El tiempo no era su aliado últimamente. Quizás era por aquella monotonía en la que se había sumergido los últimos meses o en las ineficaces ganas de vivir que habitualmente sentía. Quizás, había agotado todos los regalos de la vida y ahora debía de vivir con la simple adrenalina de llegar a tiempo a las reuniones de trabajo que de igual forma eran vanas, aburridas y sin sentido. Quizás, debería luchar por ella. Quizás... Todo había sido su error. Caminó con urgencia por aquel parque, con el sonido constante del crujir de las hojas debajo de sus zapatos. NO había descansado mucho la noche anterior y llegaba una vez más, tarde a su trabajo; se detuvo un momento para poder llenar sus pulmones de aire y así poder descansar un poco antes de seguir con dicha carrera, ya estaba 10 minutos tardes, ¿Que más daba si llegaba tarde 10 más?. Sediento quiso sacar la botella de agua que llevaba consigo, pero por culpa de su cansancio, hizo que cayera al suelo y rodara un par de metros lejos de él, dejo escapar un sonoro suspiro y camino hacia la botella que se encontraba entre el montón de hojas otoñales, se agacho a recogerla desanimado pero de detuvo un segundo, cuando su mirada se dirigió hacia aquella singular hoja de verde amarillento que yacía en medio de cientos de hojas color naranja rojizo, puesto que su belleza destacaba entre las demás, la recogió y una extraña fascinación creció al verla entre sus manos y por muy extraño que pareciera, se olvidó de lo demás, de sus preocupaciones y aquella pesada monotonía que lo acompañaba desde hacía mucho.
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momentos felices, momentos tristes, reflexiones sobre el amor
Editado: 24.09.2019