QuizÁ En Otra Vida

CAPÍTULO 12

Cuando nos estábamos besando el celular de Zac empezó a sonar, de hecho no sabía que tenía uno porque nunca lo vi usar tal aparato. Lo sacó del bolsillo y se apartó de mí para contestar.
- Halo-saludó en alemán a la persona que lo llamaba- espérame un momento Alisha por favor.
Logré escuchar un poco de la conversación, en su rostro había preocupación e impotencia. ¿Qué le estaría pasando? Por lo que oí, él le decía a alguien que no podía volver aún y que no pensaba hacerlo en un buen tiempo, que deje de molestarlo y controlarlo, luego de eso colgó.
- ¿Está todo bien?- pregunté mientras lo abrazaba.
- Sí no te preocupes- se soltó de mi abrazo.
- Entonces para confirmar, te quedarás ¿Verdad?- ya estaba confundida por su reacción tan cambiante.
- Claro que sí ahhh- suspiró hondo- ahora que sé que también sientes lo mismo, no puedo irme.
- Entonces te quedarás en el mismo lugar que alquilabas supongo.
- Sí vamos- dijo mientras pedía un taxi.
- Oke- sólo atiné a decir ello y acompañarlo.

En el camino estuvimos en silencio, ¿por qué cambió tanto después de esa llamada? Me intrigaba demasiado tal actitud. Él tenía la mirada perdida por la ventana del taxi, por un momento quise meterme en sus pensamientos y saber qué ocurre.
Llegamos al departamento y me invitó a pasar, aún conservaba las llaves.
- Adelante por favor- me abrió la puerta.
- Gracias- ingresé.
Nos sentamos en la sala. Él se me quedó viendo mientras se perdía en sus pensamientos una vez más.
- ¿Por qué me miras así?- me acomodé el cabello tras la oreja.
- Porque me gustas mucho, más que eso aún- se acercó a mí.
- ¿Tanto como para quedarte aquí por mí?- mi respiración se agitaba al tenerlo cerca.
- Tanto como para quedarme aquí por ti- respondió.
Me dió un beso en la frente. 
- Debes estar cansada, deja y te llevo a casa para que duermas un poco ya que estuviste buscándome en la madrugada.
- No podía dejar que te fueras sin averiguar lo que siento por ti- sonreí.
- ¿Y qué sientes?- me agarró del cachete.
- Pues creo que ya debo irme ¿no?- cambié la conversación- Por cierto, me apuntas tu número por favor, yo tengo un celular que me regaló una amiga.
- Claro, deja que lo escribo en un papel dame un momento.

Sacó de su bolsillo un cuaderno pequeño y un bolígrafo. 
- Toma es este, puedes escribirme en cualquier momento y cuando me extrañes jeje.
- Lo haré, el problema es que no tengo cómo cargarlo porque en mi casa no tenemos energía eléctrica- agaché la cabeza.
- No te preocupes por eso, aquí lo puedes cargar cuántas veces quieras- me agarró la mano.
- Gracias- me acerqué y le di un pequeño beso en los labios.

Me llevó a casa y me dejó en la esquina por miedo a que mi padre nos viera.

- Bueno te escribo más tarde ¿si?
- Estaré esperando con ansias tu mensaje- hizo una señal de despedida con los dedos y se fue.

Al entrar a casa mamá estaba ahí muy preocupada por desaparecer desde la madrugada.
- Alisha dónde fuiste, mira la hora qué es, no puedes ir y venir así sin decir nada hija por favor- dijo mientras me abrazaba fuerte.
- Lo siento mamá, estoy bien. Tuve que salir para arreglar algo pero ya estoy aquí. Te prometo que no volverá a pasar- le di un beso en la mejilla y me fui a descansar un poco.
Después de dormir y levantarme casi al anochecer, escribí a mi chico de ojos azul noche. 
-  Hola 
- ¡Niña al fin sé de ti! ¿Estás bien?
- Sí, disculpa por escribir recién... Es que me quedé dormida.
- Descuida. Te espero mañana temprano aquí por favor, tengo una sorpresa para ti.
- ¿Sorpresa? Humm bueno ahí estaré. Descansa Zac, buenas noches. 
- Hasta mañana niña, soñaré contigo.
- <3
A la mañana siguiente fui a su casa, me arreglé con unas de las prendas que me regaló Mariana, mamá me trenzo y me puse un poco de maquillaje. Mamá me preguntó a dónde iba y le tuve que decir una mentira piadosa para escapar del asunto.

