Quince días juntos

CAPÍTULO TRES

No puedo creer que acepte hacer esta locura. 

Estoy envuelta de pies a cabeza en una manta blanca que nos dan para las noches frías en el hospital. 

Resulta que Axan (misteriosamente) sabía que yo aceptaría su propuesta por lo que puedo jurar que estaba contando con los dedos el tiempo en el que me demoraba en salir de mi habitación. 

El verlo recostado en la pared de al lado de mi cuarto me hizo sentir alivio y molestia a la vez, me ahorro el trabajo de buscarlo pero también dejo claro que sabe bien como encontrarme y eso me produce una sensación agridulce. 

Como sea ahora estoy envuelta en la manta como si fuera un fantasma, teniendo únicamente dos agujeros en la parte de mis ojos para poder ver y no chocarme con todo y llamar la atención. 

Como si verme disfrazada de fantasma en plena tarde fuera lo más normal del mundo. 

Contrario a mi, Axan va envuelto todo de negro, con sacos qué le quedan gigantes pero por más que se ve como la ropa de un indigente a él le queda genial, es como cuando a Marilyn Monroe le dijeron que solo se veía bien por los vestidos caros que usaba y ella se puso un saco de papas demostrando que no era la ropa, era ella que con todo lucia genial. 

Como la primera noche en que lo vi, lo único visible son sus ojos café qué me miran constantemente indicándome el camino que debo tomar. 

Vamos por un camino por el que nunca antes había cruzado, después me doy cuenta que estamos saliendo del hospital por la parte trasera donde están las salidas de emergencia. 

Luego de cruzar la puerta me quito la manta y el aire frío me da en la cara llenandome de algo extraño pero reconfortante que hace mucho no sentía. 

Por un momento me quedo quieta en mi lugar solo sintiendo el aire frío revolcarme el cabello y llenar de vida a mis pulmones. 

Es increíble lo mucho que puede significar algo tan simple y común como el aire para una persona que no tiene... Nada, nada más que la vida, que resulta ser lo más preciado y menos valorado por la humanidad. 

Mi breve momento de paz se ve interrumpido por Axan que me mira fijamente con sus ojos expresivos qué muestran algo que no alcanzo a comprender pero inconscientemente me hace sonreír. 

Doy vueltas en mi lugar, me siento tan libre que podría hacer esto todo el día, el aire, el sol, el aroma de las flores que no sabía rodeaban el hospital y la compañia de este chico loco que aun me observa son una mezcla extraña pero fascinante de el que es, por mucho, uno de los momentos más bellos que he tenido desde... 

Paro, la alegría se fue con la misma velocidad con la que llego y en su lugar una sensación de vacío se instala en mi pecho impidiendome respirar bien. 

Axan se da cuenta y antes de que inicie mi ataque respiratorio ya lo tengo a él al lado acercando un aparato extraño a mi boca, no se que es pero separó mis labios y dejo que la cosa plástica se instale entre ellos acomodándose y expulsando aire en un ligero puf que es muy conocido por mi. 

Es mi inhalador. 

No se que le han dicho, pero agradezco que lo tenga ya que eso me evita problemas futuros. 

Luego de un instante mi respiración se calma y ya no necesito el inhalador, veo borroso y antes de poder detenerlo las lágrimas caen por mis mejillas mojando todo a su paso, incluyendo la mano de Axan que me sostiene la cara con ternura y me hace mirarlo a los ojos antes de abrazarme con fuerza. 

Todo está bien pequeña - acaricia mi cabeza con ternura y eso no hace más que motivar a mis lágrimas, que caen con más fuerza y les siguen sollozos desgarradores de cosas que me duelen y he estado conteniendo por mucho tiempo - esta bien, llora, sacalo. 

Su voz es suave como la brisa, sus brazos son cálidos como el sol, y el sonido de su corazón me acompañan hasta que me calmo poco a poco, sintiendo caer un peso enorme qué no sabía que estaba cargando en mi corazón. 

Axan no dice nada cuando me separó de él, no pregunta y se lo agradezco, no creo tener la fuerza y energía de tratar con esto ahora. 

En un vago intento de olvidar el momento sensible, le recuerdo a Axan por que salimos y ambos emprendemos la marcha al centro comercial de al lado. 

Por más raro que suene, el silencio que nos rodea no es incomodo, es inmensamente tranquilo. 

Claro hasta que Axan lo rompe. 

Te veías muy bien de fantasma - me dice reprimiendo una risa burlona que no pasó por alto y me hace mirarlo con recelo. 

Axan ¿te puedo hacer una pregunta? - el asiente curioso y yo organizo mis ideas - salimos por la puerta trasera, no había guardias y juro que ni siquiera las cámaras podían vernos porque no hay cámaras en la salida de emergencia, entonces ¿porque me disfrace de fantasma? 

El se lo piensa un momento, o al menos eso finge porque creo saber que es lo que va a decir. 

Sin previo aviso el se ríe y yo lo miro mal. 

Si las miradas mataran, Axan ya estaría muerto, claro eso a él no le importa y solo hace que se ría aún más fuerte. 

Solo era una broma Eileen, no pensé que lo harías si soy sincero - de repente recuerdo justo el momento en el que me dijo lo de salir disfrazados y todo cobra sentido

Flashback 

El estaba de pie, justo al lado de mi puerta y verlo así tan confiado y tranquilo sin duda me causó algo de molestia. 

Tardaste un poco - me dice como si nada y guarda su mano en el bolsillo de su saco, juro que estaba contando cuanto me tardaba en decidir. 

Bien pero ya estoy aquí, así que ¿Cuál es el plan? - le dije sería. 

El plan es simple, no podemos salir porque somos internos no visitantes así que nos disfrazaremos y huiremos por detrás del hospital. - me dice simple. 

¿Como nos disfrazaremos? ¿Quieres que me ponga una manta encima y actúe como el fantasma del hospital para salir como si nada? - no lo decía en broma, era en serio pero su sonrisa me hizo dudar de lo que dije. 




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