Química Irresistible ©

Capítulo 50

 

Capítulo 50: 1 Universo, 8 Planetas Y 7 Billones de Personas.

 

ROSIE.

 

Hablemos un poco sobre las malas decisiones; las decisiones son importantes en la vida de las personas. Sobre todo las malas decisiones que en ocasiones tomamos, como por ejemplo; aquellas veces en las que estamos haciendo la fila del supermercado y de pronto, nos hurgamos la nariz y como por arte de magia, alguien nos ve. O tal vez, las veces en las que decidimos que mentir a las personas que amamos solo les hará menos daño... error. Hay algo en el mundo de lo que no podemos huir, la verdad. Tarde o temprano terminaremos siendo sus prisiones.

Podría mencionar aquellas veces en las que nos negamos a continuar haciendo lo que amamos solo porque ciertos obstáculos se interponen en nuestro camino. En la vida siempre encontraremos obstáculos que nos impidan avanzar, pero la decisión de detenernos en el camino no es más es una excusa de la que pronto nos arrepentimos.

Malas decisiones... negarte al amor verdadero. Decir una mentira. Desaparecer sin decir nada... decisiones que perjudican la vida de alguien más.

Y en ocasiones, nuestra propia vida.

El vuelo se ha demorado unas cuantas horas más debido a una alerta de tormenta eléctrica. Y pese a los pronósticos, el sol brilla como la esfera incandescente que es. El sol nunca se detiene de brillar, y brindar luz a las vidas de las personas por más que algunas veces nos quejemos de él.

Y la verdad es que, algunas personas son como el sol. No hacen más que brindarnos luz en medio de nuestra oscuridad, y solo no le damos las gracias.

No apreciamos su bondad. No apreciamos su presencia... no apreciamos las veces en las que solo una simple sonrisa ilumina nuestro día entero, no apreciamos aquellas palabras más suave que la seda, y mucho menos aquellos abrazos en nuestros peores días... solo lo valoramos cuando ya es demasiado tarde, y no le tenemos más.

Mi teléfono se ha descargado desde hace varias horas atrás. Y la verdad, prefiero pensar que es lo mejor. Estar lejos de Micah podría ser lo correcto tras todas las cosas que han sucedido...

Sin embargo, mi mente no hace más que recordarme todos aquellos momentos que estuvimos juntos.

Una par de horas más tardes, desembarcamos en terreno inglés. La suave brisa me acaricia la piel de la cara, y ondea con suavidad mi cabello. Junto a Mecha caminos hacia la entrada del aeropuerto en la que Kevin aguarda ansioso por nuestra llegada.

Mecha no tarda en correr hacia él, y brincar en medio de sus brazos. Sonrío porque mi estomago se retuerce al pensar en Micah. Él debía estar aquí, conmigo, porque se supone que me amaba...

Supongo que amaba la manera en la que me mentía. Enredaba mis pensamientos, y al final, nada de sus promesas fueron suficientes para elegir estar junto a mí.

Kevin alza a Mecha entre sus brazos, y aunque aún no me han confirmado si verdaderamente están saliendo, la forma en la que la mira, y le sonríe me hace pensar que después de tanto tiempo, ha caído en los brazos del amor.

Sus ojos azules escanean mi rostro, y buscan a alguien más. Al no encontrar a nadie simplemente, aplana sus labios y se acerca a mí.

—Hamilton.

—Collins. —le devuelvo el saludo. Apretando mis dientes los suficientemente fuerte como para no romperme en mil pedazos frente a mis amigos.

—¿Estás bien? —pregunta.

Le miro, y aunque mi pecho duele como la mismísima mierda. Inhalo con profundidad antes de forzar a mis labios a formar una sonrisa.

—Lo estaré. —le aseguro.

Kevin me estrecha entre sus brazos antes de ayudarnos a ambas con nuestros equipajes. En el camino al campus de la universidad, ambos van charlando acerca de sus vacaciones, y de lo mucho que se echaron de menos. Miro a través de la ventanilla para desviar mis pensamientos, y jugueteo con mi teléfono descargado entre mis manos.

Debo obligarme a mí misma a sonreír de vez en cuando al percatarme que ambos guardan silencio con cierta incomodidad mientras me lanzar furtivas miradas a través de los espejos retrovisores del vehículo. Kevin debe intuir lo que sucede, más sé que no se atreverá a preguntar nada, y Mecha solo no quiere hurgar en la herida para no hacerme sentir peor.

Me gustaría fingir que no sucede nada. Me gustaría fingir que no me han hecho pedazos. Me gustaría fingir que he salido victoriosa de esta batalla, pero solo estaría fingiéndolo.

Porque nada está bien. Mi corazón está hecho pedazos, y mi alma solo llora en silencio.

No se supone que el amor debería causar tanto daño.

Pronto, arribamos en el campus. Kevin se despide de mí, y Mecha me anuncia que se quedará un rato más a charlar con él. Por lo que tras coger mi equipaje, decido emprender mi camino en dirección al edificio. Algunos estudiantes me saludan en el camino, y puedo notar su felicidad de estar de vuelta en la universidad. ¿Por qué no me siento de la misma manera que ellos? ¿Por qué siento que este lugar ha perdido su sentido?

Le echo un vistazo al ascensor, y luego a las escaleras. Suspiro con fuerza. Un poco de ejercicio después de estas largas vacaciones no le hará daño a este cuerpecito. Miro mi estomago, y luego me armo de fuerza para subir al quinto piso por la escalera.




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