, era como si estuviera dentro de un lago gigante, pero el agua no me tocaba, caminaba hacia delante y el agua me abría el paso, caminaba hacia atrás e igualmente me dejaba pasar, fue muy curioso aunque lo más curioso es que al golem que venía conmigo si lo atrapo el agua y lo disolvió por completo, fue un poco aterrador si soy sincero… pero también se vio genial. “¿Estás aquí?” grité hacia arriba, pero no recibí respuesta, de alguna manera comprendí lo que estaba intentando, parece que quería enseñarme aunque sea un poco a controlar mi magia y una forma genial de hacerlo era buscándola con ella porque estoy seguro que da igual cuantas veces camine por todo el sitio nunca podre hallarla; me senté colocando mis piernas en forma de mariposa, una mano la hice hacia abajo tocando el suelo únicamente con las yemas de mis dedos y la otra mano la deje a la altura de la boca del estómago, abierta y con la palma hacia arriba e intente concentrarme en mi propio poder, en la mano que tenía abierta y cerca de la boca del estómago comenzó a encenderse una pequeña llama que iba cambiando de colores, con el paso de los segundos esta llama se hacía cada vez más grande hasta que llego a ser casi del tamaño de mi mano, el agua que me rodeaba se acercaba a la llama y la apagaba con frecuencia obligándome a concentrarme de nuevo para encenderla; tras algunos intentos yo estaba impacientándome de nuevo pero el agua se posó sobre mi espalda y era como si me estuviera dando palmadas que me hacían entender que debía calmarme. Cerré los ojos y me concentre únicamente en esa pequeña llama en mi mano e ignore por completo toda el agua, ahora no veía lo que sucedía pero estaba completamente seguro que el fuego en mi mano seguía encendido, lo sentía. El agua intentaba apagar la flama, pero esta consumía el agua por completo o más que eso era como si la absorbiera y las tonalidades comenzaban a cambiar de color con más rapidez a medida que el agua era consumida, cuando sentí que ya no debía preocuparme por mantener la llama ardiendo le puse más atención a mi mano en el suelo, era como si mis sentidos pudieran viajar por todo el lugar, sentía las hormigas dentro de las estructuras, podía sentir a los demás pueblerinos hechos de tierra por encima de nosotros pero no me sentía ni a mí ni a esa chica, “¿Quizás me falta concentración?” pensé en voz alta e inicie una respiración mucho más calmada, y llego un punto donde no podía sentir ni mi propio corazón latir, yo era uno con la tierra y la tierra era uno conmigo.
Ahora si podía sentirme a mí mismo sentado, pero aun no podía percibirla a ella, se me hizo muy extraño la verdad… Con esos sentidos extendidos “viaje” a todo el pueblo de tierra a buscarla pero no pude encontrarla, ya estaba por rendirme pero sentí algo delante de mí, “¿eres tú?”, pregunté sin abrir los ojos. No recibí respuesta y en cambio sentí una mano colocándose encima de la mía justamente donde tenía esa llama encendida, yo estaba seguro que el fuego seguía prendido pero no parecía herir a esa persona, entonces no tuve que preguntarlo de nuevo, sabía que era ella (Después de todo, ¿Quién más podría ser?) el fuego empezó a solidificarse y a ganar peso, la curiosidad me mataba pero sentía que aún no debía abrir los ojos y en cambio tenía que concentrarme aún más, centre todo mi pensamiento en ese fuego y mis ojos se estaban perdiendo de algo increíble, todo el sitio comenzó a llenarse de pequeñas estrellas fugaces que salían de esa llama y volaban con libertad por toda el área, algunas incluso adoptaban forma de animales y danzaban de una forma maravillosa entre sí, todas alrededor de nosotros, de ella y de mí, poco a poco el peso de ese fuego fue mayor, hasta que sentí un cambio, fue aquí cuando abrí los ojos y quité mi mano del suelo sin alejar la otra de donde estaba, delante de mi estaba esa chica mirándome sosteniendo mi mano con las suyas, una por encima y otra por debajo y todo alrededor parecía haber sido completamente quemado, se veía muy oscuro, ella quito sus manos revelando un pequeño medallón que se encontraba en mis manos, este medallón no era un circulo perfecto, parecía tener abolladuras por el diámetro y en el centro tenía una inscripción en un lenguaje que desconozco: “Itnis eleoni oktromep oirene akle ú” seguido de los símbolos de los 5 elementos.
- ¡Felicidades! – Dijo la chica. – Este objeto representa toda tu magia.
- ¿Toda mi magia? – Pregunte tomando el medallón de mi mano, con la otra y mirándolo.
- Así es, los magos utilizan algo para concentrar sus poderes. – Continuó diciendo. – Mas no siempre es un bastón o varita mágica, en casos donde el poder es muy grande para el que lo tiene, deben crear sus propios objetos a partir de magia combinada de un prodigio, pero es muy extraño que un prodigio preste su ayuda, después de todo los clase 5 son peligrosos.
- ¿Y porque me ayudas? – Pregunté completamente confundido, además de no haberlo pedido.
- ¿Acaso no es evidente? – Dijo ella riendo levemente. – Porque sé que no eres malvado, y… Porque me gustas.
Tras decir lo último soltó mi mano y después se fue diciendo una última palabra: “Kiri”, podría parecer la palabra de algún conjuro, pero no, se exactamente lo que significa esa palabra. Es el nombre de la persona a quien debo buscar una vez logre salir de este lugar…