QuizÁ En Otra Vida

CAPÍTULO 10

Aquella noche me sentí tan frágil y vulnerable que no quería regresar más a casa pero a la vez estaba muy preocupada por mamá.
- Debería volver a mi hogar- me separé de él.
-¿ Qué hacías aquí a estás horas? Pensé que estarías ya allí porque ahí te dejé- dijo mientras se limpiaba los ojos.
- Papá me echó porque quería estar a solas con mi madre, de hecho estoy muy preocupada por ella- comencé a sollozar nuevamente.
- ¿A solas? Te refieres a... Pero ¿Ella quiso eso?- frunció el ceño.
- Definitivamente no pero él nos golpea si no los dejo solos y yo ya no deseo que golpee más a mi madre- me tapé la cara con ambas manos.
- Tranquila, es muy duro por todo lo que pasas. Considero que esta noche debes quedarte conmigo, no te dejaré volver allí si está ese hombre que dice ser tu padre.
- Pero yo nunca dormí en la casa de algún muchacho, eso no está dentro de mis valores. Lo siento pero no puedo.
- Se trata de que estés bien, no de pasar la noche con un hombre Alisha. Me preocupo por ti que ¿No lo entiendes hasta ahora? Ahhhh- dio un pequeño grito de impotencia mientras se llevaba las manos a la cabeza. Giró sobre su propio eje y respiró hondo.
- ¿Prometes que en cuánto amanezca me llevarás a casa?- dije con voz suave.
- Claro que sí, siempre y cuando estés bien niña. Vamos- me cogió la mano.

Esa noche me llevó a la casa donde se estaba quedando. Realmente me quedé muy sorprendida puesto que era en una de las zonas más acomodadas de la ciudad en dónde se quedaban turistas mayormente. Era pequeña, pero muy ordenada y limpia. Todo tenía decoración india, aunque, él había puesto un poco de su esencia en ella.
En la entrada había un recibidor dónde dejaba sus zapatos, seguido de un pasadizo pequeño que llevaba a lo que era la sala comedor. A lado había una pequeña cocina muy equipada y por cierto tenía mucho café. Al fondo de todo estaba su habitación; pude ver su armario, una tv pequeña, un parlante de música de esos que le pones el USB, una mesa en dónde tenía una laptop. Su cama estaba tendida, dentro de la habitación estaba el baño completo. 
- Acuéstate por favor y descansa, yo dormiré en la sala- me arropó y procedió a sacar una colcha para él.
- Gracias por lo de hoy, no sé realmente que me hubiera pasado si no hubieses estado ahí- cerré los ojos.

Él procedió a retirarse. Esa noche estaba inquieta, después de dar tantas vueltas pude dormir algunas horas. Cómo a las 4am me desperté y me dirigí despacio a la sala, él estaba sentado fumando un cigarrillo mientras bebía café en una pequeña taza. Se le notaba pensativo y muy serio. Tenía la camisa desabotonada, realmente se veía muy atractivo en ese estado. 
Estaba regresando a la cama cuando se percató de mi presencia.
- Qué haces despierta, regresa a dormir por favor que necesitas descansar- dijo mientras dejaba el cigarrillo en el cenicero.
- De pronto me levanté,no te preocupes ya me duermo.

Iba a girar pero me decidí ir hacia él. Me senté a lado suyo. Lo miré profundamente mientras le cogí el rostro a lo que él cerró los ojos y me agarró la mano sobre su cara suavemente.
- Tengo mucha curiosidad de por qué te preocupas mucho por mí y me cuidas como nadie lo hizo en mi vida.
- Hay cosas que no puedo explicar ni decirte, esta noche solo diré que me alegra estar en India y en tu ciudad porque gracias a eso pude salvarte y lo seguiré haciendo mientras pueda- esbozó una sonrisa triste.
- ¿Mientras puedas? A caso te irás pronto, hum...-agache la cabeza.
- Creo que deberías volver a dormir niña- miro hacia un lado.

Sinceramente no entendía porque tanto misterio, que de malo tenía decirme si se quedaría o iría.
Regresé a su habitación, en medio de la poca luz que venía de la calle pude ver una cajita de la cual no me había percatado al entrar la primera vez. Tuve mucha curiosidad por ver qué era pero no era de mi agrado revisar cosas ajenas.
Me acosté y cerré los ojos, sentía mucha pena por todo lo que sucedía en mi vida y a la vez el tan solo pensar que él se iría me daba una profunda melancolía, si así fuese ya no estaría ahí para cuidar de mí, gracias a él no fui abusada dos veces por ese muchacho al que papá me quiso vender. Cómo sea que fuese esa era mi vida, tenía que hacerme fuerte y hacerme la idea de tener que seguir sin Zac en ella.
Ya en la mañana me levanté y dirigí al baño, me lavé la cara y seque con una toalla que había allí. Todo para mí era muy nuevo, jamás había estado en una casa tan bonita con un baño occidental, el cuál incluye el retrete. Fui a la sala y no estaba, se encontraba en la cocina.
- Namasté- saludé
- Buenos días, ¿lograste descansar?- dijo mientras freia unos huevos.
- Si dormí un poco, tu cama es muy cómoda aunque, estoy acostumbrada a dormir en el piso duro jeje.
- Te preparé algo de comer antes de llevarte a casa- dijo mientras se rascaba la cabeza.
- No sabía que cocinabas, eso huele muy bien.
- Hay muchas cosas que no sabes de mí, pequeña niña, ¿me ayudas a llevar esto a la mesa?- me pasó los platos.

Comimos en silencio huevos revueltos con un poco de café y tostadas que imagino habría comprado en alguna tienda. 
- Gracias por el desayuno, estuvo muy rico- le sonreí.
- Gracias a ti por tu compañía, comer tanto tiempo solo, ya no era agradable.

Recogí los platos y los lavé mientras él los secaba y guardaba. Luego se dispuso llevarme a casa, ya en el camino...

- Me preocupa dejarte con tu padre, no quisiera que te haga daño- dijo con la mirada al frente.
- Seguramente ya salió a beber de nuevo, tengo que ir a ver a mi madre.
- Si tan solo me dejaras ayudarte, él ya no sería un problema más. Con respecto al imbécil que escapó ayer, de él si me voy a encargar en cuanto lo encuentre- frunció el ceño mientras apretaba las manos.
- ¿Cómo piensas ayudarme respecto a mi padre? Necesito saber, a caso tú piensas...- dudé en completar la frase.
- No puedo decirte más, pero ¿que te preocupas por una persona que las golpea a tu madre a ti y les hace la vida miserable? Ahhhhh no puedo entenderte- sus ojos azul noche se volvieron casi negros.
- Entiende que no quiero en mi siguiente vida reencarnar y pagar aún más si algo le pasara a ese señor por mi culpa, lo siento tú no entiendes porque no tienes que vivir y no viviste lo que yo. No entiendes nada de mi cultura ni como son las cosas aquí, es complicado- me frustré al decir todo eso y se notaba en mi rostro.
- Entiendo más de lo que imaginas Alisha, solo quiero ayudarte porque en serio me preocupo por ti.
- Preocuparte y ¿por qué? Apareces de la nada un día y de pronto te vuelves mi salvador, no lo entiendo. Qué haces aquí, por qué me ayudas, por qué apareces cada que te necesito. ¿Qué ganas a cambio?
- ¿Qué gano a cambio? No necesito ganar nada, a caso es malo querer ayudarte, ¿es malo que alguien se preocupe por ti?.
- De que sirve que ahora me protejas si pronto te vas a ir o no es así?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.