A la mañana siguiente me despierta mi madre abriendo las cortinas, es muy temprano y se le ve un poco nerviosa. Se mueve de un lado a otro sin saber que hacer y eso me desespera
-¿Puedo saber porque estás tan nerviosa?- le espeto con enfado
-¿Acaso tú no lo estás?- responde casi gritando
-¿Por qué lo estaría?- pregunto un poco confundida
Mi madre me mira con horror y responde:
-Hoy es la terapia grupal, ¡cómo es posible que lo olvidaras, llevo días recordándotelo!- Es demasiado temprano para pelear asique decido guardarme los comentarios irónicos y sarcásticos
- Claro, la terapia- le respondo poniendo los ojos en blanco y levantándome de la cama
-Saldremos dentro de media hora, date prisa- dice algo enfadada
Me doy una ducha rápida y me pongo un buzo y una sudadera, sin maquillaje, así nada más. Al salir de mi habitación mi madre me llama para darme mi medicación diaria. Pasan apenas unos minutos cuando toda la familia se reúne en el salón y me desean buena suerte, como si fuera mi primer día de clases y no como si fuera una puta terapia. Al escuchar a cada uno de ellos pongo los ojos en blanco y salgo de la casa para dirigirme al coche. Mi madre llega segundos más tardes y nos dirigimos al centro de la ciudad para decirles a varios desconocidos que prácticamente quiero morir. Sinceramente no estoy preparada para recibir consejos de mierda e oír que la vida es fantástica y que me queda mucho por conocer y hacer, eso lo he escuchado un millón de veces y si me lo dicen una vez más lo golpearé por imbécil. He asistido a un montón de psicólogos y psiquiatras y cada uno de ellos era peor, hasta que leí de una psiquiatra que era bastante buena en su trabajo y no era como los demás, eso lo leí en Facebook, creo que la mayoría de psiquiatras y psicólogos son bastante raros en sí. Asique confié en ese desconocido de Facebook y asistí a una cita con ella, Isobel White, es bastante maja en sí. Tiene el pelo largo rubio, ojos verdes y es bastante alta. Jamás me dio un consejo de mierda, siempre me escuchó y me ha ayudado a lo largo de esto. Isobel es quien hace la terapia grupal, fue ella quien le dijo a mi hermana y mi madre que ayuda bastante hablar con personas que tienen lo mismo que tú, y heme aquí en camino hacia esa jodida charla.
Al cabo de media hora hemos llegado y el enfado se apodera de mí, no sé qué mierda hago aquí, no se qué se dice en estos lugares ni cómo debo actuar, quiero golpear a alguien por estar aquí y si se me cruza algún gilipollas no lo dudaré ni un puto segundo. Yo no necesito esto, ¡¿Quién necesita esto?!
-Tranquila, es solo una hora- dice mi madre al ver como casi me da un ataque de ansiedad- toma, bebe un poco de agua.
Recibo la botella y le digo con enfado:
-Yo no debería estar aquí, sabes que no me gusta hablar con gente, ni siquiera me gusta estar con gente
Mi madre se mira sus perfectas uñas de color rojo y me dice con tranquilidad:
-Inténtalo, cariño. Si no te gusta, no vendrás más, pero haz el intento una vez por favor. No será complicado, habla todo lo que debas hablar, suéltalo todo y te sentirás mejor.
Luego de eso le doy un beso a mi madre y me dirijo hacia la puerta. Veo que hay muchos adolescentes entre 15 a 20 años, supongo. Son todos bastante jóvenes. Al entrar noto que hay sillas puestas en círculo e Isobel está sentada en medio. Al verla me relajo un poco, confió en ella y espero sentirme más cómoda con su presencia. Pasan al menos 10 minutos y veo que estamos la mayoría en el salón. Estoy sentada en medio de dos chicos, uno es pelirrojo y va vestido de negro pero me desespera la manera en que mueve su pierna de arriba hacia abajo demasiado rapido. El de mi lado derecho es moreno y está rapado, mira a todo el mundo con odio, se nota que tampoco quiere estar aquí, me cae mejor que los demás que se ven muy nerviosos, ni que fueran a torturarlos <<o quizás sí, en un sentido distinto>>.
-Creo que estamos todos- dice Isobel mirándonos a cada uno- Quisiera empezar diciendo unas palabras. Con la mayoría de ustedes he hablado pero hay algunas caras nuevas y espero que todos puedan sentirse com...- Isobel se detiene al oír un portazo en la entrada, todos miramos en esa dirección. Entra un chico bastante alto con sudadera y gorro que apenas se le ven los ojos. Tiene una mirada intensa, él mira a todos alrededor y detiene su mirada en mí, me siento nerviosa un momento, ¿lo he visto alguna vez?.
-Cómo decía- sigue hablando Isobel con una sonrisa de oreja a oreja- Espero que todos se sientan cómodos, aquí no juzgaremos, estamos para escuchar a cada uno de ustedes, podemos compartir historias, podemos reírnos y lo más importante; podemos hacer amigos. Sé que cada uno tiene una historia por contar, y al hacerlo vendrán muchas emociones. Si quieren llorar, háganlo. Si desean gritar, adelante. Este espacio es de ustedes, de nosotros. Aprovéchenlo lo que más puedan.- Al oír sus palabras muchos de mis... ¿compañeros? O lo que sean, sonríen y asienten, al ver eso mi psiquiatra continúa- Entonces, me presento. Me llamo Isobel White, tengo 57 años y soy psiquiatra. Estoy aquí para ayudarlos y escucharlos. Me gustaría que cada uno de ustedes se presente, de eso constará la sesión de hoy. Nos veremos 3 días a la semana, y ya la próxima vez que nos veamos podremos contar nuestras historias, si les parece bien.
<<¿¿3 días a la semana??>>, ¡¿Qué no es suficiente vernos un día y aun peor, una hora?!
-Muy bien, ¿quién quiere comenzar?- pregunta Isobel, incitando a que alguno hable
-Quisiera partir yo, para deshacerme de los nervios- dice el chico pelirrojo que está a mi lado- Mi nombre es Brian Hudson
-Bienvenido Brian- dicen los demás y pongo los ojos en blanco, <<¿Enserio esto es como en las películas?>>, creo que no puede ir peor.
-Gracias- responde el pelirrojo aun nervioso. Creo que en cualquier momento se orina encima- Tengo 19 años- Continúa- Y estoy aquí porque hace 2 meses me diagnosticaron trastorno de bipolaridad. Esto comenzó con una depresión, pero un día me puse agresivo, bueno, no solo un día sino que muchos pero yo no recordaba esos episodios, solo mi familia- dice en un tono más triste- Tomo medicamentos para controlarme y estoy aquí para controlar mi furia. Perdón, sé que he hablado demás pero estoy nervioso y...