QuizÁ En Otra Vida

CAPÍTULO 4

Era marzo y el holi había empezado. Salí entusiasmada a buscar a Mariana en su hotel, al entrar a su habitación solo encontré una nota y junto a él un obsequio.

Que más pues.

Lamento haberme ido sin despedirme de usted, tuve que regresar a Colombia con urgencia por asuntos familiares. Este mes que pasamos juntas fue quizá el más chimba que tuve en mi vida. Nunca nadie fue tan amable conmigo como vos.

Entiendo que no todas las almas de este lugar al que llamamos mundo son buenas, solo pocas personas en mi vida me han demostrado amor sincero: mi padre y usted.

Querida parcera, no se preocupe por el incidente del río, ya lo superé y no tengo resentimiento hacia esa paisana suya que me arrojó al agua, si será una tetranutra. Este mes que pasé en India, le juro fue el mejor mes de mi jodida vida; de todos los países a los que viajé, este lo sentí como mi hogar. Sé lo sentimental que puede llegar a ser así que por favor le pediré que no llore al leer esta carta (¿de seguro ya lo está haciendo no parce?) jaja desearía estar ahí para hacerla reír e irnos a comer yogurt helado en el lugar ese al que me llevó en una de nuestras travesías, pero esta vez sin que me de diarrea por favor jaja.

Bueno Alisha, mira le dejo mi móvil encima de la cama. Enciéndalo, no es muy difícil de usar, ya verá que con el tiempo le agarra maña. Le regalo mi teléfono para estar en contacto con vos, llegando a mi país me compro otro y le marco va? No se preocupe por el saldo, siempre tendrá internet y llamadas porque yo me encargaré de pagar eso.

Estoy segura que la vida nos volverá a juntar una vez más, espero pronto. Me despido de usted deseándole la mejor vibra y que las cosas mejoren en su vida. La quiero mucho hermana.

Mariana.

Sabía que algo pasaba por la forma de hablar de Mariana, ella pocas veces me hablaba de usted o usaba el voceo conmigo, eso solo pasaba cuando algo andaba mal y ella estaba preocupada o afligida que toda la situación la ponía muy seria. Me intrigaba saber que le pasaba a mi amiga, el por qué se fue sin despedirse de mí y sobre todo el por qué de hablarme de "vos" en vez de "tú". Prendí el teléfono y espere algún mensaje o llamada, pero nada, supongo mi parce como ella me decía, estaba en pleno vuelo.

Caminé a casa muy triste y derramando unas cuantas lágrimas. Antes de llegar me senté en una esquina en donde no pasaban personas y me puse a ver las fotos que Mari había sacado los días que pasamos juntas.

...

Al día siguiente salí a las calles de la ciudad a comprar un poco de polvo para celebrar el holi.

Ayyyyyy- solté un grito y luego reí.

Era muy tarde, las personas ya me habían llenado de polvos de colores toda la ropa, mi cabello, cara, en fin, hasta donde no me llega el sol. Empecé a bailar al ritmo de los tambores callejeros.

Tan tararam tan tan tararam tan Tan tararam tan Tan tararam tan

Bum bum pa.

Dancé como si no hubiera un mañana, simplemente era uno de los pocos días en donde me sentía feliz. De pronto sentí un golpe en mi hombro.

- ¿Quién es ese muchacho? - Me preguntó una tía.

Tía se le dice en India a las señoras mayores, medias chismosas.

-Ahh...-La observé porque no sabía de lo que hablaba- ¿quién?

- Ese que te está observando hace media hora-dijo con voz exagerada y casi gritando.

Volteé a ver de quién hablaba y solo vi a un chico que se alejaba del lugar, lo vi de espaldas y eso me bastó para saber que no era ninguno de los malhechores que quisieron hacerme daño al contrario era un turista por su forma de vestir y color de piel.

- Debe ser un turista, namasté. -Me despedí y caminé por la calle.

Ese día compré muchos polvos de colores en el pequeño puesto de Maya, ella todos los años me dejaba a muy bajo precio los productos puesto que sabía cuanto amaba celebrar esa tradición.

-Gracias Maya, los dioses te bendigan.

-Namasté Alisha, chalo chalo ve a celebrar holi.

-Namasteeeeeeeeé- grité mientras me alejaba brincando de felicidad.

Corría como cabra loca gritando happy holi, happy holi a cuanta persona veía. Perdí la cuenta de a cuántos les eché polvo en sus caras jajaja, sencillamente el holi me desestresaba. Decidí quedarme solo diez minutos más antes de regresar a casa.

De pronto por inercia le tiré polvo verde (de los más tóxicos y difíciles de sacar) a un muchacho que se notaba que no era de por aquí.

-Happy holiii- La voz se me apagaba a medida que pronunciaba dicha frase.

El chico no dijo nada, solo se quedó mirándome inerte y yo no pude escapar de sus ojos azules. Jamás había visto unos ojos tan bonitos, tan azul cielo nocturno.

-Jajaja te pasaste al tirarme del verde eh- mofó mientras se trataba de quitar el polvo de la cara.

-Ehhh... ehhh-no pude decir más de la vergüenza.

- ¿¿Ehhh?? ¡¡Ah debe significar disculpa en hindi!!- reprimió una risa.

- Lo siento- solté seria- Namasté.

-Esperaaa- me agarró la mano- yo te he visto antes.

Cuando me cogió la mano, sentí como todo mi cuerpo se erizaba. Nunca un muchacho se había acercado tanto a mí, ¡mucho menos tocado!

-Ahh...Tuuuuuú- lo miré sorprendida- él solo sonrió.

...




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