Addison
Me levanto exaltada de la cama, mi alarma no ha sonado. En solo 10 minutos tengo que alistarme para después ir al instituto y poder llegar a tiempo.
Gran manera de empezar mi último año.
Me puse lo primero que encontré y no fue un outfit increíble pero funcionaba. Los jeans de mezclilla y las blusas casuales siempre funcionaban bien. Me veo en el espejo y mi cabello es un asco pero no tengo tiempo para arreglarlo así que tomo un cepillo y lo guardo a un costado de mi mochila. Lo más notable de mi ropa es el enorme estampado de una cabeza de un oso en mi blusa. Corro y bajo las escaleras tan rápido como puedo. En el fondo tengo miedo de resbalar y lastimarme.
Soy de las afortunadas que viven cerca de la escuela pero aún así por alguna razón llega tarde. Bastante irresponsable como dice mi madre.
Solo tres minutos después llego al instituto. En la entrada veo a Zabdiel mi mejor amigo que me da una mirada extraña a la par que arquea una de sus cejas.
—¿Qué haces aquí tan temprano?—pregunta y mira mi cabello—y con el pelo así—lo señala.
Si, definitivamente mi pelo se ve mal. Lo cual es algo inusual en mi, soy de las chicas que ama cuidar su cabello gracias a lo que he aprendido de mi madre. Ella al ser presentadora de un programa de noticias siempre tiene que estar presentable ante su audiencia y yo desde muy pequeña he observado sus múltiples tratamientos de belleza y cuidado.
—No es obvio—respondo—Vine a clases. Y creo que ya voy—miré mi teléfono—cuatro minutos tarde.
Él ríe descaradamente.
—La pequeña ha estado distraída últimamente.—dice y finge pensar—¿Qué pensará la pequeña? Entramos a las 8:20.
—No, entramos a las 7:20—contradije buscando mi horario en mi galería—mira entramos a las...
Me corto a mi misma cuando veo el horario y efectivamente Zabdiel tiene razón.
—Ven—dice y me acerco a él para abrazarlo—vamos a la cafetería.
Unas lágrimas traicioneras brotan de mis ojos, no son de tristeza son más bien de rabia y coraje.
—Mi cabello se ve horrible... y traigo un enorme oso en la blusa...
Definitivamente soy dramática.
—A mi me gusta como se ve tu oso—menciona Zabdiel tratando de calmarme.
...
La clase termina y la inusual forma de llegar al instituto esta casi olvidada. Guardo mis cosas y me despido del profesor Rodríguez antes de salir del salón. Sharon y Alice salen conmigo. Sharon saca su celular y comienza a tomarse selfies, Alice se aparta dejándonos a Sharon y a mí solas.
—No. No. No me gustan las fotos.
—Alice, nunca nos has dado una razón del por que no te gustan las fotos—dice Sharon
—Nunca salgo bien—se defiende Sharon—Mis ojos siempre salen mal.
—Verás que no—digo tomándola por el cuello mientras nos tomamos una selfie—¡Ahora solo sonríe!
Tomo la fotografía y se la muestro, ella se toca los oídos.
—Me gritaste en el oído Addison.
—Lo siento—digo por lo bajo, mostrando una sonrisa.
Alice solo ríe mientras sigue sacándose selfies sola.
Las chicas se van y me quedo sola, decido ir a la cafetería para aprovechar a comer algo ya que me hace falta. Lo único que he probado en todo el día ha sido una galleta.
Escojo una ensalada de frutas y regreso a la mesa del comedor en donde estaba.
—Aún no entiendo que hace con ella—dice una chica.
—Si. Christopher es todo un monumento y ella es todo una amargada.—responde la otra.
Yo sigo comiendo mientras escucho lo que las chicas hablan.
—Mi hermana es mucho mejor que ella—repite la misma—Pero en fin. Por cierto ¿ya viste que llego uno de sus amigos?
—No. ¿Esta guapo?—pregunta.
—Si—responde la otra en un tono bastante pícaro—Tiene los ojos verdes y ¡Dios, sus sonrisa! Me da mil años de vida.
Me sobresalto cuando alguien toca mi hombro y me obliga a voltearme.
—¿Qué estas haciendo?—pregunta Zabdiel. Me quedo seria y luego el parece captarlo.—Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación.
—No escuchaba nada—digo, avergonzada.
El niega con la cabeza y leo en sus labios un vayámonos. Lo sigo hasta el estacionamiento en donde uno de los choferes de su padre lo espera para llevarnos al foro en donde esta trabajando mi madre.
El camino al foro comienza y pongo algo de música. Elijo ¿Dónde esta el amor? para que me acompañe en el trayecto.
Erick
—Chris, por favor deja las cosas en su lugar.
—¡Vamos! Diviértete un poco.—dice arrojándose a la cama.
Al parecer para Christopher "diversión" le es equivalente a desorden.
—Recién acomode todo—respondo molesto.
Él se encoge de hombros y me arroja una almohada que me da en la cara.
Con que Chris quiere jugar.
Tomo la almohada y se la arrojo con fuerza, el comienza a reír a carcajadas, a veces mi mejor amigo podía parecer un niño pequeño y más cuando hacía sus "guerras de almohadas", pero es un buen chico, es inteligente y esa fue la principal razón por la que ahora esta en la facultad de medicina.
—Aún no entiendo como es que tienes novia si sigues igual de inmaduro.
—Ya tú sabes—responde divertido.
—Si, si, bueno, necesito tú ayuda—interrumpo tomando mi guitarra—¿Qué te parece esta canción?—digo y comienzo a tocar.
Siento cada acorde que toco y no solo es mi mano la que trabaja sino también mi corazón, es liberador como cada letra que sale de mi boca esta conectada con cada sentimiento que tengo. La música ha sido mi pasión desde niño pero no ha sido un camino fácil de recorrer, aunque mis padres me apoyan no ha sido fácil. En el lugar de donde vengo hay muy pocas oportunidades de prosperar así que tan pronto como termine el instituto decidí venirme a la ciudad a probar suerte. Se que tengo el talento para lograrlo pero también se que se necesita mucho más que eso, afortunadamente para mí estoy rodeada de personas que me muestran su apoyo diariamente.