Quizás eres tú

Despertaron nuevos sentimientos

El tiempo volaba y yo cada día me sentía mejor respecto a Nick, poco a poco lo estaba superando, y esta vez no era como las demás veces que le aseguraba a Anne que realmente lo había superado. No. Esta vez era completamente verdad. 

Pasaba la mayor cantidad de tiempo con mis amigos, y eso me ayudo muchísimo. Anne había sido muy importante para mi en esta etapa, pero no siempre la pasaba conmigo desde que Emy y Erick terminaron, Erick había empezado a salir un poco más y a tratar de seguir con su vida, yo se lo que se siente tener el corazón roto y Anne también, ella ahora era su apoyo. Lucas... el pasaba bastante tiempo con nosotras en la cafetería, conmigo siempre estaba bromeando y jugando y Anne era con quien se ponía serio para hablar de no se que. Por lo que había escuchado, Lucas había tenido varias relaciones en el pasado, pero siempre salía mal, la ultima lo había engañado. Vaya, ahora que lo pienso quizá deberíamos hacer un club de corazones rotos. 

-Tonto -llamé a Lucas. 

-¿Que quieres Maddie?

-Eres bueno para cuidar niños? 

-Hey, si es una indirecta, aún soy muy joven para tener hijos -me dijo riendo y yo rodeé los ojos. - aunque... si, soy bueno, digo lo soy en todo. 

-Eres un imbécil.  

-Ya, -dijo aún riendo y contagiándome la risa un poco. - ¿por que la pregunta?

-Verás, este fin de semana me quedaré a cargo de unos primos pequeños, y se que Anne es excelente con los niños, pero ella no puede ayudarme esta vez, y yo.. bueno no soy muy buena en ello. -dije con una mueca. 

-¿Así que me estas invitando a ayudarte a cuidar a niños  como actividad en mi fin de semana? -asentí. - Estás completamente loca. 

-Ay por favor. -le dije. 

-Me estas suplicando. 

-No. -dije con un poco de inseguridad y el me miró incrédulo. -¡De acuerdo, si! Por favor. 

-Amo ver que me supliques. -dijo con un tono arrogante y según el provocador. 

-¿Me ayudarás o no?

-De acuerdo. -sonreí. - Te ayudaré a cuidar a tus pequeños primos. 

***

Llegó el fin de semana y con eso, mis primos y un chico molesto que me ayudaría a cuidarlos. 

-Bueno, -dije yo. - Ellos son Lea y Mateo. 

Lucas saludó a los dos pequeños sonriendo, yo me le quedé viendo por un momento hasta que él me miró con duda, yo solo negué y sonreí. Los primeros minutos fueron incómodos, ni los niños ni ninguno de los dos decíamos nada, hasta que sentí un cojín en mi cabeza. Los niños rieron a carcajadas cuando vieron como Lucas me golpeaba con el cojín y yo le lanzaba miradas asesinas, tomé el cojín que me quedaba más cerca y lo empecé a golpear de igual forma, Lea y Mateo no tardaron en unirse a nuestra pequeña lucha en la sala de mi casa, la ocurrencia de Lucas nos había provocado un gran rato de risas y golpes. Un rato más tarde, el se encontraba con los niños viendo una película infantil, no sin antes haber jugado a las escondidas y un sin fin de juegos que los hicieron correr y correr hasta el cansancio, lo cual me llevaba al resultado más tierno que jamás olvidaría. Lucas estaba sentado en el sofá y mis dos pequeños primos uno a cada lado, los tres durmiendo profundamente. Me reí un poco de la situación y tomé una foto. Definitivamente había sido un gran día. Cuando llegaron por mis primos, ellos no querían irse, definitivamente amaron a Lucas, y ¿como no? digo, ¿quien diría que detrás de ese chico molesto había un chico tan lindo y cariñoso? Además... estaba guapísimo y su cuerpo bien trabajado se notaba incluso por encima de su camiseta pegada a su cuerpo, sus brazos y piernas también ejercitadas... no quería admitirlo, pero realmente me estaba cayendo bien, incluso en un punto en el que los sentimientos pasan de ser solo una amistad para convertirse en una atracción. ¿Por que me pasaba esto a mi?

Unos días más tarde me di cuenta de que mi cabeza era un total caos. Lucas cruzó la linea del odio al amor. Si, tal como se oye, yo había dejado a Nick en el pasado, para que un chico molesto pasara a ser mi nueva meta. 

Estaba tan feliz y a la vez confusa, no sabía si él y yo teníamos algún tipo de oportunidad, a veces pensaba que si, nuestra relación mejoró mucho, pero... nunca se sabe con los chicos. 

La persona que podría ayudarme era una: Anne. Ella sabía como era Lucas y muy probablemente sabía lo que el pensaba de mi, así que terminaría contándole la verdad. 

Me arreglé un poco más de lo normal para ir a trabajar, llegué cuando aún Lucas no había llegado, el momento perfecto para hablar con mi mejor amiga. 

-Hola Anne. -La saludé. 

-Hola Mad. -me respondió sonriendo, y yo igual lo hacía. -Vaya, estas muy feliz ¿pasó algo? 

-No, -negué aún sonriendo y ella me miró sospechando de mi. - Y... ¿cómo está Erick? 

-Uhm.. el... está bien, digo, está mejor. -Me dijo y yo asentí. -No era para menos, Emy y el parecían ir bastante en serio. 




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