Escuche el camión de la basura y me hizo despertar. Estaba a punto de taparme la cara con una almohada cuando recordé que era el último día que Dylan estaba conmigo. Mire el reloj, eran las 9:30 am, me levanté y me metí a bañar.
Ya arreglada salí de mi cuarto y vi que mi mamá y Dylan estaban en la cocina en gran plática.
-Buenos días - Tomé una manzana - ¿De qué hablan?
-Buenos días, de nada importante, ¿Cómo amaneciste? - Dijo mi mamá.
-Bien gracias ¿y ustedes?
-Bien - dijo Dylan, seguido de mi mamá - Vamos a desayunar huevos revueltos y fruta.
-¡Oh! que rico - seguía comiendo mi manzana.
-¿Qué harán hoy en la noche? - preguntó mi mamá mientras hacía el desayuno.
-Pues supongo que nada - le contesté.
-Pues deberían de salir, hoy es el último día que Dylan está aquí
Dylan y yo nos volteamos a ver y enseguida aceptamos con una mirada.
-Tienes razón mamá, creo que sí saldremos.
-Bueno entonces hay que desayunar y después quiero que vayamos a comprar unas cosas para que regresen a arreglarse ¿Qué les parece? - sonrío.
Nos sentamos a desayunar y en cuanto terminamos nos pusimos en marcha para realizar los planes que teníamos para el día.
Al regreso de las compras, nos arreglamos un poco para salir a divertirnos. Sabía exactamente a dónde iríamos esa noche, música y baile era la mejor opción para pasarla increíble....
Llegamos a un lugar muy bueno para bailar y alocarse durante la noche. Entramos y nos sentamos en una mesa que estaba junto a la barra. Habían tantas luces que por segundos mis ojos se segaban. Casi no podía escuchar ni mis propios pensamientos por la música tan alta que había. Dylan me platicaba varias cosas mientras tomábamos ánimo para empezar a bailar. No tardamos mucho platicando cuando sonó una canción perfecta para bailar.
Durante la noche no paramos de reír, de bailar y de tomar. Era una sensación que jamás había sentido, estaba completamente ebria, o al menos eso supongo, debido a que muchas cosas de ese día son borrosas. Dylan nunca tomaba más que yo, siempre prefería estar más sobrio por cualquier cosa.
Nos estábamos divirtiendo bastante, bromeamos y nos burlabamos de cómo bailaban todas las chicas fáciles
Mis pies comenzaban a entumirse de tanto bailar, pero a pesar de eso no quería y no podía parar. La música parecía envolverme y yo me dejaba llevar por ella. Creo que mis pensamientos dejaron de existir durante unas horas, minutos o segundos, no lo sé, sólo lograba captar la imagen de los ojos de Dylan, mirándome al mismo tiempo que bailaba conmigo.