Química Irresistible #1

Final

 

—Tomates, cebolla, esta cosa verde. —señalé esas ramas que colgaban en mis brazos. —¿Esto es todo?

Ethan jugaba con los cuchillos, Alice miraba su reflejo en las cucharas y Lily bostezaba como vieja queriendo ir a tomar una taza de café, suspiré. Hoy sería la despedida de Luke, nuestro amigo deja el país hasta no sabemos cuándo, y, como muestra de cariño, ¡decidimos prepararle una bella despedida! 

Lastimosamente, creo que esto no va a funcionar porque en estos momentos, todos están haciendo algo, menos ayudar. 

—Maldita sea. —bufé —Chicos, Luke está a horas de irse a Inglaterra, dejen de estar jugando y ayúdenme a prepararle su platillo preferido. —dije intentando captar su atención.

No funcionó.

Todos me ignoraron y siguieron en lo suyo, ¿qué pasaba aquí? Se supone que iríamos a cocinarle al de ojos verdes, pero no pensé que esto terminaría de esta manera. Agarré unas ollas y unos cucharones, estos no estaban dispuestos a escucharme, entonces estos mismos se buscaron que saquen mi demonio interior.

—¡Malditos engendros, dejen de hacer estupideces y ayúdenme de una maldita vez a preparar esta comida para Luke! —grito fuertemente al ritmo del ruido que hago al chocar los cucharones con las ollas.

Instantáneamente, todos al escuchar mi grito, más el ruido de fondo, voltean con una cara de pocos amigos.

Yo, con una cara de amargada y la pose con las manos a la cadera, les doy una mirada asesina, ordenándoles a ayudarme.

—Diablos, mujer. ¿Me quieres dejar sorda? —gruñe Alice, saco la lengua como niña pequeña y le entrego unos tomates con un cuchillo, el cual fue arrebatado de las manos de Ethan; le entrego a Alice los tomates con el cuchillo, y esta entiende mi referencia, cosa que hace que gruña y se ponga a trabajar.

—Y tu deja de jugar con las cuchillas. —sermoneé a Ethan.

—¿Por qué? —se acercó detrás mío, colocó sus brazos alrededor de mi cintura y me abrazó, escondiendo su cabeza en mi cuello. Esa parte de mi cuerpo, es la más sensible. Y sin más, comencé a reírme, el pelinegro me hacía cosquillas, este mismo sabía lo que hacía y porqué lo hacía.

—¡Ethan, suéltame! —pedía mientras reía cada vez más.

Ethan solo veía todo mi sufrimiento, imaginé una rara escena de película de terror, no soy fan de esa clase de películas, pero algunas tramas eran buenas y casi ni miedo daba.

Volviendo a la rara escena de película de terror … 

¿Si yo me encontrara en una situación peligrosa, Ethan vendría y me rescataría o solo se quedaría haciendo absolutamente nada?

Bueno, tampoco es que su ayuda sea de las mejores, aunque, conociéndolo es capaz de hacerlo. Ethan suele ser muy tonto, cosa que a veces hace que la gente lo humille, es muy amable, aunque sea difícil de creer.

Rayos.

¿Un Ethan amable?

Como sería eso …

Dentro de la cabecita de unicornios de Emma:

—¡Oh, mi dulce y bella Emma! —Ethan vestido de gala, con una corona y zapatos negros puntiagudos; se acercaba a la rubia.

—Ethan. —susurró la bella princesa, sujetó su largo vestido celeste, caminando a ligero paso hasta llegar hasta su amado.

Un atardecer iluminaba el castillo, donde ambos amantes vivían. Hojas secas flotando por el intenso aire, un cielo anaranjado, un clima contemplando el picnic de los príncipes amados. La grande sábana, yacía en el verde césped, donde ambos amantes sentados estaban viéndose cariñosamente uno a otro.

—Emma, eres muy hermosa. ¿Es que acaso esto es un sueño y no estoy contigo? —dice el príncipe Ethan viendo a su amada. —Si es así, y esto es un sueño, prefiero jamás despertar.

¿Qué rayos?

¡Eso fue asquerosamente empalagoso!

—¿En qué piensas, Emma? —doy un salto de susto al escuchar la voz del príncipe, digo, Ethan, si Ethan.

—N-nada, solo imaginaba cosas raras. —doy una tímida sonrisa y me alejo de él.

¿Qué diablos?

Esa rara imaginación mía, está peor que mi clase de química en el instituto. 

—Bien, este, agarren algo y cocinen lo de … —soy interrumpida por un grito.

—¡Sangre!

¿Sangre?

Doy media vuelta y veo al dedo de Alice sangrar.

—¿Qué sucedió? —pregunta Lily acercándose a la castaña, le sujeta delicadamente el dedo y aprieta el lugar donde la sangre sale.

—Me corté. No sabía que eras doctora. —dice mi prima viendo sorprendida a mi hermana. ¿Doctora? Si claro, Lily sonríe, para después alejarse de la castaña.

—No lo soy, solo intento desaparecer esa sangre. ¿O es que acaso quieren ver a Emma comportándose extraño?

Mierda.

No era necesario decirlo, Lily.

—Estoy bien, no se preocupen, solo es un poquito de sangre. —digo restándole importancia.




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