CAPITULO 6

CAPÍTULO 6

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6 DE ENERO, 2023

Okey, definitivamente no es normal lo que siento.

Es imposible que sienta algo por alguien que apenas he conocido, no es posible que sienta algo por Eros haber es sumamente guapo obviamente me pone nerviosa, bueno jodidamente nerviosa, pero ¿sentí algo por el?. No.

Ayer pasamos un dia de puta madre, primero comimos luego fuimos a unos museos, paseamos, conocieron un poco de la historia de lima y el perú, comieron dulces peruanos, les obligue a tomar Inca-Kola, como dije pasamos un dia de puta madre.

Pero siento que me estoy volviendo adicta al toque de Eros, y joder eso me asusta, estoy joditamete asustada. 

Joder no es solo su toque es todo, su voz, sus caricias, sus palabras que son joditamente perfectas. 

Todo.

Pero, él tiene un chingo de gente atrás, su mundo es muy complicado, lleno de adrenalina y peligro y lo más importante el me ve como una amiga, solo una jodita amigas, el no me ve como algo más.

Quién miraría a alguien que ni ella misma se quiere, alguien que ni al espejo se puede mirar sin llorar.

Y aunque sea una acción tan cotidiana para algunos, para mí mirarme al espejo es algo tan doloroso,  aunque mucha gente no lo crea los comentarios que parecen inocentes son los más dolorosos, una puta broma te puede destruir el día e incluso tu vida.

Las etiquetas son tan fáciles de poner pero tan difíciles de quitar y aunque suene irreal la única manera que se den cuentan es que les pase, porque seamos realistas todos si quiera alguna vez en nuestra vida hemos puesto una etiqueta a alguien sin darnos cuenta o intencionalmente.

— Eres hermosa… —  susurro mientras me veo en el espejo —, no rentadas que tienes una vida por vivir — digo mientras la primera lagrima sale y recorre mi mejilla.

A quien engaño, aunque quiero creerme mis propias palabras me es más difícil de lo que parece.

Como no quiero llorar más, decido ponerme mi camiseta que compré hace unos días la cual es como dos tallas más que las mia.

Me gusta mi camiseta, es blanca y sin logo lo cual la vuelve perfecta.

Hoy tengo muchas cosas que hacer, lo cual no me gusta para nada, pero definitivamente lo mejor es lo que les tengo preparado a Eros y Uriel.

Cuando me avisan que ya están esperándome para  esta super aventura, decido que es hora de coger mi bolso y salir de casa, una vez llego donde ellos están me doy cuenta que los tres combinamos nuestra ropa.

Eros lleva un pantalon maron claro y una camisa blanca lo que le hace ver joditamente sexy, sus musculos se marcan en la camisa y joder con lo bueno que esta.

Por otro lado es Uriel el cual viene con un joger de color plomo casi blanco con una camiseta de color maron claro, justo el mismo tono que el panmtalon de Eros.

— JODER! —  grita Uriel como ya es costumbre —, combinamos muy bien.

— Porque siempre tienen que gritas, joder.

— Perdón señorita —  dice Urile con un tono de burla.

— ¿Cómo se supone que vamos a ir a donde sea que vayamos? —  pregunta Eros.

— Vamos a ir en micro, pensaba ir a llevarlos a comer a un mercado pero creo que mejor vamos a ir a comer a un centro comercial y paseamos un poco y ya mañana vamos al mercado .

— ¿Por qué no vamos hoy? —  pregunta Uriel.

— Tengo cosas que hacer…

Gracias universo, gracias que no hayan preguntado más. 

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Algo que definitivamente no me gusta del transporte público es la gente, pero es la mejor manera de movilizarse sin gastar más de veinte soles, por lo cual estoy agradecida por su existencia.

Cuando bajamos del carro las caras de Eros y Uriel son épicas.

— ¿Cómo se supone que puedes viajar en un carro donde hay más de cincuenta personas que están super apretados? —  exclama Uriel.

Bueno puede que me haya pasado con traerlos de Miraflores al mall del sur en transporte público, pero en mi defensa querían que experimente un poco de humildad.

— Agradezcan que nos lo hayan llevado a un centro comercial más lejano que este —  los señalo —, además apurense que tenemos que subir ese puente para llegar, apurense que tengo hambre.

Ambos protestaron contra lo de subir el puente, pero al final aceptaron. La mirada a muerte de las mamas si funciona.

Eros se detiene al ver un ambulante el cual vende flores tejidas, le susurra algo a Uriel el cual no logro escuchar pero veo cómo compran una rosa roja que estaba super bonita.

— ¡Para usted bella dama! — dicen mientras hacen una reverencia y me entregan una rosa.

— Gracias — digo mientras les doy una sonrisa muy grande la verdad.

Cuando llegamos al centro comercial rápidamente los guió hacia el patio de comidas para poder pedir algo que comer y no sé en qué momento las horas pasan y pasan.

¡LA CITA!

— Gracias por todo pero me tengo que ir, para irse solo tienen que pedir un uber si no se vallas en micro, por favor — digo rápido mientras me despido con un beso en la mejilla.

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