Tras otro día de clases y charlas interminables Camille se vio caminando hacia la biblioteca cruzándose en los pasillos con algunos estudiantes que la saludaban alegremente.
-Camille -dijo Susan acercándose a ella
-Hola Bones
-¿Vas a la biblioteca verdad?
-Así es
-Podrías por favor devolver este libro, no me da tiempo de llegar tengo…
-Con gusto lo hago -la cortó antes de enterarse de algo que no le interesaba
-Gracias
Al llegar le entregó el libro a la Señora Pince para que supiera que fue devuelto y en cuanto ocupó un lugar no terminó de acomodarse cuando recordó que debía mandar a Shadow de regreso con su dueña. Se paró rápidamente y salió del salón solo con el pergamino perfectamente enrollado.
Esta acción no pasó desapercibida por dos serpientes que estuvieron al acecho desde su llegada. Rápidamente sin que nadie les prestara atención cogieron el bolso olvidado y emprendieron la huida a un lugar más seguro.
-Muévete más rápido Theo
-Es lo que hago Pansy
-Pues no parece, tenemos que revisarlo antes de que regrese -caminaba abrazando el bolso como si fuera el objeto más preciado del mundo
-Sí, pero en silencio, la señora Pince ya nos está mirando feo
-Pero qué miedoso, listo por aquí
Entre dos estantes de libros el pasillo estaba silencioso, sin ningún estudiante que pudiera descubrirlos.
-Tú vigila -ordenó la chica
La rápida serpiente abrió el bolso y empezó a remover unos cuantos libros pero no encontraba nada interesante ni fuera de lo usual.
-¿Ya encontraste algo? -el moreno volteo su cabeza para verla
-Nada aún, tú sigue vigilando
Comenzó a abrir libro por libro para ver si descubría alguna anotación o algo sospechoso.
-Para empezar, ¿sabes lo que buscas?
Las preguntas de su amigo empezaban a irritarla.
-No exactamente pero… -una hoja cayó del libro que tenía en manos- mira, parece una carta, no puede ser está en francés no entiendo nada
-Menos mal yo sí, ahora vigila tú mientras yo leo
Theodore se acercó y le arrebató la carta de las manos dispuesto a leerla y acabar con esa cacería de una vez por todas.
-Querida Camille, bla bla bla… -decía mientras sus ojos recorrían las letras del pergamino
-¿Cómo que bla bla bla? -Pansy había abandonado su puesto de vigilancia para regañar al joven- eso no es lo que dice lee bien
-Pero son cosas sin importancia -se justificó- pero espera…
Theo volvió a leerlo, traduciendo una a una las palabras en su cabeza por si había entendido mal, mientras Pansy lo observaba muy atentamente
-Nos gustaría saber dónde estás… un día estás y al otro no…
-Un momento qué clase de persona no le cuenta nada a su mejor amiga
Los susurros iban en aumento conforme la confusión se hacía presente en ambos.
-¿Y cómo sabes que es su mejor amiga? -la cuestionó Theo- ¿Cómo sabes si quiera que se trata de una chica?
-Fácil, es chica por la letra, lo otro se deduce -respondió con un tono obvio
-Si si bueno, igual tienes un poco de razón, ¿por qué no le contó nada? ¿su familia habrá partido en medio de la noche?
-No lo sé´- Parkinson ya había regresado a vigilar el panorama- es muy… ¡ya regresó!
-¿Qué hacemos?
Ambos entraron en pánico, colocaron el pergamino en el mismo libro y lo introdujeron en el bolso. Luego en su desesperación atinaron a acercarse disimuladamente a la gran mesa y lo deslizaron hacia una de las sillas más próximas a dónde se había sentado Camille.
Paso tras paso distraída Beauvoir caminó hacia donde se encontraban sus pertenencias con la carta en la mano y una nueva respuesta para Amelie. Se había arrepentido de entregar lo que tenía preparado, tal vez cometía un error y era preferible detenerse a pensar mucho mejor en la situación. De todas formas Shadow necesitaba seguir descansando para el largo viaje que emprendería.
-¿No era aquí? -susurró cuando llegó al asiento pero no encontraba sus cosas
Los demás estudiantes parecían muy concentrados como para darse cuenta lo perdida que estaba. Levantó la mirada y descubrió a Pansy Parkinson viéndola, algo en sus reflejaban que ocultaba algo pero como ella su mente estaba sellada.
Más a su izquierda pudo ver su bolso en el suelo junto a una silla, no recordaba haber caminado tanto cuando llegó pero probablemente lo habría olvidado con la prisa que salió de ahí.
Toda la tarde repasando sus clases hizo que sus ideas se aclararan, ahora solo tenía que salir y encontrar a alguien que escribiera por ella y no hicieran ningún tipo de pregunta.
Fuera de la biblioteca se sentó en una banca a esperar a que alguien pasara para pedirle el favor.
-Ey, ustedes -llamó al grupo de tres Slytherin con los que estudiaba en clase
Ninguno respondió pero se quedaron viéndola a la espera de alguna palabra más
-¿Alguno de ustedes tres podría ayudarme a escribir una carta?
-¿No te enseñaron a escribir en la Academia?
Los tres rieron, sin llamar la atención de los demás para no ser castigados.
-Y al parecer a ustedes no les enseñaron modales -la voz dulce había desaparecido dando paso a una desdeñosa como la del chico
-Vamos, Draco no sigas -dijo el moreno
-Oye tú- Camille volvió a detener a un estudiante- ¿podrías hacerme un pequeño favor?
Antes de alejarse lo suficiente Draco ralentizó sus pasos para quedar detrás de los chicos y voltear a verla, una linda sonrisa para el niño que había aceptado a ayudarla y aunque sus labios se movían no captó lo que decía.
-Draco, ¿te olvidaste algo? -preguntó Goyle
-Pensé que sí pero no -y siguió avanzando con los otros
Cuando Camille había terminado le regalo un beso en la mejilla al pequeño Gryffindor y fue directo a la lechucería, no sería un viaje agradable pero tendría que hacerlo. En el camino repasaba las palabras anteriormente dictadas.
Editado: 24.06.2021