Hace mucho tiempo, la ciudad de Raffocallet se encontraba en un momento de tempestad, dónde las mafias de las ciudades vecinas, Galdanas y Marsell, se habían apoderado de la tranquilidad de los ciudadanos, que tenían miedo de ser asesinados, hurtados o vendidos en el mercado negro. Sin embargo, cuando todos habían perdido la esperanza de aquella tranquilidad de los tiempos de antaño, surgió una mafia, una mafia que proponía traer a la antigua Raffocallet, los integrantes de aquella mafia se hacían llamar "El dragón de la luna roja". Aquella mafia creció de una manera tan rápida en tan poco tiempo que pudo consolidarse como la mafia por excelencia de Raffocallet. Y así, fueron ganándose el respeto de las mafias vecinas, tanto miedo imponía, que las mafias enemigas ya no se atrevían a tocar la ciudad.
El líder de la familia, conocido como "Camaleón" por la gente, hizo un trato con la ciudad, el cual estipulaba que el 15% de toda la economía tendría que ser para ellos, a cambio, ellos protegerían de cualquier mafia o pandilla enemiga a la ciudad. La antes atemorizada ciudad, floreció y sus habitantes ahora poseían la tranquilidad de que alguien los defendía. Tanta era su devoción que muchos querían ser integrantes de la mafia, sin embargo, esto no era tarea fácil, y muchos de ellos desconocían este dato. Aquella mafia estaba organizada de una manera tan rígida que no cualquiera podía entrar. Para entrar tenías que realizar una prueba tipo examen en el que eras probado por un líder, si no lograbas pasar aquel examen, eras exterminado de la faz de la tierra, así de fácil. No había segundas oportunidades ni segundos intentos.
Con eso en mente después de un tiempo, casi nadie se atrevía a entrar, pero los pocos que lo hacían y conseguían su objetivo, sabían que aquella prueba sería lo más fácil de toda su travesía y, el inicio de una vida difícil, puesto que la mafia no es algo para entretenerse ni menos. A diario, llegan a la mafia varios encargos que hay que cumplir, sin falla ni error, que son distribuidos entre las siete divisiones según su dificultad. Si algún encargo no era cumplido, al miembro que se le fue asignado ese encargo era exterminado. Otra cosa que hay que tomar en cuenta, es que una vez dentro de la mafia, solo había dos formas de salir, una era obteniendo el voto a favor de los siete nobles y la segunda, saliendo en varias partes.
Sea cual fuera la opción, nadie se atrevía a salirse una vez dentro, después de todo por algo se habían metido en la mafia, porque no hay razón más grande que el dinero y el poder, motivos más populares entre los que entran a este mundo, pero ¿Qué pasaría si hubiera algo más grande que el dinero, el poder y la fama, se interpusiera en el camino?
.....
Hora: 22:24 p.m.
Ubicación: Barrio rojo, Raffocallet
—Alice, ve por la derecha, por la parte trasera de las tragamonedas, ¡rápido! —dijo un chico de coleta negra, que corría entre la multitud y las atracciones del casino.—¡No hace falta que me lo digas Stephano! —exclamó la chica con cuchillo en mano, corriendo por la parte de atrás de unas tragamonedas cercanas a la puerta de emergencia por donde había salido un hombre corriendo antes.
—¿Ya está lista la bomba Lumen? —preguntó agitado por un walkie talkie.
—Un momento, ya está. Solo necesito que lo lleven a la ubicación acordada —dijo un chico de cabello rubio encendiendo el botón de la bomba con una detonación programada en 30 segundos.
—Ya sabes que hacer chica —dijo el chico de coleta, dándole una patada al sujeto lo suficientemente fuerte para hacer que bajara su velocidad y se quedara boca abajo en el suelo.—Entendido —dijo la chica amarrando al sujeto con una soga untada de una sustancia de aspecto "curiosa y extraña" de ver.
—¡Bien, quedan 5 segundos! —dijo Lumen alegre por el walkie talkie, mientras que Alice dejaba al hombre amarrado en una pared lejos del casino.
—¡Vámonos, ya es hora! —exclamó corriendo con la chica del lugar.
—¡Tres segundos! —avisó el rubio emocionado por el momento.
—Fue muy fácil este trabajo —mencionó Alice estando fuera del radio de la explosión junto con Stephano.
Justo después de esas palabras, la bomba estalló, creando una explosión alucinante a la vista del espectador, que a más de uno de los presentes en el casino asusto por el ruido de la misma. Posiblemente cualquiera que pasará por ahí se habría asustado pensando que era un ataque terrorista, sin embargo, los motivos de aquella bomba eran mucho más simples de lo que cualquiera pensaría.
—Vieron eso chicos, ¡mi bomba fue un éxito! —expresó el rubio sonriendo, llegando al lugar con los otros chicos.
—Fue muy impresionante, debo admitirlo. No has perdido el toque después de años Lu —Felicitó Stephano acariciando el cabello del chico.
—¿Debería ponerme celosa de ustedes dos? —dijo sarcásticamente Alice cruzada de brazos.
—Ja, ja, ja, ya iniciaste con tu sarcasmo. Aunque debo admitir que tú también lo hiciste muy bien —Acariciando la cabeza de la chica.
—Si no te conociera, esto sería muy vergonzoso —respondió haciendo un puchero.
—Bueno, debemos ir rápido a la sede. Debemos reportarle a el jefe que ya terminamos con el encargo —dijo Stephano alejándose del lugar.
—¡Espéranos! No nos dejes atrás —exclamaron ambos chicos, alcanzando en unos segundos.
…..
Hora: 22:59 p.m.
Ubicación: Sede de la mafia
—¡Ya llegamos jefe! —Se reportó Stephano, cerrando la pesada puerta que había detrás.
—¡Vaya! Veo que terminaron el encargo que les pedí —Sentado en una silla, se encontraba el jefe acariciando a su gato "Morty".
—Si, tal y como nos pidió, el objetivo "Adam Villegarden", fue eliminado —informó Stephano mientras dejaba una carpeta en el escritorio, mientras los otros dos chicos solo se limitaban a asentir estando en posición de firme.—Bien hecho, el líder estará orgulloso, ese hombre era una escoria para la sociedad —dijo aquel hombre soltando una risa maliciosa.