Prólogo:
Narrado por Anne
Dicen que la vida de los seres humanos están marcadas por el hilo rojo del destino, donde cada persona tiene su alma gemela en cualquier parte del mundo, a veces siento que no pertenezco a este mundo como si yo desde hace tiempo pertenecí a otro mundo u otro lugar, pero luego pienso que simplemente debe ser por lo sola que estoy al no poder estar con mis padres como cuando era una pequeña niña de ocho años.
Deseaba con todo mi corazón volver estar con mis padres y volver hacer la familia unida que hace tres años fuimos, para poder decirles lo mucho que los extrañé, poder abrazarlos y que nunca me volvería a enojar con ellos cuando ambos me corrigen algo. Pero me temía que no iba a ser así. Después que mis padres me dejaron en la casa de mi abuelo para que yo viviera con él nuestra relación de padres e hija se fue rompiendo hasta cierto punto en que sólo nos llamamos en los días festivos y en los cumpleaños. Siendo sincera no desearía que ellos volvieran, sería muy hipócrita de mi parte fingir estoy feliz por su llegada. Desde hace unas dos semanas había tenido unos extraños sueños, era como si tuviera que buscar algo que sabía que no iba a lograr alcanzar a menos que volviera al mismo lugar una y otra vez, pero cada vez que pensaba sobre ese sueño mi corazón me latía con fuerza y era feliz y a la vez triste porque no podía entender cómo podía estar en un lugar que conocía y a la vez estar triste porque no puedo estar en ese lugar que cada vez lo veo en mis sueños.
Mi abuelo es mitad japonés es decir que aunque no vivamos en un "templo", como se supone que debemos vivir las personas con un abuelo japonés, él y yo vivíamos simplemente en la antigua casa de mis abuelos los padres de mi abuelo, mi abuelo sabía que desde que tuve esos sueños él trataba de controlar mis emociones y trabajaba para que yo no volviera a tener esos tipos de sueños.
Recuerdo un día en que me dijo que no debo pensar en ese sueño y que nunca debo entrar a su biblioteca personal y que no importa lo que yo escuche nunca debo entrar a la biblioteca.
Pero aún así sabiendo todo las prohibiciones de aquello, me llamaba la atención que mi abuelo se comportara de forma agresiva cada vez que yo me acercaba a su biblioteca para dejarle el desayuno o la merienda. Pero no podía negar que anhelaba entrar a esa habitación y ver lo que realmente estaba sucediendo y que era lo que mi abuelo estaba tratando de ocultar de mí. Se suponía que era un alivio, el ver como mi abuelo era sobreprotector al no dejarme entrar a la biblioteca, pero era imposible no dejar de tener curiosidad y querer entrar a la biblioteca, esa sensación de angustia y que él estaba tratando de ocultarme algo, sentía terror, porque no sabía si lo que me estaba ocultando era bueno o malo, pero aún así aunque quisiera entrar le había prometido que no entraría y le cumpliría mi promesa a mi abuelo.
Me aparté de la ventana de mi habitación con un suspiro y dejé la merienda de mi abuelo en la pequeña mesa de sala. Decidí sentarme en el sofá de piel negra hasta que mi abuelo finalmente saliera de la biblioteca, ví como la puerta se abrió y luego salió con su bastón y con una pequeña sonrisa hacia mí.
-Anne, ¿Cuándo estaba acompañando a la señora Carlota tú entraste a la biblioteca?.-mi abuelo me preguntó con una mirada seria
-Por supuesto que no.-le contesté.- me dijiste que no entrara y no lo hice.
-Bien, pequeña
-Abuelo estuve pensando en la escuela harán una fiesta y estoy invitada….
-Anne.-mí abuelo caminó hacia mí y sostuvo mí rostros con sus dos manos.-mi pequeña Anne ya hemos hablado en que no puedes salir.
-No entiendo porque debo permanecer encerrada mientras las chicas de mi edad van a fiestas.-repliqué, odiaba la forma en como estaba bloqueada al no poder hacer lo que yo quería en realidad hacer con mí vida.
Mi abuelo me miró seriamente y luego soltó un pequeño suspiro.
-Porque eres diferente y nunca serás como tus amigas.-contestó mi abuelo.-ser diferente es mejor que ser igual a todas esas niñas.
Estaba enojada con mi abuelo no entendía porque no podía decirme lo que me estaba ocultando realmente al tenerme encerrada en estas cuatro paredes de ese pequeño departamento.
-Supongo que jamás sabré lo que realmente me ocultan usted y mis padres.-le contesté.-haciendo que esté encerrada hacen que tenga más curiosidad sobre lo que me están ocultando realmente.
-Te prometo pequeña Anne que te contaré todo sobre lo que tus padres y yo te estamos ocultando.-me contestó mi abuelo mientras se sentaba cerca de mí y encendía la televisión que estaba anunciando el tiempo.
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Editado: 23.12.2019