Hace cinco años
Axan:
¿Estas tomando tus medicinas? - me reprocha clara en cuanto ve el frasco vacío que tengo en las manos
Eeh, sip, muy juiciosamente como me lo pediste Clara - respondo dándole mi sonrisa más inocente con el objetivo de que me crea lo suficiente como para que no hayan más preguntas
¿Enserio? Pero que muchacho tan obediente, que suerte tengo de tener un paciente tan pero taaaaan obediente - me mira seria y algo dentro de mi me dice que no me cree del todo, de hecho no me cree en lo absoluto - entonces ¿te gustaría decirme porque de la nada unas pastillas que debían durarte un mes entero se han acabado en unos días y tu estas aquí tan tranquilo?
Maldición, mi sonrisa se borra al instante y quisiera darme una cachetada mental al haber sido tan tonto, es verdad tenia que desaparecer una pastilla por día no todas las pastillas de un mes en un día.
Con resignación abro el cajón de la mesita de noche que esta en la habitación, de un pequeño cofre saco la medicina que tenía guardada.
Clara niega con la cabeza pero toma todas las pastas y las guarda en su recipiente sin más.
Tienes que tomarte tu medicina Axan, es la única cosa que podemos hacer nosotros para ayudarte en tu condición y que al menos los años que te queden de vida los vivas sin tener que estar cubierto de pies a cabeza todo el tiempo - Clara es ese tipo de enfermera que siempre dice lo que piensa y esta constantemente involucrandose en la vida de sus pacientes, es obvio que hace muy bien su trabajo y que nos cuida a todos con amor.
Sin embargo, a veces quisiera que no fuera tan estricta, a veces el servicio médico debería recordar que no solo somos pacientes, también somos personas y algo de normalidad nos ayudaría demasiado a sanar.
Cuando Clara se va entra Stella con el desayuno y su sonrisa natural ilumina toda la habitación sin duda.
Buenos días joven Axan - me dice con una sonrisa
Buenos días Stella ¿como estas el día de hoy? - Stella es una de las enfermeras a las que más les he agarrado confianza, es fresca y libre, y aunque también nos cuida con esmero, esta se esmera aún más por hacernos sentir como en casa, cómodos y en confianza.
Muy bien joven Axan, ¿como se encuentra usted? Hoy para desayunar tenemos para usted el exquisito huevo en tortilla propio de la casa, pan tostado y jugo de naranja - su formalidad burlona me hace reír pero de todas maneras le sigo la corriente haciendo una "perfecta" reverencia formal.
Stella se ríe y yo la acompañó en lo que me acomodo para recibir la bandeja del desayuno y prepararme para comer.
Invito a Stella a sentarse conmigo pero como acción poco usual ella rechaza la oferta y se excusa ya que tiene que irse a otra parte.
Cuando termino mi desayuno elijo salir a dar un paseo, es raro el momento en el que este en mi habitación, detesto los lugares solitarios, prefiero estar rodeado de amigos o de personas en general, siempre es algo interesante conocer la maravilla de la individualidad.
Cuando paso por el comedor no puedo evitar ver a través del reflejo a esa chica.
Ya la había visto antes, hace al menos unos cinco meses atrás, pero recuerdo perfectamente que era alguien completamente diferente.
En ese tiempo recuerdo que pensé que era hermosa, pero nada más allá de eso, era hermosa y una maravillosa creación de Dios que de seguro tendría un propósito brillante, sin embargo, nada de ella me había llamado la atención tanto como ahora.
Recuerdo que verla no me dejo ninguna impresión pues no me parecia una persona diferente de todas aquellas que cruzaban por los hospitales visitando a sus familiares.
Estaba.... Diferente, de hecho se veía triste, ida, pérdida y cansada, pero a pesar de las inmensas ojeras que acompañaban su expresión, sus ojos estaban secos, supongo que no había derramado ni una sola lagrima en bastante tiempo.
Ey hermano ¿que tal todo? - Daniel se acerco a mi a saludar pero estaba tan concentrado viendo a la chica desconocida que me sobresalte de inmediato pues no lo había visto venir.
No dije nada, en realidad ni siquiera le preste demasiada atención a lo que dijo, estaba completamente absorto en la chica triste que estaba sentada en la cafetería viendo a la nada.
¿Qué pasa? - Daniel siguió mi mirada y en cuanto encontró que miraba con tanta atención me dio una palmada en el hombro - es bonita ¿no?
Lo mire, no se a que venía eso la verdad, no me estaba centrando para nada en la belleza física de la chica, más bien me concentraba en el hecho de que me recordaba a alguien pero no lograba hallar a quien.
No ha hablado con nadie desde que llego, de hecho va por los muros luciendo como un fantasma y a Clara y Stella les preocupa el doble de lo que les preocupamos todos nosotros, creo que le tienen algo de lastima - esta vez mi mirada si se centro completamente en Daniel con curiosidad.
¿Lastima? ¿Porque? - pregunte
Porque perdió a toda su familia y se hecha la culpa aunque nadie sabe exactamente como ni porque - de repente y sin aviso la chica giro su cabeza y sus ojos conectaron con los míos produciendo una sensación extraña.
Eran los ojos más hermosos que había visto en mi vida.
No eran azules, no eran cafés y por completo tampoco eran verdes, eran una especie de mezcla entre el verde el café y el gris que hacían que su iris tuviera un color único en el mundo.
Sus ojos eran la cosa más bella y única de este mundo.
Y aún así estaban tan tristes.
La chica no dijo nada, solo se levantó y se fue del lugar, su larga melena castaña y alborotada se sacudió dejando ver que tan rebelde era su cabello.
Cuando la vi hace cinco meses su cabello estaba mucho más corto y sus crespos eran notorios y marcados, sin duda alguna era una morena muy linda.
Por las horas siguientes me quede en la cafetería fingiendo que escuchaba a Daniel en lo que mi mente divagaba y se iba pensando en ella.