Suena mi alarma y sé que es otro puto día de terapia grupal. Me visto lo más rápido que puedo y voy a por una taza de café. Al llegar a la cocina veo como mi madre está cocinando
-Preparé el desayuno- dice alegremente
Veo que en la mesa hay pan, frutas cortadas, jugo de naranja, waffles y un montón de cosas más. Es demasiado, normalmente solo tomamos café pero se nota que ha hecho un gran esfuerzo. Me devoro la comida que me sirvo en el plato y luego con mi madre nos dirigimos al centro de la ciudad. Le doy un beso como de costumbre y entro al salón de terapia. Están todos pero lo siento vacío, siento que él falta aquí y eso produce que me den unas inmensas ganas de llorar.
-Supe lo qué sucedió, lo lamento- me dice Lex abrazándome
-Gracias- es lo único que logro decir.
La terapia se me ha hecho eterna. Isobel nos pidió que escribamos lo que sentimos durante estos días y que lo leeremos a todos los demás la próxima vez que nos veamos. Hoy hablé más con Brian, es muy simpático, nos dijo a Lex y a mí que le permitieron las visitas durante los fines de semana, le pedimos la dirección y le prometimos ir el fin de semana que viene. Lexie me acompaña al hospital en dónde se encuentra Ethan, hemos hablado durante todo el trayecto sobre su hermana y me entero que sufre depresión porque le han hecho bullying toda su vida. Lamento mucho que esté pasando por esto pero ella tiene una gran hermana, como yo tengo la mía. Lex me da su número de teléfono y me dijo que le hable si necesito algo. Luego nos despedimos en la entrada del hospital.
Al subir al piso en donde está Ethan me entran los nervios. Siento como mis manos tiemblan. Al acercarme a la habitación en donde se encuentra veo a Abigail hablando con los médicos, me acerco en silencio para poder escuchar algo
-No tiene ninguna lesión cerebral, eso es buena señal- le dice un médico a Abby- esperamos que despierte pronto.
Siento muchas esperanzas al oírlos, espero estar con él en el momento que abra sus maravillosos ojos.
-Hola, disculpen que me presente aquí otra vez. Quería verlo- Digo a los padres de Ethan mirando el suelo
-Tranquila cariño, adelante- responde abby con una hermosa sonrisa
Entro a la pequeña habitación de hospital y noto que su pulso está mas fuerte. Le acaricio la frente y le doy un rápido beso en los labios
-Hola- le digo en un tono demasiado triste- Hoy he ido a terapia, ha sido un asco sin ti. Brian te manda saludos, no todos saben lo que ocurrió. Lex lo sabe y dice que lo lamenta bastante- me deprime hablarle sin obtener una respuesta de su boca.
Sigo a su lado durante varias horas, han venido medico a ver como estaba, ha entrado su madre y hemos charlado un poco sobre el fantástico hombre que tenemos al frente. Salgo un momento del cuarto para que sus padres puedan despedirse de Ethan, que aún no hay señales de que despierte, y cuando salen les digo que estaré solo unos minutos más. Camino lentamente hacia él, me siento a su lado y suelto un gran suspiro que no sabía que estaba aguantando
-Vamos Ethan. Abre esos putos ojos- le tomo de la mano y sigo diciendo- no aguanto que no me hables, el que no me mires con tus bellos ojos me destruye aún más. No se cómo sentirme al respecto de todo esto, si no despiertas me enfadaré, y si abres tus ojos... me enfadaré aún más por hacerme sentir tan infeliz.- le regalo una sonrisa aunque él no pueda verme
Al decir esto le doy un beso en la frente en modo de despedida pero al instante siento como aprieta mi mano, la suelto de inmediato pensando que le he hecho daño, pero es todo lo contario, le he sacado una bella sonrisa. A pesar de sus labios hinchados y su rostro morado, noto lo bello que es sonriendo.
-No te enfades- me responde con un gemido de dolor
Me rio y apoyo mi frente con la suya, al instante empiezo a llorar. El vacío que sentí estos días ha sido horrible.
No hay que depender de una persona, jamás hay que hacerse dependiente de alguien, es el peor error que como seres humanos podemos cometer, porque una vez que se acabe, te destruirá tanto que ya no sabrás lo que es ser feliz. Él estando en un hospital y yo lejos de él, en ese preciso momento me he dado cuenta que quererlo podía ser lo más maravilloso y peligroso a la vez.