Rainbow Dash rumbo a la Torre Averages | Fanfic Mlp

Prologo

Rainbow Dash trotaba rápidamente por el pasillo principal de una amplia oficina, ignorando el ambiente caótico lleno de conversaciones de negocios y secretarias. Llegó a la oficina 101, que era fácilmente reconocible por estar al final del pasillo y tener una placa dorada única en todo el salón.

El ambiente estaba lleno de trabajo, ya que esa era la sede central de la editorial White Horse y del DN, uno de los periódicos más importantes de Manehattan, la metrópolis más grande en la costa este de Equestria. El editor en jefe de esta casa de noticias era el célebre J.J. Jelly, conocido por su personalidad tacaña e irascible. Dash lo había conocido personalmente meses atrás y, aunque la reunión fue breve, se llevó un mal recuerdo de él.

Por suerte para Dash, J.J. Jelly se encontraba en una junta de trabajo ese día, por lo que sería su secretaria principal quien la atendería en su reunión programada. Las reuniones anteriores habían sido atendidas por su agente de ventas, por lo que era la primera vez que se reuniría con ella, y tenía que causar una buena impresión.

Se detuvo un momento frente a las puertas de la oficina y dio un pequeño respiro.

Dash ingresó a la oficina con cuidado. Aunque el ruido de los ambientes contiguos se percibía sin cambios, la diferencia con las otras oficinas era notable. Estaba totalmente ordenada, limpia y sobre todo armoniosa. Unas macetas elevadas de rosas azules se encontraban a ambos lados de la puerta. El fondo de la oficina estaba adornado con el escudo de las "Dos Hermanas", y en la silla al otro lado del escritorio estaba sentada la que podía considerarse el casco derecho del mismísimo J.J. Jelly.

Era una poni unicornio de cabello claro y pelaje mostaza. La edad ya se notaba en su rostro, junto con sus gruesos lentes, pero no eran relevantes en una expresión tan tranquila. Vestía una sencilla camisa blanca adornada con un broche dorado en forma de hojas entrelazadas. Tanto su peinado como su postura le recordaban mucho a cierta princesa.

No podía esperar menos de una exmaestra de su amiga Twilight.

"¡Buenos días, señorita Rainbow Dash! Tome asiento, ¿desea algo de beber?" dijo la recepcionista mientras se servía una taza de té de una sencilla tetera rosada.

"No, está bien así, señora Maypage Chestnutfree..." Dash casi enredó su lengua al intentar pronunciar aquel nombre escrito en la tarjeta de identificación, "... pero por favor, llámeme solo Dash".

"Bueno, si así lo prefiere, entonces también me gustaría que solo me llame May", respondió May con una sonrisa.

"Eso es mucho mejor... quiero decir, ejem", Dash intentó corregirse torpemente. "May, si no le importa, ¿podemos comenzar con el tema de la reunión?"

"Por supuesto, Dash", May inmediatamente dejo aun lado la tetera y sacó unos gruesos folios de uno de los casilleros de su escritorio.

Mientras tanto, afuera, el bullicio de las oficinas continuaba sin cambios. Con los oficinistas llendo de un lado a otro y papeles con tinta apilandose unos sobre otro.

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"¡CUATRO MESES!" exclamó Dash, alterada.

"Si me disculpo en nombre del señor Jelly y todo el personal de la editorial White Horse, pero como le acabo de mencionar, las circunstancias actuales nos hacen imposible adelantar la fecha de publicación de su libro. Realmente lamentamos que la situación se haya presentado de esta forma. Muchos en la editorial tienen grandes expectativas en este proyecto", dijo May, tranquilamente pero algo cansada, mientras se ajustaba sus gruesos lentes.

"Pero, pero, ..." tartamudeó una devastada Dash, intentando procesar lo que le estaban diciendo. "Pero cuatro meses es mucho tiempo. ¿No podrían adelantar al menos, no sé, solo el primer capítulo esta semana?"

"No podemos. Seguimos un estricto sistema de calidad que asegura que cada obra que publicamos cumpla con los más altos estándares. Entendemos que es difícil para usted, Dash, pero necesitamos asegurarnos de que su libro esté completamente pulido antes de ser lanzado al mercado. Adelantar solo el primer capítulo no sería una solución adecuada en este caso. Además, debemos tener en cuenta otros proyectos que ya están en marcha y nuestros compromisos con nuestros autores actuales".

Dash hincho sus mejillas y, por un momento, pareció que estallaría en ira. Pero después de unos segundos, suspiró resignada, sabiendo que no había nada que pudiera hacer para cambiar la situación.

"Entiendo que esto sea decepcionante. Realmente nos gustaría hacer más por una amiga de la princesa. Si lo desea, podemos enviarle algunos borradores incompletos de muestra, pero solo eso", dijo May.

Dash asintió con tristeza, agradecida por la oferta pero sabiendo que no sería de mucha ayuda. "Gracias, May. Entiendo, yo... bueno... pondré todo mi esfuerzo en rehacer mi escrito... de nuevo".

"Estamos seguros de que lo hará, señorita Dash. Sabemos que este proyecto es importante para usted y queremos ayudar en todo lo que podamos. No dude en ponerse en contacto con nosotros si necesita algo más", respondió May con una sonrisa reconfortante, pero su rostro también estaba marcado con tristeza.

Dash le devolvió el gesto, pero no se sentía con fuerzas para continuar la conversación. Tras una breve despedida, se retiró totalmente abatida. Al salir, se topó con el mismo J.J. Jelly avanzando en dirección contraria, vociferando amenazas a sus trabajadores. Dash pasó a su lado sin prestarle atención, y él tampoco la reconoció.

Llegó a la entrada del salón, ingresó al elevador y marcó el primer piso. Mientras las puertas se cerraban, alcanzó a escuchar vagamente a J.J. Jelly decir: "¡MARKET, ESTÁS DESPEDIDO!" en tono enfurecido.




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