Química perfecta

Cap. 13

Hola!! Por favor leer la nota al final.

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Pov. Roger

Con cada movimiento que hace Rosie mientras duerme, una mueca de dolor se dibuja en su rostro.
Me da pena todo lo que le ha estado pasando, no se que diablos hizo para tener que sufrir de esta manera pero creo que ninguna mujer por más mala que haya sido merece ser golpeada de esa forma.
Suelto un suspiro cansado al tiempo que cierro los ojos y  dejó caer mi cabeza hacia atrás dejándola descansar en la pared.

— ¿no puedes dormir? — la voz adormilada de Rosie me hace abrir los ojos.
— no, es incómodo — le digo.
— te acostumbras — dice con la mirada perdida.
La lastima recorrió cada centímetro de mi al escuchar sus palabras, ella a pasado por demasiadas cosas, no se merece esto.
— te sacaré de aquí Rosie — le aseguro.
— aunque lo hicieras el  volvería a buscarme — me dice en un hilo de voy.
— no lo... — antes de que  pudiera terminar la oración se escucharon unos disparos.
Abrí mis ojos sorprendido y me levanto lo más rápido posible aver que pasa.
Hombres corren con armas de un lado a otro disparando como si de eso se tratase vivir.
Miro a Rosie cuando escucho la puerta abrirse y el maldito loco ese la tiene agarrada por el cabello.
— suéltala — le digo entre dientes.
— ¿y crees que te voy hacer caso? — me pregunta.
— por tu bien hazlo — me dice.
Veo como saca una daga y la coloca en el cuello de Rosie, en ese momento comence a sudar frío, la sangre dejo de recorrer por mis venas y se me había olvidado como respirar.
— ¿Que crees que haces? — le pregunto alarmado.
— si ella no es mía no va hacer de nadie — dice con una sonrisa macabra.
Las lágrimas se realizaban por las mejillas de Rosie sin parar, el se mantenía con la misma sonrisa macabra de siempre.
— por favor — suplico Rosie.
— no te dejaré, nunca — le dice al oído.
Las manos me cosquillean por los nervios que traigo.
La chica que me mandó a traer entra con cara de pánico.
— tenemos que irnos — dice la chica.
— no me iré sin Rosie — le dice el chico.
— si no nos vamos ahora no la tendrás, sabes que puedes volverla a capturar — le dice.
El chico maldice y le clava la daga en el estómago a Rosie asiendo que caiga.
La suelta y se va corriendo, la chica nos da una mirada y se fue detrás de él.
Corro hacia Rosie y su rostro está comenzando a ponerse pálido, el brillo de sus ojos azules se va apagando poco a poco hasta cerrar sus ojos.

La cargo entre mis brazos y busco una maldita salida.
Mis ojos ven al hermano de Elizabeth, de mi hermosa Elizabeth, si no hubiese sido por el y por Álvaro ella siguiera viva.
Cambio de dirección y me dirijo hacia la puerta de atrás, no dejaré que el se acerque a Rosie, antes lo mato.
Busco una maldita puerta y como si Dios me hubiera escuchado veo una puerta abierta, corro hacia afuera y me muevo lo más rápido que puedo para no recibir algún disparo, veo una camioneta con las puertas abiertas y no dudo ni un segundo en ir a ella
Entro el cuerpo de Rosie en los asientos traseros y veo que Eros está corriendo hacia aquí, maldigo en voz baja y entro lo más rápido que puedo a la camioneta antes de que se meta en mi camino.

Pov. Eros

Hemos buscado en toda la maldita casa, Rosie no está, Noah viene hacia nosotros con Rocco en la mano.
— encontré a Rocco en una habitación, ahí había también los zapatos de Rosie y había también... Sangre — dice tragando grueso.
Sus palabras me caen como un balde de agua fría, la... No Ella debe estar bien
— ¿Que? — tenía que aver escuchado mal.
— sangre... Había sangre — repite.
— Busca la computadora, quiero saber dónde diablos está Rosie, y por el bien de todos que este viva, ¿entendido? — amenazo.
Noah y los demás asienten y se ponen a trabajar.
Stephen llega hacia donde estoy yo, el ha estado muy concentrado buscando a Rosie.
— dime que es un chiste — dice entre dientes.
— se la llevaron — le digo en voz baja.
— ¡hijos de puta! — maldice.
— cálmate, la encontraremos — le digo.
— ¿Calmarme? ¡¿Calmarme?! ¡Joder tiene más de tres malditas semanas con un psicópata y me dices que me calme! — se altera.
— tranquilízate — lo señaló — se muy bien que ella no está segura pero estas muy estresado — le digo.
— no entiendes nada — dice negando.
— ¿Que diablos no entiendo? — le pregunto.
— solo te preocupas porque no quieres que Ramón se sienta decepcionado, pero yo no, yo la cuido por la quiero — me dice.
— todos aquí la queremos — le digo.
— pero no como yo — dice mirando a otro lado.
— ¿Que? — le pregunto confundido.
No podía ser lo que estoy pensando, eso si no.
— me gusta, no me preguntes cómo o cuando por que nose, solo me gusta, me enamoré de ella Eros — me dice chocando su puño con la pared.
Y lo entendí, toda su preocupación, las veces que lo veía borracho sin saber la razón fue por eso, el sentía algo por Rosie.
— malditasea — digo antes de girarme para irme.
— ¿malditasea? ¿solo eso vas a decir? — me pregunta.
— ¿Que  diablos quieres que te diga? — no puedo seguir hablando con el, esto no va a terminar bien.
— los vi besándose ¿te gusta? — pregunta.
¿me gusta? No Lose, solo se que Stephen es mi mejor amigo, mi hermano, y aunque ella me gustará o me llegase a gustar, no serviría de nada, jamás lo traicionaría así.
Salgo de ahí y veo algo que jamás pensé ver aquí, Roger, el está ahí, con Rosie en brazos, adentrandola a una camioneta.
Corro hacia ellos y los ojos de Roger me ven, se sorprende al verme correr hacia el y se monta lo más rápido posible y comienza a encenderla.
— ¡Stephen, la camioneta! — le grito.
El me mira con el ceño fruncido, mira lo que yo había visto hace unos segundos y no duda en subirse en una y arrancar.
Se detiene frente a mi, me monto enseguida.
Salimos detrás de Roger y juró por Dios que si llego atraparlo lo mataré con mis propias manos, ya e tenido muchos problemas con el después de la muerte de Elizabeth.
— sabes que no podemos matarlo ¿no? — me dice Stephen.
— se la está llevando — le digo entre dientes.
— Lose, pero sabes bien como es Rosie y por ningún motivo va a dejar que lo mates — me dice.
Suelto un gruñido e intento relajarme.
Una bala traspasa el visto de la camioneta dándole a Stephen un susto.
Frunzo el ceño y saco mi arma, disparo y la bala termina en una de las gomas.
— ¡pueden estrellarse! — me grita Stephen.
— cálmate — le digo.
Suelto otro tiro y este termina en otra goma, el auto pierde el control y joder hay una maldita curva con un barranco.
— ¡joder Eros, ves lo que haces! — me grita Stephen.
Trago grueso por lo nervios veo como el auto se va al vacío.
Stephen frena de golpe mientras niega.
— n-no, n-no, no, no ¡no joder! — dice chocando sus manos con el volante — ¡esto es tu puta culpa! — dice al tiempo que me señala.




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