Camino con una piel que nunca ha sido mía,
una armadura pesada que cubre día tras día.
Intento despojarme de ella, pero debajo no hay nada,
solo una ausencia, una quietud callada.
¿Quien soy sin esta piel ajena?
¿Dónde está lo que debería ser?
Preguntas que quedan flotando en el aire, sin respuesta
que devolver.