Después de lo de ayer todo se sentía diferente, tenía una sonrisa de oreja a oreja, sentía una especie de nervios en el estómago pero era una sensación que me gustaba, no podía evitar pensar en él.
Al llegar a su casa, toqué a su puerta. Él abrió.
- Holaaaa- dije sonriente y alzandome de puntillas saludando efusivamente con la mano.
- Hola niña, pasa por favor- me jalo de la mano y tapó los ojos.
- Qué pasa, no veo nada Zac tengo miedo a caerme- dije nerviosa pero ansiosa a la vez.
- Tranquila qué yo estoy acá, ya llegamos.
Cuando me sacó las manos del rostro pude ver lo que tenía preparado para mí. En la mesa había mucha comida hindú, todo perfectamente colocado y apetecible. También un ramo de flores y un peluche de pingüino muy lindo.
Realmente me sorprendí y empecé a llorar porque nadie nunca tuvo tal detalle conmigo, desde pequeña siempre quise tener un peluche pero por la falta de dinero mi madre no pudo darme uno.

- Mira este peluche representa lo que tú eres para mí, los pingüinos eligen una sola pareja en su vida y se quedan con ella siempre hasta el día de su muerte. Yo te elijo a ti Alisha, lo que siento es un amor leal, quiero que sepas eso. Te quiero mi chica- me alzó hasta estar de su tamaño y besó.
- Debes pensar que soy una cursi por llorar por un peluche verdad- sonreí mientras me limpiaba las lágrimas.
- Para nada, eso demuestra lo que llevas dentro- ven vamos a desayunar.
- Gracias por este detalle, en verdad es muy especial e importante para mí- dije mientras me sentaba.
- No tienes que agradecer Alisha, mejor comamos que se enfría, espero te guste todo lo compré en un restaurante que me recomendaron los locales.

Todo estaba delicioso, comimos a gusto y disfrutando la compañía el uno del otro. Después de comer fuimos a la cocina llevando los trastes.
- Gracias por todo en serio estuvo muy rico- dije mientras lavaba los platos.
- Ese era el propósito que te gustara, me alegra hacerte feliz- rodeó sus manos en mi cintura.
Dejé los platos a medio lavar y me voltee a verlo, lo tenía muy cerca. Él se acercó más, pude sentir el olor a su perfume lo cuál me dejó perpleja, realmente se veía guapo con su camisa a medio abotonar. Él me besó apasionadamente y yo me dejé llevar, lo agarré de los cabellos y mi lengua sentía la suya. Me cargó y sentó encima de la encimera,no podía dejar de besarlo, mi respiración iba a mil y mis manos temblaban. Bajó por mi cuello mientras me besaba caí en cuenta de lo que estaba pasando y paré en seco. 
Estaba muy agitada y avergonzada.
- Perdón, perdóname soy un tonto me dejé llevar- dijo mientras se llevaba la mano a la cabeza.
- Yo nunca había besado a un chico y menos llegado a esto. Me siento mal Zac. 
- Lo siento en verdad es que me gustas mucho, tienes que saber desde ya que yo siento cosas muy fuertes por ti y respeto que no quieras que esto suceda- me bajó de la encimera.
- De hecho en mi cultura no es normal que una chica vaya a la cama con cualquier muchacho, si eso va a suceder algún día yo tengo que estar unida en matrimonio antes que pase algo así, por respeto a mi madre y mí misma- dije con firmeza.
- Sí yo te entiendo y te respeto, no te preocupes que para mí la prioridad es que estés bien y te sientas cómoda- dijo mientras me abrazaba.
- Gracias Zac- le di un beso en la mejilla.
- ¿Te parece si terminamos y vamos a pasar el resto del día juntos por algún lugar de Varanasi?
- Sí está bien, chalo chalo.




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