Química Irresistible #1

Capitulo 21

 

Gruño viendo como Ethan pasa por mi lado y ni un hola puede decir, me evita con la mirada y con su presencia, aún sigue viniendo a mi casa, pero este solo pasa por mi lado y sonríe con los chicos mientras que estos juegan sus videojuegos.

Suspiro.

Apoyo mi cabeza en la mesa de mi pupitre mientras cierro los ojos y siento como los alumnos del aula salen al receso. Empezamos la semana, lo que significa que ya estamos en clases otra vez, estaba por levantarme de mi asiento y salir a un lugar más privado, cuando la presencia de Taylor me detiene.

Mierda.

Este ríe idiotamente y toma asiento a mi lado, bufo mientras vuelvo a mi posición anterior. En estos últimos días Taylor se me ha pegado más, cada minuto aprovecha y se me pega hasta hartarme, lo peor es que tengo que soportar a todas esas asquerosas porristas que paran tras él, pero este idiota no es tan idiota. Hace algunos días les dijo a las porristas que este se encontraba resfriado, y estas no podían acercarse o también se enfermarán y el teñido no quiere que bellezas como ellas se enfermen y falten a clases.

Que estúpido pero ingenioso.

—¿Qué quieres, Taylor? —espeto matándolo con la mirada, odio esa sonrisa con dientes la cual emite, me hace recordar al pelinegro.

—Un gusto verte, Emma. —bromea haciendo que gruña.

—¿Qué quieres?

—¿Por qué estas de mal humor? —resoplo mirándolo fijamente, este solo ríe mientras achicaba los ojos.

—Muérete.

—¿Eh? —se queda pensando— ¡Emma! Compórtate, joder.

Hago como la que no lo escucho y me quedo mirando la puerta del aula, salía salir corriendo por esta con Ethan, este siempre se comportaba como un niño y me pedía que hiciéramos carreras y averiguar quién sale primero, era muy patético en el momento del acto, pero ahora me parece tierno.

—¿Y ella? —pregunto observado a una chica, al parecer de primer año, la cual debatía si entrar o no. Me levanto de mi asiento con la intensa mirada de Taylor en mí, necesitaba alejarme de él, me asfixia tener que tenerlo todo el día conmigo. Esto sería diferente si este fuera otra persona …

En fin, me acerqué a la chica, sonreí amablemente y ofrecí mi ayuda.

—Hey, ¿sucede algo? —pregunto esperando que dijera que sí, de lo contrario tendré que volver con el teñido a esos minutos de asfixia.

—¡Oh, si! —me entrega una carta y una caja, lo que parece ser una de chocolates, pongo los ojos en blanco y caigo en cuenta que estoy siendo participe de una confesión de amor de esta chica hacia el chico de sus sueños. —¿Podrías entregárselos a Taylor, por favor?

Achico los ojos.

 ¿Qué demonios?

Me entrega todo, cartas y caja de chocolate para después marcharse con una radiante sonrisa enamorada. Mierda, ¿por qué todo me trae hasta este idiota?

Doy media vuelta y vuelvo a mi asiento mientras le tiro al teñido la carta y caja que me había entregado esa chica, este me miraba confundido y extraño, abría la carta y caja y esbozó una risa.

—¿Esto es para mí? —cuestiona pícaro. Mierda, no te hagas locas ideas, Taylor.

—Correcto.

—Ya veo, ¿y quién era esa marimacha? —dice refiriéndose a la chica de pelo corto la cual había sido la pobre tonta enamorada de un humano inservible.

—Ella fue la que te dio todo esto, idiota. —le doy un golpe en la cabeza a lo que este gruñe— Otra tonta enamorada de tus idioteces.

—Auch, eso dolió. —comenta irónicamente comiéndose los chocolates, logré robarle algunos, ya que sabía que este imbécil no me iría a invitar ni uno.

 —¡Son míos! —se quejó como niño pequeño.

—Jódete, Taylor.

—Deberías ser más amable, quizás así llegues a conseguir algunos admiradores que te regalaran dulces. —habla para después meterse el bombón a la boca.

—No gracias.

.

.

.

—¡Familia, ya llegué! —grito entrando a mi casa.

Al entrar lo primero que observo es a Alice y a Luke, este se encontraba en una silla y la castaña lo amarraba, un escalofrío invadió mi cuerpo al verlos en esa situación. La castaña se había vuelto loca y trataba de matar a Luke, pero al parecer este no sufría, es más bien lo contrario. Se veía avergonzado y excitado, un sonrojo en su rostro era lo que hacía verlo apuesto.

—¿Que rayos están haciendo? —me atrevo a preguntar, mi prima deja de amarrar al de ojos verdes para poner su atención en mí, por otro lado, Luke me miraba con molestia, sonreí tiernamente mientras intentaba salir de ese lugar. Estos chicos me dan miedo.

—Fantasía sexual.

—Fantasía sexual. —hablan al unísono.

Mierda.

—¿Qué diablos dicen? 

Ambos suspiran y me mataban con la mirada.

—Alice, estás viendo al chico que te gusta actuar como un tonto delante de ti, ¿no podrías ser más amable y apurarte en esto, linda? —las palabras de Luke se hacen escuchar, mala idea, ya que la castaña se puso roja y comenzó a golpearlo mientras este se quejaba y me pedía ayuda descontroladamente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.