El ascensor descendía lentamente sin interrupciones hasta el primer piso. Aunque a Dash le hubiera resultado más fácil abrir una ventana y salir volando del edificio, eso habría sido un comportamiento grosero e inapropiado. Se encontraba en Manehattan, una ciudad de ponis con sus propias normas y etiquetas de comportamiento. En el pasado, no le había importado respetar esas reglas, pero ahora era una yegua adulta respetable y amiga cercana de la princesa gobernante, algo a tener en cuenta. En una ciudad como esta, que vivía de rumores y escándalos, su mala conducta podía manchar no solo su propia imagen, sino también la de sus amigas.
Dash no quería asumir esos riesgos, aunque una parte de ella deseaba irse de allí inmediatamente. Hasta ese momento, se había mantenido tranquila y relajada. Pero una vez que las puertas del ascensor se cerraron y comenzó a descender, también lo hizo su confianza.
"¿Qué debo hacer ahora?" exclamó alterada. "¡Piensa, Dash, piensa!"
Pero nada acudía a su mente.
Varios meses atrás, Dash había visitado el edificio principal del DN, que compartía sede con la editorial White Horse, para presentar la idea de un libro basado en su viaje alrededor del mundo. Este era un proyecto que había mantenido en secreto de todos sus conocidos, incluidas sus mejores amigas. Había tomado tantas precauciones para no ser descubierta que en su primera visita se presentó disfrazada como un poni de avanzada edad, sumamente adinerado y excéntrico que no estaba dispuesto a revelar su verdadera identidad.
Tras forcejear con el personal de seguridad y negociar con el personal de ventas de la editorial, finalmente llegó a un acuerdo para publicar su libro "Rainbow Dash: Imparable alrededor del mundo", un libro destinado a difundir la amistad y la superación personal que un poni podía alcanzar si se proponía explorar más allá de los límites conocidos de Equestria.
Claro, estas eran las justificaciones que Dash ofreció a la editorial y que repetía para sí misma para evitar admitir que toda la historia del libro se centraba en su persona y sus increíbles aventuras.
Sin embargo, los motivos reales para embarcarse en esta tarea, tan opuesta a su personalidad, eran parcialmente distintos.
Casi tres años atrás, sus amigas se habían comprometido a hacer una actividad especial para su gran amiga Twilight en el "Festival de las Dos Hermanas". Este día festivo era importante para todos los ponis, y representaba una excelente oportunidad para pasar tiempo juntas alejadas de las tareas y responsabilidades de sus vidas diarias.
La actividad especial consistía en elegir al azar a una de ellas. La poni elegida tendría la responsabilidad de preparar un regalo o dirigir algún festejo en ese mismo día, contando, por supuesto, con la participación de Twilight como invitada principal.
Dos de ellas ya habían cumplido con honores esa promesa.
Rarity había organizado un banquete en tiempo récord con los intelectuales más importantes de toda Equestria. Aquella cena contó con la admirable participación de Starswirl el Barbado y Estigian. Dash sospechaba que su amiga rosa había tenido algo que ver en cómo los había reunido en tan poco tiempo.
Por su parte, Applejack sorprendió a todos al realizar un concierto improvisado al aire libre en el jardín principal del castillo de Canterlot. Escuchar cantar juntas a Celestia, Luna, Cadance y Twilight fue una experiencia que ningún poni presente en la celebración olvidaría.
La suerte hizo que los turnos de Rarity y Applejack pasaran, y Dash solo podía agradecer a su buena suerte por no haber sido elegida. No es que no quisiera organizar el evento para su amiga, sino que no se le ocurría nada genial, y todo lo que podía hacer era esforzarse por ocultar su pánico en medio del sorteo. El tiempo pasaba y el listón que colocaron sus amigas ponis solo se hacía más alto.
Con todo esto en mente, y dejando de lado los celos que comenzaba a sentir, Dash llegó a una conclusión: había tenido una aventura increíble dando la vuelta al mundo, y Twilight amaba los libros y las historias. Si unía ambas ideas, obtendría el éxito que buscaba: publicar un libro inédito de su viaje con lujo de detalle y hacer una copia especial para su amiga princesa en el día del "Festival de las Dos Hermanas".
Emocionada por su propio ingenio, y sin pensarlo demasiado, procedió a volcar todas sus experiencias de su travesía en unos manuscritos. No era una escritora, pero imaginó que narrar sus propias vivencias no sería difícil. Y aunque le decepcionó que le tomara meses de trabajo, una vez terminada su tarea, los envió en persona a la editorial White Horse para que los convirtieran en un libro.
Lo que siguió después fue un calvario de infortunios que la perseguirían hasta el presente.
Los manuscritos iniciales que envió fueron rechazados debido a su mala redacción. El asesor encargado de supervisar su trabajo nunca se presentó por motivos "personales", según J.J. Jelly. La editorial White Horse tenía a todos sus mejores redactores trabajando en la nueva obra de Daring Do, que se estrenaría en la misma semana en que se suponía que Dash publicaría la suya. Finalmente, el primer capítulo que tanto esfuerzo le había llevado rehacer fue nuevamente rechazado, lo que la llevó a la cita de hoy.
El ascensor continuó descendiendo lentamente, y Dash ya no tenía ánimo para seguir adelante con aquel proyecto. No tenía una historia que compartir; todo lo que había hecho parecía una pérdida de tiempo y, además, se estaba quedando sin tiempo.
"¡No, Dash! Todavía hay tiempo. Solo necesitas a otro editor que pueda arreglar esto... o preparar algo aún más genial para Twilight. Pero, ¿qué?" Dash, abatida, murmuraba mientras se sentaba y miraba las puertas cerradas del ascensor. La respuesta definitivamente no vendría de ahí.
"Conozco a alguien que puede ayudarte", respondió una voz detrás de ella.