Quince días juntos

CAPÍTULO SEIS

Tony me guía al ritmo de la música que suena y me enseña una qué otra vuelta interesante de salsa que el sabe hacer de maravilla. 

Me dejo llevar por el y el ritmo de la música hasta que esta fluye por mis venas y se convierte en gasolina llenando de energía mi sistema. 

Tony me gira en el aire y yo me rio siguiéndole el juego. 

De verdad es un experto. 

La canción termina y la sonrisa de Tony se une a la mía en lo que ambos nos reímos felices de estar aquí. 

Felices de estar vivos. 

Por eso estaban todos tan impacientes ¿verdad? Sin duda es una gran fiesta - me dice Tony en lo que mira a su alrededor y sonríe al ver las caras felices de sus compañeros y amigos. 

La verdad lo que yo te diga es mentira, pero sería una buena conclusión, estoy de acuerdo contigo - respondo. 

Tony se ríe y empieza a cantar el coro de la canción con energía. 

¿Ya probaste la comida? , sin duda todo está delicioso - no lo dudo, sin embargo cuando estuve a punto de hacerlo el me invito a bailar y no tuve la oportunidad. 

No lo dudo, pero te advierto que una vez que la pruebe no me hago responsable de que no quede más - 

La música cambia y Tony me hace una reverencia en lo que va a la barra buscando algo que tomar, en eso Dany se acerca y me invita a la siguiente pieza de baile la cual acepto encantada. 

Estas hermosa Eily - me dice Dany mientras sus ojos brillan de emoción. 

Bueno supongo que el cambio de ropa si surgió efecto - respondo en lo que el ríe y niega con la cabeza. 

No es la ropa lo que te hace ver bella - me dice Dany mientras me da una vuelta - es tu sonrisa, esa alegría que nunca había visto en ti, te queda hermosa, te ves preciosa. 

Sonrió y el me devuelve el gesto de manera tierna. 

Cuando la música vuelve a cambiar veo por el rabillo del ojo a Axan qué se acerca con cuidado y en cuanto Dany me suelta, el me toma de la mano y me guía al centro de la pista.

Otras parejas bailan felices mientras Axan y yo nos miramos a los ojos y el me toma de la cintura llenándome de electricidad el cuerpo. 

Reconozco la canción que suena y puedo sentir como poco a poco mi sonrisa se desvanece y mis ojos se cristalizan. 

Mi cabeza se acerca a su pecho en un intento de que no vea mis lágrimas, aunque luego descubro qué en realidad lo que trato de hacer es buscar apoyo y seguridad en el, en Axan. 

Nos movemos lento al ritmo de la música y yo me acerco más a él de manera inconsciente. 

Axan me gira una vez y luego vuelve a atraerme en sus brazos en lo que bailamos al son de Romeo. 

La canción me rompe un poco pero no por su letra sino por el profundo significado envuelto en los recuerdos que tengo de ella. 

Llevame contigo, que no aguanto la aflicción 

Llevame contigo, no seas malita y no no no 

Llevame contigo, si te vas de vacación 

Llevame contigo, aunque sea de chaperon 

Llevame contigo o habrá desolación 

Llevame contigo, ponle fin a mi temor. 

Seguimos bailando hasta que la canción termina y nos quedamos quietos un momento, Axan me toma de la mano y me guía por un camino desconocido hasta que llegamos a unas escaleras y cuando Axan abre la puerta el aire frío de la terraza choca con mi cara haciéndome sentir mejor, un poco más libre. 

Sin decir nada me acerco al borde de la terraza y cierro los ojos disfrutando del clima en lo que el se mueve por la terraza buscando no se que. 

Cuando abro los ojos me giro a mirarlo y mi corazón se enternece con lo que veo. 

En el suelo a puesto una manta lo suficientemente grande para que quepamos los dos y en el medio hay una pequeña cesta con sandwiches y un termo. 

Me acerco a donde esta el y me siento en la manta en lo que me pide que espere y se va dejándome sola. 

Respiro el aire frío de la noche y me recuesto en el suelo mirando el cielo. 

Ahora si puedo ver las estrellas. 

Creo que Axan tenía razón el día que nos conocimos, creo que si estaba concentrada en otras cosas y no pude mirar las enormes esferas de gas que están a millones y millones de años luz de distancia de nosotros. 

Las estrellas son hermosas. 

Un leve sonido de algo se asoma por la puerta de la terraza y no me giro para ver que es, minutos después la razón del sonido se acerca a donde estoy y me lame la cara con cariño. 

Es mi cachorrito. 

Lo abrazo y el se remueve un poco en mis brazos buscando libertad de salir a jugar por la terraza. 

Me rio viéndolo correr por todos lados y Axan me acompaña en lo que se sienta a mi lado y mira la luna llena qué hay sobre nosotros. 

Las palabras me salen solas y sin esfuerzo. 

Lo primero que aprendí a bailar cuando era niña fue bachata - el no me pregunto, pero me sentí libre de contarle el porqué de mi reacción de hace unos momentos - mi padre me enseñó - la voz se me rompe un poco y me impide continuar, sin embargo, el entiende y me da una breve inclinación de cabeza asintiendo. 

Yo también miro la luna dejándome llevar por su belleza. 

Creo que - la voz se me quiebra pero las palabras siguen saliendo sin control - creo que es un error que yo esté aquí, digo ¿que tengo yo de especial que me permiten vivir momentos como estos a mi y no a alguien más? 

Axan me mira lo siento, pero no me giro, sigo mirando la luna con mi vista nublada y mi corazón hecho añicos. 

No eres un error porque entre todas las estrellas que Dios le mostró a Abraham estabas tu - toma algo de la cesta y lo gira en sus manos en lo que yo lo observó con cuidado - antes de que nacieras, Dios ya te había dado forma, un nombre, un corazón, un propósito, no eres un error, eres una de esas estrellas a las que tanto admiras, pero no entiendes tu valor. 




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