Desperté de sobresalto, mi mamá había abierto la puerta de mi cuarto.
-¡Renata!, levántate y comienza a guardar todas tus cosas, hoy nos vamos de aquí -abrió las cortinas del cuarto.
-¿Irnos? ¿A dónde? -Me talle los ojos.
-Sí, ahora que ya me divorcié de tu papá, no tenemos nada que hacer aquí. Empaca que nos vamos a las 12.
-Y se puede saber ¿A dónde? -Comencé a angustiarme.
-Nos iremos lejos -Sin decir más, mamá salió del cuarto.
Comencé a empacar; ropa, accesorios para el pelo, fotografías, etc. Tardé al menos dos horas en guardar todo.
Estaba muy desconcertada, me sentí de 10 años al no entender lo que pasaba. No sabía a dónde iríamos, ni qué pasaría con papá, pero di un respiro, tome las maletas y salí de mi cuarto.
-Mamá, ya está todo listo -Dije con tono de nostalgia.
-Qué bueno, yo igual ya terminé, ¡vámonos! -Mi mamá tomó las llaves del coche.
-¿Al menos podrías darme una explicación del por qué estás haciendo esto?
- Yo no hago nada, tu padre es el que lo hizo todo, por favor sube al auto y hablaremos en el camino -Cerró la puerta.
Tardamos como media hora en dirigirnos la palabra, tal vez ella pensaba como decirme lo que estaba ocurriendo.
-Bueno -Dijo mamá con voz suave - Sabes que tu papá y yo ya estamos divorciados.
-Sí - contesté.
-Bueno, ya estás grande y creo que decirte esto será más fácil.
-Bueno, entonces ¿Qué pasa?
-Bien... Tu papá....-Tardo unos segundo en hablar- Tiene otra familia -Los ojos de mi mamá se llenaron de lágrimas.
Me quedé sin palabras, prácticamente no dije nada durante unos minutos.
-Mamá - Al fin las palabras salían de mi boca - creo que si mi papá tiene otra familia... bueno él así lo quiso, cambio una familia por otra.
-¿Qué quieres decir?
-Que para mí, nosotras ya no somos su familia y él tampoco es la nuestra. Ahora solo estamos tú y yo - le sonreí, intentando que por un momento notara mi fuerza interna.
-Tienes razón, ahora estamos tú y yo, y creo que podremos salir adelante -Mamá sonrió.
-Si mamá, además, la vida con él ya no era vida. Estoy muy triste por lo que me acabas de decir, muy decepcionada, pero siento una tranquilidad que hace mucho no sentía.
Intentamos darnos ánimos durante el resto del camino. Mi mamá había conseguido un departamento, en una ciudad alejada de la que vivíamos. Cuando llegamos ahí, bajamos todas nuestras cosas y las colocamos en la sala. El departamento ya estaba amueblado, parecía que mi mamá ya tenía muy bien planeado el escape a esa ciudad.