Quizás en otro universo

25

Dos semanas después

Esta mañana he recibido una llamada de Isobel informándome que Morgan, la hermanita de Lex, se rindió y ha fallecido.

Me cuesta asimilar lo que ha ocurrido, estuvo varias semanas en coma pero jamás creí que no iba a sobrevivir. Llego a pensar que pude ser yo hace unos meses y empiezo a llorar. Lloro por todo lo que no hubiera alcanzado a vivir. No hubiera conocido a Ethan o a Lexie y siento como se me parte el corazón. Ha habido días malos en que mi mente piensa una y otra vez por todo lo que me ha pasado y las ganas de suicidarme siempre están presentes. Pero hay momentos buenos, cuando estoy con Ethan se me olvidan todos los traumas que tengo y los de él también desaparecen por un corto periodo de tiempo.

-¿Me oyes?- oigo que pregunta alguien. Al mirarlo veo que es Ethan. Va vestido de negro.

-Sí, perdón- le respondo

-Ven aquí- me extiende sus brazos y camino hacia ellos. Cuando me abraza siento un poco de paz, me alegra de estar con él.

-Debemos ir donde Lex, no debe estar bien.

-He hablado con Andrew, dijo que necesitaba un poco de soledad para aclarar sus pensamientos. De todas formas, él está con ella.

-Muy bien- digo cortante.

-Tranquila, Liz- dice Ethan al notarme tensa

-No puedo estar tranquila. Podrías ser tú el que ya no esté, o yo- cuando me nombro a mí, el ceño de Ethan se frunce

-No digas eso- me reprocha

-Es la verdad. Pobre Lex, yo sé lo que es perder a una hermana. Es una jodida pesadilla.

Ethan me abraza aún más fuerte y me acaricia la cabeza. Noto que su cuerpo se relaja junto al mío. Trato de llamar a Lex pero no responde, le mando mensajes y nada. Será mejor dejarla un momento a solas, aunque creo que no es lo mejor en estos momentos. Mis padres e Isobel piden a los doctores que me quede fuera al menos una noche. Aún no nos dan respuestas asique no puedo salir del hospital. Paso todo el día con Ethan, abrazados y contándonos historias del pasado. Me sorprende el cómo habla del daño que le han hecho, no se detiene al hablar, no llora, ni siquiera se inmuta. Ojalá pudiera hacerlo igual, siempre que cuento mis historias me dan ataques de ansiedad. Esta vez no ocurrió por los medicamentos que me han dado. Me ha servido bastante estar aquí, si no hubiera sido por el miedo que tenía de quedarme; lo hubiera hecho hace meses. No he tenido pesadillas y eso es buena señal. Me gustaría poder salir de aquí lo más pronto, se viene el tiempo de postulaciones a las universidades y no puedo quedarme atrás. Pensando en qué estudiare y en el proceso de admisión me quedo dormida, no sé cuanto tiempo ha pasado desde eso pero cuando abro los ojos veo como Ethan me está observando

-¿Acostumbras ver la gente dormir?

-Solo a ti- dice dándome un beso en la mejilla

-Ajá

-Creo que alguien despertó de mal humor- dice acercándose más a mi lado

Al cabo de unos minutos nos acurrucamos en la cama, creo que este es mi lugar favorito. Desearía estar siempre así. Comienzo a acariciarle el pecho y noto que está bastante marcado, se acomoda para rodearme con los brazos y al levantarse su camisa sin querer, noto que tiene un tatuaje que no había visto

-¿Tienes otro tatuaje?- señalo su abdomen

-Oh, sí- dice sacándose la camiseta. Miro el tatuaje con admiración, es grandioso. Es un corazón con tres dagas apuñalándolo, está justo arriba de su ombligo

-¿Qué significa?- pregunto ansiosa por saber la respuesta

-Nada en especial- sonríe- lo vi en Pinterest y me gustó

-¿Los demás igual?- señalo el tatuaje del brazo y de la mano

-No. Estos sí tienen significados- dice melancólico

-¿quieres contármelo?

-Este tatuaje fue el primero que me hice, a los 15 años- señala el de su mano izquierda- Significa que creo en Dios - se ríe nervioso mientras yo lo escucho atentamente- Este otro- señala su brazo derecho- bueno, el reloj simboliza que queda poco tiempo y...

-¿Tiempo para qué?- no puedo evitar preguntar

-Ya lo verás- creo que entiendo a qué se refiere y me entran ganas de llorar- las rosas de alrededor- continúa- significan que algún día las necesitaré aun que las deteste, y este último- señala su cuello- es el que más me gusta

-¿Qué dice?- veo las palabras en chino y no entiendo ni mierda. Aunque es llamativo:

對不起

-Algún día te lo diré- dice en un susurro. Luego de eso me da un beso, y siento que lo hizo para que no insistiera más.

 




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